La testigo del crimen de la cabeza: "Abrí el neceser… y me encontré un cráneo"

Están a punto de cumplirse catorce meses desde el día en que una mujer desatascó con su testimonio la investigación por la desaparición de Jesús María Baranda, un jubilado de 67 años que vivía en Castro Urdiales con su pareja, Carmen. Fruto de las revelaciones de la testigo se localizó el cráneo de Jesús María, pero desde aquel día poco más se ha avanzado en la investigación: ni se ha localizado el resto del cuerpo ni tampoco se conoce la causa de la muerte. ¿Fue natural?, ¿accidental?, ¿suicida? O, como cree la Guardia Civil, ¿fue Carmen, la pareja del desaparecido, quien acabó con su vida?

El Confidencial ha accedido en exclusiva a la declaración de la principal testigo del caso ante la Guardia Civil, que revela cuál era su relación con la sospechosa y detalla cómo localizó la cabeza de Jesús María: "Carmen y yo nos conocemos desde hace más de nueve años pero, lo que se dice amigas más íntimas, desde hace siete aproximadamente", explica la testigo. "Era simpática y muy agradable, le ayudaba su forma de hablar y su acento andaluz. A todo el mundo le caía bien porque era muy dulce en el trato personal. Reconozco que siempre pensé que era una 'chochona', es decir, una mujer tranquila y pausada. Ahora he cambiado de opinión y estoy convencida de que es una mujer inteligente y manipuladora que se oculta tras una fachada de 'chochona'".

Todavía no está clara la fecha exacta de la muerte de Jesús María, pero se estima que ocurrió a finales de enero o principios de febrero de 2019. Sin embargo, Carmen no presentó denuncia hasta finales de abril, por lo que aquella fecha se convirtió en la oficial de la desaparición de su pareja.

"Ahora estoy convencida de que es una mujer inteligente y manipuladora que se oculta tras una fachada de 'chochona'"

"Desde que desapareció Jesús María visité a Carmen en su domicilio tres o cuatro veces. Estaba triste y depresiva y yo intentaba consolarla y animarla. Estaba tan mal que recibía asistencia psicológica. Ella misma me lo confesó, hasta el punto de que cuando salíamos, ella solo bebía agua para no mezclar con los medicamentos que tomaba. No solo yo era amiga suya, también lo era mi hermana Ana. En una de las ocasiones en las que ellas hablaban, mi hermana me confesó que Carmen le había dicho: 'La Guardia Civil va a venir a verme y me da corte que si se ponen a registrar encuentren un regalo que me compró José Mari'. Ana se ofreció a guardárselo, pero al final no se concretó", explica la testigo. El supuesto regalo de Jesús María era un consolador.

"En una de mis visitas a Carmen", continúa relatando, "hablamos del consolador y de lo que ella le había dicho a Ana. Entonces me explicó: 'Es un juguetito erótico que he comprado para cuando vuelva a casa José Mari y darle una sorpresa, pero es que la Guardia Civil va a venir a registrar mi casa y si lo encuentran me voy a morir de la vergüenza. Ya que estás aquí, llévatelo tú'", recuerda la testigo. "Accedí a guardárselo en mi casa sin darle mucha importancia al asunto. No recuerdo exactamente la fecha exacta en que ocurrió pero apostaría a que sucedió a primeros de mayo".

Más de cuatro meses después, en septiembre, en mitad de la madrugada la testigo decidió abrir el paquete que se suponía que guardaba el consolador: "Como no me gustaba el plástico en el armario, decidí abrir el paquete que le guardaba a Carmen, meter su contenido en una bolsa de tela y bajarlo al garaje. Después de rasgar las bolsas, me encontré una especie de neceser grande con cremallera. La descorrí y encontré en el interior un montón de papeles de periódico y más bolsas de basura metidas unas dentro de otras, fui sacando cosas hasta que descubrí una calavera".

"Aterrorizada acudí a la casa de mi hermana a pedirle ayuda a ella y a su marido. Los tres regresamos a mi casa. Les enseñé mi descubrimiento y los tres nos cerciorarnos de que se trataba de una calavera. Antes de avisar a la Guardia Civil llamé a Carmen y le pregunté: '¿Tú sabes lo que había verdaderamente en el paquete que me diste?'. Ella me respondió: 'Sí, ahora mismo voy'". Según declara la testigo fue entonces cuando decidió contactar con las autoridades: "Colgué el teléfono y me fui a ver a mi vecino de abajo, que me consta que es guardia civil. Abrió la puerta su esposa y le conté lo sucedido y fue ella misma la que llamó al cuartel. Mi hermana Ana y yo estábamos esperando en el balcón a que llegase la Benemérita cuando apareció Carmen".

A la testigo le resulta increíble pensar que Carmen pudo asesinar a Jesús María: "Estaban muy enamorados el uno del otro. Podían sufrir los problemas habituales que tienen las parejas, pero sin más. Nada que se saliera de la normalidad. Estoy convencida de que Jesús María la quería. Él no era un hombre infiel ni tenía ninguna relación fuera del matrimonio". Sin embargo, deja una frase final en su declaración algo rara: "Sé que la prensa ha publicado que Jesús María, Carmen y yo podíamos mantener relaciones sexuales en trío, pero lo niego rotundamente"; lo cierto es que no parece haber ninguna información en ese sentido.