Iglesias comunicó a Sánchez su veto al acuerdo con Ciudadanos

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias mantuvieron el lunes en la Moncloa una larga conversación, con debate incluido. La primera del curso político, continuación de las que han venido teniendo desde enero casi con periodicidad semanal para coordinarse y, sobre todo, para limar asperezas y curar heridas entre los dos partidos que forman el Gobierno de coalición.

Hicieron repaso sobre temas pendientes y sobre estrategias. Es sabido que el presidente está ahora en la fase de dejar que sean las comunidades autónomas las que asuman el desgaste de la gestión de la pandemia, para centrarse en el mensaje de la recuperación y la unidad.

También para lograr la renovación de instituciones como el Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Constitucional, el Defensor del Pueblo y RTVE, de cuyas negociaciones con el PP el presidente quiere alejar a Unidas Podemos, aunque tendrá opciones de proponer candidatos.

En su relación hay un capítulo de agravios que en estos días se refieren al malestar del líder de Unidas Podemos con declaraciones de miembros socialistas del Gobierno, que hablaron de la necesidad de que Iglesias compareciera en el Congreso para dar explicaciones sobre los sumarios que le afectan, además de las notorias diferencias sobre el rey emérito y sobre la monarquía.

De hecho, la Mesa del Congreso tiene que ver en los próximos días una nueva petición de grupos nacionalistas e independentistas para que la Cámara investigue actividades relacionadas con el rey emérito y otra del PP para que se investiguen las cuentas de Unidas Podemos.

En ambos casos, el voto del PSOE servirá para rechazar ambas peticiones. En la de la monarquía coincidirán con PP y Vox y en la de Unidas Podemos coincidirán con el partido de Iglesias para frenarla.

TE PUEDE INTERESAR

Podemos avisa al PSOE: no apoyarán unos Presupuestos pactados con Ciudadanos

Europa Press

Sánchez quiere preservar a su vicepresidente, como forma de mantener la legislatura, y así lo ha hecho hasta ahora en público y también en votaciones como la del martes en la Diputación Permanente al bloquear la comparecencia del líder de Unidas Podemos.

Y, por supuesto, hablaron de los Presupuestos Generales del Estado para 2021. A este tema le dedicaron la mayoría de la conversación, que terminó en debate. El presidente mantiene abiertamente que su interés (y su única opción) es pactarlos con Ciudadanos y por eso ha deseado una estrategia en la que habla de “Presupuestos de País”, prepara actos con empresarios y sociedad civil e intenta desideologizar las cuentas para que puedan salir adelante.

Insisten fuentes de la Moncloa en que no es posible mantener los Presupuestos que hizo Cristóbal Montoro en 2018, porque no valen ni para hacer frente a la crisis provocada por la pandemia, ni para gestionar los fondos europeos que llegarán en 2021. Por supuesto, no sacarlos adelante sería una derrota política de la que difícilmente se recuperaría el Gobierno de coalición.

Iglesias fija su posición clara, desafía la propuesta de Sánchez y arruina la estrategia del presidente

En principio, ERC no está en condiciones de apoyar el proyecto. La tesis inicial de volver al pacto de investidura dependía de una convocatoria de elecciones en Cataluña para octubre que no se ha producido y la Moncloa da por hecho que será muy difícil contar con ERC, aunque fuentes de este partido no cierran del todo la puerta.

Iglesias mantiene (y mantuvo ante Sánchez) que no puede entrar en un acuerdo que incluya a Ciudadanos. Y, de hecho, lo que ha expresado en privado se encargó de que lo dijeran en público este viernes Rafa Mayoral e Isa Serra, dos personas de su estricta confianza. Todo un pulso público que no será fácil de rectificar. La discusión entre ambos ha tenido continuidad durante la semana.

El vicepresidente sostiene que hay que explorar la opción de la izquierda, aunque para eso sea necesario demorar la aprobación de los Presupuestos y esperar a las elecciones catalanas.

De esta forma, Iglesias fija su posición clara, desafía la propuesta de Sánchez y arruina la estrategia del presidente del Gobierno que incluía apelaciones al PP, con el objetivo de aislar al partido de Pablo Casado.

“¿Cómo va a pedir ahora Sánchez apoyo al PP a lo que pacte con Ciudadanos si ni siquiera su socio de Gobierno está dispuesto a hacerlo?”, se preguntan satisfechos en el PP.

Sin Ciudadanos no hay Presupuestos y con ellos tampoco porque no estaría Unidas Podemos. Ese es el panorama que le queda a Sánchez.

La Moncloa ya había dado vía libre a los ministerios para acercar posiciones con el partido de Inés Arrimadas. El propio Sánchez ha hablado este verano con la líder de Ciudadanos y varios ministros tienen trato regular con diputados de este partido. El miércoles el presidente oficializará en la Moncloa el inicio de las conversaciones con Arrimadas.

El martes, un día después de verse con Iglesias por primera vez tras las vacaciones, Sánchez incluyó en su intervención previa la rueda de prensa frases sobre los Presupuestos que parecen dirigidas a su socio en el Gobierno: “Los presupuestos antiguos eran ya inservibles antes de la crisis provocada por la pandemia. Ahora, tras la crisis, son peor que inútiles, son contraproducentes y nocivos, en definitiva necesitamos unos presupuestos de país. La negociación de unos nuevos presupuestos medirá la responsabilidad y también el sentido de Estado de todas las fuerzas políticas y de cuáles anteponen los intereses generales a los partidistas”.

Según fuentes de la Moncloa, en su conversación con Iglesias, el presidente del Gobierno insistió en el argumento de Europa, es decir, la necesidad de trasladar mensajes moderados.

Los ministros Alberto Garzón y Yolanda Díaz no se han opuesto esta semana en sus declaraciones públicas al pacto con Ciudadanos. Todo lo contrario. Fuentes del sector socialista del Gobierno han manejado durante el verano la teoría de que les favorecía la debilidad de Iglesias y su partido por los procesos judiciales, en la medida en que esa situación le empuja a aceptar los Presupuestos con Ciudadanos. Por eso, sostienen que el Gobierno debe blindar la debilidad de Iglesias para lograrlo.

Pero desde el partido morado replican que ese análisis muestra desconocimiento sobre la forma de actuar. “Si creen que debilitándonos nos van a hacer pasar por ese acuerdo, están muy equivocados. Es no conocernos”, aseguran fuentes de Unidas Podemos. Y no les gusta que use "al Ibex" para presionar sobre los Presupuestos. Su tesis es que un eventual acuerdo con Ciudadanos, que solo aporta 10 diputados, sacaría a otros partidos como ERC o Bildu y no completaría la mayoría suficiente.

Sánchez ya fracasó una vez en 2016 en el intento de transversalidad, es decir, unir a Ciudadanos y Unidas Podemos bajo un mismo acuerdo

Sánchez ya fracasó una vez en 2016 en el intento de transversalidad, es decir, unir a Ciudadanos y Unidas Podemos bajo un mismo acuerdo. Entonces primero pactó con Albert Rivera un acuerdo de Gobierno y dio por hecho que Iglesias no se atrevería a vetarlo y votar en contra en la investidura. Pero lo hizo.

Y ha enturbiado la relación entre ambos partidos el supuesto malestar con la ministra de Educación, Isabel Celaá, que ha terminado en enfado de los socialistas. Sostienen que los ministros de Unidas Podemos aprobaron en Consejo el 16 de junio que el fondo a las comunidades no fuera finalista y así lo votaron el 15 de julio en el Congreso en la convalidación del decreto.