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La geopolítica de los regalos de Juan Carlos I: la operación Búho y el terreno de Marrakech
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la historia del suelo regalado por Mohamed VI

La geopolítica de los regalos de Juan Carlos I: la operación Búho y el terreno de Marrakech

El regalo del terreno llegó después de que Mohamed VI se quejara a Zarzuela en 2012 de que le molestaban los narcovuelos y el Ministerio del Interior desplegara un operativo para acabar con ellos

Foto: El rey Juan Carlos y el rey Mohamed VI de Marruecos en una cena oficial en 2013. (EFE)
El rey Juan Carlos y el rey Mohamed VI de Marruecos en una cena oficial en 2013. (EFE)
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Las justicias suiza y española tratan de desenmarañar las presuntas operaciones irregulares que permitieron al rey Juan Carlos acumular una fortuna millonaria en el exterior. Uno de los últimos enigmas por resolver es un terreno a las afueras de Marrakech supuestamente regalado por Mohamed VI y cuya existencia no trascendió hasta julio de 2018, cuando se difundieron las grabaciones del comisario Villarejo a Corinna Larsen. El episodio que rodea a ese trozo de suelo retrata el verdadero trasfondo de las relaciones del Rey emérito con los países árabes a lo largo de su reinado, una diplomacia tejida con favores y regalos que empieza a ver la luz.

Las relaciones entre España y Marruecos están repletas de altibajos. En 2012 pasaban por una de sus mejores fases, pero había un asunto que inquietaba especialmente a Mohamed VI. En los meses estivales suele instalarse en sus palacios de Rincón y Alhucemas, a orillas del Mediterráneo, y navega y practica otros deportes náuticos en las aguas del Estrecho. Aquel verano llamó al Palacio de la Zarzuela para quejarse de que se había topado con numerosos narcovuelos durante sus paseos en barco y pidió al rey Juan Carlos que hiciera lo que fuera necesario para que esas aeronaves dejaran de molestarle.

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Mohamed VI sentado junto al rey emérito en 2013. (EFE)

Lo cierto es que, en esa época, las organizaciones criminales del Campo de Gibraltar y la Costa del Sol habían intensificado el uso de avionetas y helicópteros para introducir en España grandes cargamentos de droga, imitando el sistema empleado durante décadas por los carteles de Colombia para meter su mercancía en México y Estados Unidos. Las aeronaves aterrizaban en el norte de Marruecos y volvían cargadas hachís hasta el techo. Se desplazaban a escasa altura y de noche, sin luces de navegación, para ser casi indetectables. Despegaban y aterrizaban en cualquier superficie medianamente plana.

La queja de Mohamed VI surtió efecto. Zarzuela trasladó el enfado al Gobierno de Mariano Rajoy y el Ministerio del Interior montó inmediatamente un dispositivo especial para combatir esa nueva modalidad de narcotráfico. El plan recibió el nombre de operación Búho. Apenas tuvo trascendencia, pero el departamento que entonces dirigía Jorge Fernández Díaz dedicó enormes recursos humanos y materiales a terminar con esos vuelos, según han confirmado a El Confidencial fuentes de Interior. La orden venía de la Jefatura del Estado.

El ministro del PP dio algunas pistas sobre esa operación en una comparecencia en el Congreso en abril de 2013 sobre el resultado de la lucha contra el narcotráfico, aunque prefirió no ser demasiado explícito. “Por aire existen los llamados narcovuelos cuando hablamos de hachís. Son pilotos de fortuna y organizaciones multinacionales de narcotraficantes las que operan, especialmente en las provincias de Sevilla y Cádiz -aunque la presión que estamos realizando está haciendo que se expandan a otros lugares-, con avionetas y helicópteros en vuelos nocturnos a través del estrecho de Gibraltar”, explicó en sede parlamentaria.

placeholder Una red internacional de tráfico de hachís entre España y Marruecos desarticulada por la Guardia Civil que utilizaban un helicóptero para transportar la droga. (EFE)
Una red internacional de tráfico de hachís entre España y Marruecos desarticulada por la Guardia Civil que utilizaban un helicóptero para transportar la droga. (EFE)

Las palabras de Fernández Díaz de aquella comparecencia cobran ahora otro sentido. “Estos narcovuelos, aparte de provocar intrusiones en el espacio aéreo y violación a la soberanía del Reino de Marruecos en este caso, es uno de los medios de tráfico de hachís desde el Magreb, desde el norte de África, a España. Estamos actuando muy eficazmente contra esos narcovuelos y tenemos una relación con Marruecos de extraordinaria colaboración”, dijo, sin dar muchos más datos. “La Guardia Civil ha firmado un convenio con el Ministerio de Defensa; no voy a entrar en detalles más concretos porque eso favorecería a quienes tenemos que combatir, pero puedo asegurar que se está actuando muy eficazmente contra esos narcovuelos, esos vuelos rasantes de baja traza que no detectan los radares orientados al estrecho de Gibraltar”.

La operación Búho fue un auténtico éxito para la lucha contra el narcotráfico y, también, para las relaciones bilaterales con Marruecos. Las aeronaves dejaron de molestar a Mohamed VI y este mostró rápidamente su agradecimiento. El 15 de julio de 2013, Juan Carlos I viajó a Rabat para una visita oficial de tres días. Fue recibido con honores de Estado y trato de familia por el propio Mohamed VI, su hijo Mulay Hassan y su hermano Mulay Rachid. Los tres acudieron a darle la bienvenida en la misma escalerilla del avión. Además, la cumbre se celebró en pleno Ramadán, una circunstancia inédita hasta ese momento, y en la visita participaron cinco ministros del Gobierno de Mariano Rajoy y fueron invitados nueve exministros de Asuntos Exteriores.

El resultado fue tan satisfactorio que, el 30 de julio de 2013, dos semanas después del viaje oficial, Mohamed VI anunció el indulto de 48 presos españoles que cumplían condena en las cárceles de Marruecos. El rey Juan Carlos telefoneó a su homólogo para agradecerle “profundamente” el gesto, “muestra singular de amistad entre los dos pueblos”, informó entonces Casa Real.

placeholder Jorge Fernández Díaz, en 2013, cuando era ministro del Interior, en una comparecencia en el Congreso.
Jorge Fernández Díaz, en 2013, cuando era ministro del Interior, en una comparecencia en el Congreso.

Fue en ese contexto en el que Mohamed VI regaló el ya famoso terreno de Marrakech. Probablemente nunca habría trascendido sin la publicación, en julio de 2018, de las grabaciones que el comisario Villarejo hizo a Corinna Larsen. La examante de Juan Carlos I contó al policía en esos audios, desvelados por 'El Español' y 'Ok Diario', que el mandatario marroquí regaló al Rey emérito un solar de “nueve acres” (36.420 metros cuadrados) a las afueras de Marrakech y que el monarca habían recurrido a ella para ocultar su relación con ese suelo.

Corinna explicó a Villarejo que estaba molesta por que hubieran utilizado su nombre sin su consentimiento. “Si el emérito no sabe lo que quiere hacer, nosotros no podemos ponernos en una situación... ¿Qué quieres que haga con la propiedad? Hay camellos, no hay electricidad. Tienes que hacer una inversión, también de seguridad porque esos países son peligrosísimos", relató la expareja del rey emérito.

El regalo de ese terreno es una de las operaciones que investiga el fiscal del cantón de Ginebra Yves Bertossa en las diligencias que abrió en septiembre de 2018 para investigar el presunto blanqueo de capitales de Juan Carlos I en territorio helvético. En la causa consta que uno de los despachos de abogados más utilizados por el monarca para crear estructuras 'offshore', el panameño ABA Legal Bureau, montó el 26 de junio de 2013 la sociedad mercantil que pasó a controlar el terreno regalado por Mohamed VI días más tarde. Al frente de la compañía, Mountain Lion Management Inc., figuran testaferros de ese bufete. Pero la verdadera titular de sus activos es Corinna Larsen, según el procedimiento suizo.

Fuentes de la investigación precisan que Corinna ha matizado las afirmaciones que realizó ante Villarejo sin saber que estaba siendo grabada. La aristócrata alemana comenzó a visitar Marruecos en los años 90 por negocios inmobiliarios y trabó relación con las más altas autoridades del país. Según ha manifestado, su actividad consistía en ofrecer oportunidades de inversión en Marruecos a grandes fortunas europeas.

placeholder El fiscal de Ginebra Yves Bertossa. (EFE)
El fiscal de Ginebra Yves Bertossa. (EFE)

La expareja del Rey emérito habría admitido que, efectivamente, en 2013 recibió un terreno a las afueras de Marrakech en una zona sin urbanizar. Carecía de conexión a las redes de agua potable y electricidad. En ese momento, Corinna y Juan Carlos I habían dado por terminada su relación sentimental pero mantenían un estrecho contacto y el monarca intentó utilizar a su antigua compañera en diferentes ocasiones para diluir el rastro de su fortuna.

La empresaria entendió el regalo de Mohamed VI como otra operación inmobiliaria. Sin embargo, ella misma terminó albergando dudas sobre quién era el verdadero destinatario del suelo. Tras reunirse con Villarejo, envió a sus abogados a Rabat para que el entorno de Mohamed VI le aclarara si el solar que figuraba a su nombre era para Juan Carlos I o para ella. Según habría declarado la empresaria, en esas gestiones le especificaron que ella era la auténtica titular de los nueve acres y que era libre de hacer con ellos lo que quisiera, una versión diferente de la que sostuvo en los audios del comisario, captados entre 2015 y 2016.

Hay otros regalos en la investigación de Suiza y en las que tienen en sus manos la Audiencia Nacional y la Fiscalía del Tribunal Supremo. El más relevante son los 65 millones de euros que el rey Abdulá de Arabia Saudí transfirió en agosto de 2008 a una cuenta en el banco Mirabaud de Ginebra controlada por Juan Carlos I. Los tres procedimientos en curso tratan de averiguar si ese pago es una comisión relacionada con la adjudicación del AVE a La Meca a un consorcio de empresas españolas en 2011 por un importe de 6.736 millones de euros. Pero las pesquisas apuntan ya en otra dirección.

Poco antes de que Arabia Saudí transfiriera los 65 millones de euros al Rey emérito en concepto de “donación”, el monarca impuso al Rey Abdulá el toisón de oro, la mayor condecoración que puede otorgar la Casa Real y una de las más importantes del mundo. Y solo unos días antes de que el dinero entrar en la cuenta de Mirabaud, el rey Juan Carlos patrocinó una Conferencia Interreligiosa en Madrid que reunió a grandes líderes de todo el mundo y presentó al régimen saudí, una temible dictadura de inspiración islamista, como un país democrático, abierto y multicultural.

Las justicias suiza y española tratan de desenmarañar las presuntas operaciones irregulares que permitieron al rey Juan Carlos acumular una fortuna millonaria en el exterior. Uno de los últimos enigmas por resolver es un terreno a las afueras de Marrakech supuestamente regalado por Mohamed VI y cuya existencia no trascendió hasta julio de 2018, cuando se difundieron las grabaciones del comisario Villarejo a Corinna Larsen. El episodio que rodea a ese trozo de suelo retrata el verdadero trasfondo de las relaciones del Rey emérito con los países árabes a lo largo de su reinado, una diplomacia tejida con favores y regalos que empieza a ver la luz.

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