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¿Cuándo ha sido más alta la participación en Galicia? La abstención, en el ADN gallego
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¿Cuándo ha sido más alta la participación en Galicia? La abstención, en el ADN gallego

Existen ciertas teorías en torno a la participación y la abstención entre los electores españoles de las que podría decirse que habría que extraer a los votantes gallegos

Foto: Parlamento de Galicia, en Santiago de Compostela (EFE)
Parlamento de Galicia, en Santiago de Compostela (EFE)

Existen ciertas teorías en torno a la participación y la abstención entre los electores españoles de las que podría decirse que habría que extraer a los votantes gallegos. En líneas generales, la participación desde 1977 en el país nunca ha estado por debajo del 68%, alcanzando su pico máximo en 1982, con un 80% del electorado llamado a las urnas acudiendo a depositar su papeleta. Hay estudios que apuntan a que las "elecciones del cambio", es decir, en las que el partido gobernante cambia, suelen ser comicios de alta participación; ahora, bien en el caso de Galicia todas estas teorías no pueden aplicarse.

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Desde el inicio de la democracia, el partido más votado en suelo gallego siempre ha sido el Partido Popular (o la Alianza Popular o la Coalición Popular) y solo durante una legislatura no fueron los 'populares' los que controlaron el Parlamento gallego, la surgida en los comicios de 2005, de donde nació el bipartito del PSdeG y el BNG, al que Mariano Rajoy definió como "imparable máquina de no hacer nada". Esto, sumado a los datos de participación en los comicios autonómicos, marca grandes diferencias con respecto al resto de la población española. Según José Vilas Nogueira, autor de 'Las elecciones autonómicas de Galicia' (hasta los años noventa), "es fácil concordar en que la propensión abstencionista es una de las características diferenciales del comportamiento del electorado gallego respecto de la media española". Esta afirmación cobra sentido incluso si se ven los datos de participación posteriores a los que Vilas Nogueira había estudiado.

Aunque este autor alude a muchos elementos culturales como causa, también sostiene que existen otras posibles explicaciones a la baja participación entre los gallegos en los procesos democráticos, como la presencia, en los censos electorales, de más deficiencias que el resto de los censos del país, o la "extrema dispersión de la población en zonas rurales", lo que dificulta el acceso a las urnas más que en zonas densamente pobladas. Entre las razones culturales, Vilas Nogueira alude a la proximidad de la cultura política gallega al paradigma de la cultura parroquial, razón por la que, sostiene, "el diferencial de abstención disminuye en las elecciones municipales"; es decir, menos abstención en las municipales, pero mucha más en las generales.

En cualquier caso, las autonómicas en Galicia han tenido una tasa de abstención mucho más alta que la media española, y su participación máxima no ha llegado siquiera a los datos más bajos en lo que a participación en elecciones generales se refiere. Ese dato es el que se obtuvo en 2009, primera mayoría absoluta para Alberto Núñez Feijóo, quien ahora busca repetir el logro que solo Manuel Fraga había conseguido hasta la fecha: cuatro mayorías absolutas consecutivas. ¿Fueron elecciones de cambio? Sí, las únicas: fue la primera cita electoral tras el experimento del bipartito entre el Bloque y los socialistas gallegos, quienes habían sumado en 2005 un total de 38 escaños, uno más que los populares.

Las encuestas apuntaban entonces a una caída de la participación con respecto a la cita anterior y, además, un resultado que dejaría abierta la posibilidad de repetir el bipartito. Lejos de rozar el 60% (con aquella caída de tres o cuatro puntos estimada), la participación se mantuvo bastante similar aunque con una más que ligera subida, dibujando el escenario de la máxima participación gallega en unas autonómicas en algo menos de un 64,5%.

Existen ciertas teorías en torno a la participación y la abstención entre los electores españoles de las que podría decirse que habría que extraer a los votantes gallegos. En líneas generales, la participación desde 1977 en el país nunca ha estado por debajo del 68%, alcanzando su pico máximo en 1982, con un 80% del electorado llamado a las urnas acudiendo a depositar su papeleta. Hay estudios que apuntan a que las "elecciones del cambio", es decir, en las que el partido gobernante cambia, suelen ser comicios de alta participación; ahora, bien en el caso de Galicia todas estas teorías no pueden aplicarse.

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