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La segunda ola colapsa la Atención Primaria y anticipa el problema de los hospitales
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SIN RECURSOS PARA ATENDER A MILES DE ENFERMOS

La segunda ola colapsa la Atención Primaria y anticipa el problema de los hospitales

Los centros de salud están saturados por el seguimiento a los positivos de covid-19 y a sus contactos, que en la Comunidad de Madrid se han multiplicado por 20 en solo dos meses

Foto: Varias personas esperan para hacerse una prueba PCR en el Centro de Salud del barrio de San Diego de Lorca, Murcia. (EFE)
Varias personas esperan para hacerse una prueba PCR en el Centro de Salud del barrio de San Diego de Lorca, Murcia. (EFE)
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Los centros de salud españoles empiezan a colapsar por el aumento exponencial de pacientes sospechosos de tener covid-19. Los profesionales sanitarios lo definen como un accidente de tráfico que ves llegar 15 segundos antes y sabes lo que va a ocurrir, a diferencia de marzo, cuando todo sucedió súbitamente y sin tiempo para reaccionar.

La atención a los pacientes positivos de covid-19 y a sus contactos estrechos ya está consumiendo hasta el 90% de los recursos en muchos centros de salud, que disponen de menos personal aún que antes del verano. No importa la comunidad autónoma: Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha, Cataluña, País Vasco, Galicia… Los médicos de familia llegan dos horas antes de su jornada laboral y se van dos horas más tarde, los enfermeros doblan turnos, de ocho de la mañana a nueve de la noche, para practicar pruebas PCR y llamar a toda la población afectada, los administrativos hacen 10 veces más llamadas al día sin apenas refuerzos. El trabajo es agotador y ni así dan abasto.

Esa saturación de recursos por la segunda ola anticipa el problema que se avecina en los hospitales. Multitud de profesionales en distintos hospitales españoles llevan días advirtiendo en redes sociales de que la ocupación de camas UCI por parte de enfermos de coronavirus aumenta de manera alarmante con el paso de los días.

Enfermos crónicos no atendidos

Una de las consecuencias de esta sobrecarga en la Atención Primaria es que la atención a los enfermos ‘convencionales’, es decir, de todo lo que no es coronavirus, es aplazada durante semanas o meses, incluidos los enfermos crónicos o inmovilizados en sus casas, que ven espaciadas sus citas un tiempo que los propios sanitarios definen como intolerable. Los casos menos graves son atendidos telefónicamente y nunca llegan a ver a un médico. Eso incluye casos de heridas cuyo diagnóstico y tratamiento se hace sin que ningún sanitario vea la lesión, hecho que roza el surrealismo. El colapso del sistema ocurrido en las peores semanas de la pandemia corre el riesgo de volver a repetirse.

Los datos de la Comunidad de Madrid son el mejor reflejo de la presión que sufre la Atención Primaria en esta segunda oleada de covid-19. Vayámonos al 13 de julio. Ese día, se hicieron 636 seguimientos domiciliarios (presenciales y telefónicos) a personas que necesitaban atención médica. El 3 de agosto, la cifra casi se triplicó, hasta los 1.738. Durante ese mes, la curva se fue disparando: 3.939 el 13 de agosto, 7.565 el 18 de agosto. Los centros de salud, sin embargo, seguían en precario, entre vacaciones y personal de baja por estrés. Los refuerzos prometidos llegaban con cuentagotas o no llegaban. El inicio de septiembre confirmó la segunda oleada de covid-19, con 12.612 llamadas el 1 de septiembre y una cifra diaria sostenida de 10.000 contactos diarios. Este lunes se produjeron 12.603 seguimientos. Es decir, en solo dos meses, el seguimiento telefónico se ha multiplicado por 20.

¿Cuánto aguanta el sistema?

“Las cifras de Madrid siempre son muy llamativas por el volumen de población, pero la tendencia es generalizada en toda España. Los centros de salud están muy saturados por el covid. Se creía que pasando a la atención virtual o telefónica se iba a resolver el problema de la falta de recursos para atender a la población, pero lo que se ha hecho es empeorar el proceso. Se sigue sin poder atender a la población porque la demanda es brutal, y ahora encima crece el malestar porque ni siquiera pueden ver a su médico o porque el teléfono comunica todo el rato. El covid invisibiliza el resto de problemas de salud, y hay enfermedades que no pueden tratarse a golpe de teléfono”, advierte José Ramón Martínez, presidente de la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC).

Cada vez que surge un positivo, hay que llamar a una media de 10 contactos para que vengan a hacerse la prueba

Es una incógnita hasta cuándo puede aguantar un sistema de salud en el que no hay recursos para atender a su población enferma. “Para obtener cita telefónica, estamos ya dando una semana de retraso. El covid nos está sepultando. Cada vez que surge un positivo, hay que llamar a una media de 10 contactos estrechos para que vengan a hacerse la prueba y luego hacer el seguimiento. Solo en llamadas telefónicas se nos va el día, no hacemos otra cosa. El colapso no está cerca, el colapso ya está aquí”, señala Javier Carrasco, presidente de la Federación de Enfermería Comunitaria y de Atención Primaria (Faecap) y sanitario en un centro de salud de Castilla-La Mancha.

“En toda España están igual, los compañeros que me llaman se quejan de que no pueden seguir otras patologías, tienen que dejar de lado a sus pacientes crónicos, a las personas mayores y a los más vulnerables. Esto solo es sostenible si se inyectan recursos de inmediato. Ni siquiera se puede hacer un buen seguimiento de covid-19, en muchas comunidades hay deficiencias serias en el seguimiento y rastreo de casos”, prosigue Carrasco.

placeholder Una enfermera practica una prueba PCR a una paciente en Murcia. (EFE)
Una enfermera practica una prueba PCR a una paciente en Murcia. (EFE)

El déficit de rastreadores provoca que sean los propios ciudadanos quienes deban autorrastrearse. El personal del centro de salud llama a la persona que ha dado positivo por covid-19 y le pide que avise a todos sus contactos estrechos para que se hagan una prueba cuanto antes. Así, el seguimiento de ese brote queda en manos de la responsabilidad personal de cada uno. “Nosotros no podemos hacer más. Hacemos algunas tareas de rastreo, pero no podemos encima ponernos a buscar dónde trabaja cada uno y llamar a su centro laboral. Por suerte, la población es responsable y acude a hacerse una PCR cuando ha sido contacto estrecho”.

Se multiplican las PCR positivas

No solo se disparan los casos de potenciales infectados por covid-19. También incrementa el porcentaje de positivos confirmados. “En mi centro de salud, estamos a un 35% de positivos en las PCR, y hemos tenido medias del 25% en las últimas semanas. Subir de un 10% es una barbaridad”, advierte un enfermero en la zona centro de la ciudad de Madrid. Antes del verano, los porcentajes rara vez superaban el 5%. Una tasa del 35% sugiere dos cosas: que el virus está especialmente activo en nuestro país y que a este ritmo los centros de salud corren el riesgo de perder el rastro de multitud de infectados por la sobrecarga.

“Cada año, la temporada de gripe ocupa el 60% de nuestra agenda, empezando por la vacunación masiva a los mayores de 60 años. ¿Cómo lo haremos este año?”, se pregunta una enfermera que en su jornada de este lunes no ha parado de hacer pruebas PCR, 75 en total, como en una cadena de montaje, sin tiempo apenas para limpiar el espacio, informar al paciente y hacer el registro. “Estoy exhausta”, confiesa. “Luego he tenido que atender a 10 de mis pacientes, y en el siguiente turno tocará hacer otras 75 PCR”.

Foto: Una enfermera atiende a una paciente frente al centro de salud de Abrantes, en Carabanchel (Madrid), este viernes. (David Brunat)

¿Qué ocurrirá cuando el 100% de los recursos se destine al covid-19 y el resto de pacientes se queden desamparados sin sanidad pública, como ocurrió en marzo y abril? Esa es la pregunta del millón. “La semana que viene, veremos el efecto del inicio del curso escolar en la Atención Primaria, que puede ser la puntilla. Ya hay aulas confinadas y llevamos solo cuatro días”, indica Carrasco.

"El problema es que se mezcla mucha patología típica, y como el criterio es que cualquier proceso respiratorio, sea tos, dolor de garganta o diarrea, es susceptible de covid, esos pacientes pasan por el circuito PCR", señala Juan José Jurado, enfermero y presidente de la Sociedad Madrileña de Enfermería Familiar y Comunitaria (Semap). "En mi centro de salud, hemos pasado de 20-30 PCR diarias a principios de agosto a 100-120 diarias ahora, de las cuales un porcentaje notable da positivo".

Nadie quiere ni pensar en la tormenta perfecta que se avecina si ninguna Administración pone remedio: centros de salud colapsados, laboratorios colapsados y finalmente hospitales colapsados por el incremento de casos de covid-19 si se mantiene la curva ascendente y disparada de positivos.

Sin recuperarnos de la primera oleada, viene la segunda. Y mucha gente ya no puede más

Entretanto, la población comienza a dar signos de hartazgo por la disfunción del sistema de salud. “La población está muy nerviosa y los aplausos ya se están convirtiendo en situaciones estresantes para los profesionales. Y no les falta razón”, sostiene el presidente de Faecap. “Tener que llamar por teléfono para valorar una herida que no ves es muy complicado. Un paciente que requiere atención va al centro médico, solicita cita con su médico y se la dan en semana y media. Algunos políticos quieren hacer ver que estamos mejor de lo que estamos, y no es cierto. Sin recuperarnos de la primera oleada, ya viene la segunda. Y mucha gente ya no puede más”.

Los centros de salud españoles empiezan a colapsar por el aumento exponencial de pacientes sospechosos de tener covid-19. Los profesionales sanitarios lo definen como un accidente de tráfico que ves llegar 15 segundos antes y sabes lo que va a ocurrir, a diferencia de marzo, cuando todo sucedió súbitamente y sin tiempo para reaccionar.

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