Casado defiende su estrategia ante las voces críticas: "El PP no ha dejado la moderación"

El presidente del PP reunió este miércoles al comité ejecutivo nacional en Madrid, con los principales líderes territoriales, para celebrar el triunfo sin matices en Galicia y avanzar en la estrategia que el partido seguirá como única alternativa al Gobierno de PSOE y Podemos. Después de que varios barones territoriales dejaran claro que la victoria de Alberto Núñez Feijóo es también la victoria de la “moderación” y el “equilibrio” el debate interno se centraba en ver si Pablo Casado hacía suyo el discurso de “un PP templado” para reunificar el centro derecha en torno a la formación.

Pero el líder de los populares lanzó un contundente discurso en el que defendió que “nadie nos tiene que llevar a la moderación, porque siempre hemos estado en ella”, recalcando que tampoco “nadie nos puede apartar del combate del radicalismo” —refiriéndose al Ejecutivo de Sánchez e Iglesias— e insistiendo en que “ahora es el momento de hacer oposición”. “No debemos callar ante lo que vemos ni dejar de denunciar lo que va a ocurrir si el Gobierno no cambia sus planes. No caigamos en el viejo anzuelo que lanza el PSOE sobre la crispación”, repitió en varias ocasiones como ya ha hecho antes, recordando que la estrategia de los socialistas siempre pasa por unir al PP y la extrema derecha.

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Y detalló algunos ejemplos del pasado. “A Feijóo en 2009 lo llamaban radical centrista y después pasaron a acusarle de ser un derechista mesetario. Los dos pinchan en hueso porque es un brillante gestor. Pero antes, otro gallego, Pepe Blanco, le decía a Rajoy que hacía florecer los aguiluchos de la extrema derecha. En los noventa a Carlos Iturgaiz le llamaban blando por proponer alianzas con el PSOE o después justificar un pacto nacional con el PNV, o llegar a acuerdos con los verdes en Bruselas”. Por eso, Casado se reafirmó en que la fórmula es “ser moderado en el tono y contundente en el contenido” y, al mismo tiempo, dejando claro que “sin oposición solo habría una nación totalitaria”.

Cargó con dureza contra el Partido Socialista, “los que recetan carnés de centrismo son los mismos que pactan con independentistas y nacionalistas, son los del cordón sanitario y los del no es no”. Recordó que el PP apoyó “tres prórrogas del estado de alarma, la nueva normalidad, la candidatura de Nadia Calviño, el ingreso mínimo vital y una docena de pactos desde hace meses que solo reciben portazos”. Le acusó también de haber blanqueado a Bildu y haber facilitado la campaña vasca a la izquierda abertzale con sus pactos en el Congreso.

Casado arengó a los suyos recordando que las victorias en Galicia “siempre son el preludio de la victoria nacional” e hizo suyas algunas de las declaraciones que Feijóo ha lanzado en estos días. “Nuestra estrategia es ser la fuerza tranquila que ampare a todos los españoles moderados, incluidos los socialdemócratas huérfanos del PSOE” —algo que ayer fijo el presidente de la Xunta en muchas entrevistas—. Repitió que “cuando el centro derecha se une en torno al PP, el partido es capaz de derrotar la suma del socialismo, populismo e independentismo, como ha ocurrido en Galicia”. Y también recalcó que “llegando al Gobierno” muchas de las polémicas inexistentes se solucionan: “Llega el carisma y desaparece la crispación”.

Feijóo pide "un PP templado"

Justo antes de empezar el comité ejecutivo, el presidente de la Xunta aseguró a su llegada a Génova que los comicios del pasado domingo han lanzado “un mensaje de optimismo a la política” porque los ciudadanos eligieron “un parlamento viable” (con solo tres fuerzas políticas representadas) y “dejaron fuera al populismo”. “Hemos dicho no a la política frívola, a la política del tuit y a la política populista de los dos extremos. Los extremos no han entrado al Parlamento de Galicia”, lanzó contundente.

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Feijóo reconoció a las preguntas de los medios que “su modelo funciona en Galicia” y que dio la receta para recuperar el espacio político a nivel nacional: “Tenemos que extrapolar un PP que es lo que ha sido siempre, un partido de Estado, templado. Nosotros no vamos a cambiar nuestros principios por las modas que puedan durar meses o incluso años. El PP no es un partido frívolo, es una alternativa. Cuando se le habla claro a la gente el populismo de extrema derecha y de extrema izquierda no entra”; volvió a repetir en referencia a la debacle de Podemos y las mareas (de segunda fuerza pasaron a la desaparición) y al fracaso de Vox.

Aseguró que ese debe ser el camino y que el objetivo a cumplir es que el PP vuelva a representar a 10 millones de personas. “No me resigno a ver cómo el populismo sale también del Congreso de los Diputados y se recompone de nuevo el centro derecha, la única alternativa al socialismo y al independentismo que es su socio de legislatura”, insistió