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La participación marca el mínimo histórico en País Vasco y sube cinco puntos en Galicia
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Dato al cierre de los colegios

La participación marca el mínimo histórico en País Vasco y sube cinco puntos en Galicia

El voto por correo no ajustó, finalmente, el dato de Euskadi, mientras que para encontrar un precedente de participación tan alto en la comunidad presidida por Feijóo hay que remontarse hasta 1985

Foto: Normalidad en el arranque y la constitución de mesas electorales
Normalidad en el arranque y la constitución de mesas electorales

La participación ha sido la gran protagonista de una jornada electoral atípica. Finalmente, el voto por correo no ajustó el dato del País Vasco, que con un 52,8% de votos ha registrado su mínimo histórico. En comparación con los comicios de hace cuatro años, la implicación de los ciudadanos ha bajado 7,2 puntos; y 6,96 respecto a las primeras elecciones, allá por 1980. La otra cara de la moneda es Galicia, donde se ha superado en 5,19 puntos el dato de los sufragios celebrados en 2016, al marcar un 58,84% frente al 53,63% de entonces. De hecho, hay que remontarse hasta 1985 para encontrar un porcentaje similar al de 2020.

La localidad guipuzcoana de Ordizia, donde en los últimos días se ha intensificado un brote de coronavirus que afecta a 70 vecinos, ha registrado una participación final del 55,95%, paradójicamente por encima de la media vasca. En Burela, epicentro del foco activo en la comarca de A Mariña, las restricciones de la movilidad tampoco han lastrado en gran medida a los votantes. Aunque bastante inferior al del resto de la comunidad, el dato final ha marcado un 51,69%, lo que supone que 3.676 electores han ejercido su derecho.

Participación hasta las 17:00

Los avances ofrecidos por las autoridades de País Vasco y Galicia han servido para radiografiar la evolución de una cita enmarcada en una situación inédita, con áreas confinadas y varios rebrotes que siguen preocupando en Sanidad. Los primeros datos en Galicia mostraron una subida de la participación, tradicionalmente baja —nunca en unas autonómicas gallegas se ha superado el 65% de participación—, a primera hora de la mañana: a las 12:00 habían votado el 19,41% de los gallegos, 4,4 puntos porcentuales más que los que lo habían hecho en los comicios de 2016. No obstante, los datos publicados a las 17:00 apuntaban a una relativa normalidad en lo que a implicación del electorado gallego se refiere: rozando el 43%, los datos de participación a esta hora son muy similares a los de 2016 y 2012, apenas medio punto por encima de aquellos.

Sí que llamaba la atención, no obstante, la cifra de implicación en Euskadi: la participación sufrió, ya en el segundo avance, una caída en picado de 8,4 puntos con respecto a las autonómicas del 2016, mucho más marcada (aunque en todas superior a los 8 puntos) en la provincia de Álava. La esperanza de que esta cifra se explicara por los más de 125.000 vascos que solicitaron el voto por correo se mantuvo hasta el final, pues sus papeletas se sumarían al cierre de los colegios electorales: en ese momento, el presidente de cada mesa introduce las papeletas en la urna, después de haber verificado que todos ellos están inscritos en el censo, tal y como está previsto en el artículo 88.2 de la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG).sus papeletas se suman una vez que se cierran los colegios electorales: en ese momento, el presidente de cada mesa introduce las papeletas en la urna, después de haber verificado que todos ellos están inscritos en el censo, tal y como está previsto en el artículo 88.2 de la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG).

"A las 20:00, el presidente anunciará en voz alta que se va a concluir la votación. Si alguno de los electores que se hallan en el local o en el acceso al mismo no ha votado todavía, el presidente admitirá que lo hagan y no permitirá que vote nadie más. Acto seguido el presidente procede a introducir en las urnas los sobres que contengan las papeletas de voto remitidas por correo, verificando antes que se cumplan las circunstancias expresadas en el párrafo tercero del artículo 73 y que el elector se halla inscrito en las listas del censo. Seguidamente, los vocales anotarán el nombre de estos electores en la lista numerada de votantes", reza la normativa.

Participación hasta las 12:00

Los votantes más madrugadores, entre los que no se ha registrado ninguna incidencia, han sido más numerosos de lo habitual, incluso en la región más afectada por el coronavirus, la comarca de A Mariña (Lugo), donde ha pasado de un 15,65% (2016) a un 16,83%.

Entretanto, Euskadi experimenta una tendencia diferente, con una ligera caída generalizada en toda la comunidad autónoma, mucho más pronunciada en Guipúzcoa, donde la participación ha bajado en dos puntos porcentuales. Hasta las 12:00 el 14,14% de los vascos había acudido a las urnas, frente al 15,40 de los que lo habían hecho en 2016 a la misma hora. En Álava se mantienen los datos bastante similares, con una ligera caída inferior a un punto; en Vizcaya la bajada de participación es algo más acusada, del 14,51% de 2016 al 13,49% actual; sin embargo, es Guipúzcoa la que ha visto una abstención más pronunciada a primera hora, pasando del 17,53% de participación de las elecciones de hace cuatro años al 15,48% de la actual cita electoral.

La participación ha sido la gran protagonista de una jornada electoral atípica. Finalmente, el voto por correo no ajustó el dato del País Vasco, que con un 52,8% de votos ha registrado su mínimo histórico. En comparación con los comicios de hace cuatro años, la implicación de los ciudadanos ha bajado 7,2 puntos; y 6,96 respecto a las primeras elecciones, allá por 1980. La otra cara de la moneda es Galicia, donde se ha superado en 5,19 puntos el dato de los sufragios celebrados en 2016, al marcar un 58,84% frente al 53,63% de entonces. De hecho, hay que remontarse hasta 1985 para encontrar un porcentaje similar al de 2020.

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