Cs apoyará la comisión sobre Kitchen y cuenta con un fuerte desgaste del PP

Ciudadanos apoyará la comisión de investigación sobre la pieza Kitchen registrada por PSOE y Unidas Podemos. Aunque todavía no lo ha confirmado públicamente, dirigentes del partido insisten en que su postura frente a cualquier acto de corrupción, independientemente del partido político, contará con su apoyo a la hora de investigar en el Congreso. En otras legislaturas, el partido naranja ya fue muy combativo con comisiones e iniciativas relacionadas con casos de corrupción del PP y su posición no cambiará ahora, a pesar de gobernar en coalición en cuatro comunidades autónomas, y conscientes de que para Pablo Casado acarreará un “desgaste importante”.

Sí reconocen malestar después de que el PSOE no respaldara la comisión que pretendía investigar la financiación de Unidas Podemos —la Mesa dio vía libre, pero en la junta de portavoces, los socialistas se negaron—. “Es una vergüenza que impidan esa comisión. Nosotros vamos a investigar a nuestros socios en distintos gobiernos y ellos deberían hacer lo mismo”, insisten desde el partido. Más todavía cuando el fiscal ya se ha pronunciado y es partidario de centrar las indagaciones en los contratos de la consultora Neurona, cercana a Juan Carlos Monedero.

En todo caso, dirigentes del grupo parlamentario naranja ya han analizado la propuesta registrada por los dos partidos del Gobierno sobre Kitchen, la pieza separada del caso del comisario Villarejo que se circunscribe al espionaje de Bárcenas impulsado desde el propio PP y con recursos del Estado, y la ven correcta. También los grupos minoritarios —Junts per Catalunya, la CUP, BNG, Más País, Compromís y EH Bildu— registraron una comisión similar (en realidad, lo anunciaron antes incluso que PSOE y Podemos), aunque todo hace pensar que ambas confluirán.

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Sea como sea, Ciudadanos respalda una investigación sobre la corrupción heredada de Rajoy y que puede convertirse en una verdadera pesadilla de titulares para Casado. De hecho, Podemos aseguró este jueves que pretenden llamar a declarar en sede parlamentaria al actual líder del PP, igual que al expresidente del Gobierno. Los populares se escudan en que ninguno de los posibles implicados (el fiscal pide la imputación del exministro del Interior Jorge Fernández Díaz; la ex secretaria general del PP María Dolores de Cospedal, y todo apunta a que incluso podrían investigar a Mariano Rajoy) están ya en política activa. Tampoco en la dirección actual, y ni siquiera concurrieron en listas electorales a las pasadas elecciones.

Pero el partido de Inés Arrimadas da por hecho que el PP acusará “un fuerte desgaste” en los próximos meses. Cuentan con que la labor de oposición se complicará “con esa losa” día tras día, y reconocen que probablemente esto llega en el peor momento para los populares, que insisten en mostrar una alternativa frente al Gobierno de Pedro Sánchez y su gestión de la pandemia.

Precisamente, en 2017 el partido naranja, aún liderado por Albert Rivera, se unió a PSOE y Podemos para impulsar una comisión del caso Bárcenas. El PP se resistió a registrarla, a pesar de haberse comprometido a ello con Ciudadanos en el pacto de investidura. Ya entonces, aquello constituía el mayor punto de fricción entre conservadores y naranjas. Los segundos siempre acusaron a Rajoy de “arrastrar los pies” y “tapar la corrupción en vez de combatirla”. En aquel momento, con los casos Gürtel y Lezo en plena efervescencia (Esperanza Aguirre dimitía en aquel abril), dirigentes de Ciudadanos auguraban una legislatura “infernal” para los populares, conscientes de que los titulares se multiplicarían, igual que las implicaciones de algunas de sus figuras más emblemáticas.

En realidad, el crecimiento del partido naranja en aquellos años se explica en buena parte por la erosión que la corrupción había generado en el electorado del PP, que se ilusionó con otra opción de centro derecha renovada. Ahora, el escenario es muy distinto, con un Gobierno de coalición de la izquierda y Ciudadanos convertido en un grupo pequeño de 10 diputados. Aun así, en el partido naranja consideran que ahora se abrirá una nueva etapa si Casado no consigue encajar los golpes que están por venir.

De hecho, la campaña del líder popular para las primarias de su partido y el discurso que mantiene en estos momentos sigue siendo el de defender “la honestidad del PP”, asegurando que en el partido que él encabeza “no cabe un solo corrupto”. Casado dio la cara por la formación en muchas ocasiones siendo vicesecretario de Comunicación, a pesar de que reconocía que eran casos completamente ajenos a él y que afectaban a personas que ni siquiera conoció. La cuestión ahora es si las siglas del PP podrán también desmarcarse de esa pesada mochila.

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Más allá de eso, en el partido naranja reiteran que ningún Gobierno de coalición corre peligro y se ratifican en que la moción de censura en Madrid solo está en la imaginación del PSOE. Arrimadas tiene claro, igual que Génova, que la moción no es un camino en ningún caso. Entienden que la operación es demasiado arriesgada (en el caso del PP, temen que Ayuso perdiera los apoyos para gobernar; mientras que Ciudadanos afronta unas encuestas malísimas en estos momentos). En otras palabras, las direcciones nacionales tienen claro que a nadie le compensa acudir a las urnas en estos momentos y que, además, como defienden también los líderes regionales, todos los esfuerzos deben centrarse en luchar contra la pandemia y dar estabilidad a la comunidad.