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Enfermos crónicos y obligados a ir a trabajar: "Me juego el sueldo o la salud"
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Enfermos crónicos y obligados a ir a trabajar: "Me juego el sueldo o la salud"

El problema radica en que el real decreto aprobado el 12 de marzo no permite que las personas con enfermedades crónicas puedan solicitar la baja. Se encuentran en un vacío legal

Foto: Un trabajadro entregando suministros. (EFE)
Un trabajadro entregando suministros. (EFE)

"Tengo un trasplante de riñón desde hace ocho años, por eso tomo inmunopresores. Fui al médico, y me dijeron que a los enfermos crónicos, a pesar de las circunstancias, no pueden darnos bajas laborales. Le dije que era injusto y me sugirió que hablase con mi empresa, para que me den ellos una solución. La solución que me han dado: que me quedase en casa utilizando mis días libres que tenía acumulados y mis vacaciones de este año", explica Manuel, un operario de línea de 31 años, que trabaja en el sector farmacéutico. Su historia no es un caso aislado, toda la población que padece enfermedades crónicas o síntomas cronificados y no puede teletrabajar tiene el mismo problema.

Manuel cuenta a El Confidencial que al igual que él, tiene más compañeros trasplantados a los que no se les está dando una solución justa. Además denuncia que en la fábrica donde trabaja no se había tomado ninguna medida de seguridad, "se supone que a partir de mañana darán mascarillas y guantes, pero lo hacen un poco tarde", piensa. "No entiendo por qué no me pueden dar la baja. O me juego el sueldo o me juego la salud. No tengo otra opción", lamenta.

Lara es una periodista que trabaja en un medio local de Galicia, ella es asmática y además suele tener bronquitis y complicaciones respiratorias. "Al ser periodista en un medio local, yo no puedo trabajar desde casa, porque estoy a pie de calle, hago reportajes y demás. De hecho, también tengo que estar informando sobre el avance del coronavirus aquí y eso me hace exponerme mucho más".

"Les obligan a seguir trabajando y en algunos casos incluso bajo la amenaza de despido procedente"

Al igual que Manuel, ella tampoco ha recibido mascarilla o guantes para protegerse. "Se lo plantee a recursos humanos, pero me dijeron que no podían hacer nada por mí, porque no tengo una baja médica que diga que he contraído la enfermedad. En mi caso, de contagiarme estaría en serios problemas. Mi médica de cabecera me ha dicho que lo siente mucho". Cuenta que la única solución que la han planteado es hacer turnos de mañana y tarde. "Pero al final nos exponemos igual, porque por las mañanas salimos a grabar y por las tardes estoy en la oficina con cuatro cinco compañero más", aclara. Vive con la incertidumbre de no saber qué va a pasar cuando salga por la puerta, "esto es una tómbola".

Amenaza bajo despido

El anuncio del Gobierno, de enviar a casa a todos los trabajadores de actividades no esenciales entre el lunes 30 de marzo y el jueves 9 de abril, ha conseguido que una parte de esta población en riesgo no esté expuesta, pero esto es una tirita porque es algo temporal, como asegura Lorenzo Pérez, presidente de la consultora legal Fidelitis. "Les obligan a seguir trabajando, en algunos casos incluso bajo amenaza de despido procedente. No se está cumpliendo con lo previsto en la Ley en lo tocante a Prevención de Riesgos Laborales", critica.

"Una empresa que tiene por ejemplo 4/5 empleados, difícilmente va a poder prescindir de uno de ellos sin verse perjudicada"

A la consultora diariamente llegan más de cinco casos diarios, mucho antes de que se decretase el estado de alarma. Entre ellos hay desde repartidores, cajeros de supermercado y hasta personal sanitario, la mayoría de casos que les han llegado son de enfermos de cáncer, personas trasplantadas o con enfermedades respiratorias.

El experto explica que esto es una irresponsabilidad por parte de las empresas, pero mucho más por el Estado, por haber dejado a toda esta gente en un vacío legal. El problema no es baladí, hay que tener en cuenta el gran número de pequeñas y medianas empresas que forman el tejido empresarial español. "Una empresa que tiene por ejemplo 4/5 empleados, difícilmente va a poder prescindir de uno de ellos, sin verse perjudicada", expone.

Negociación directa con las empresas

El cauce normal debería ser acudir directamente a Inspección de Trabajo para presentar un escrito denunciando la situación. Pero la vía que más resultado está dando es la negociación directa con las empresas. Pero esto es una tirita. Lo que no entienden es cómo el Gobierno todavía no ha cogido las riendas de la situación y siga sin tomar medidas concretas para dejar de exponer a la población de riesgo.

Como ha podido comprobar este medio, muchas personas tienen miedo a hablar del tema, porque temen ser señalados en sus empresas y cuando se produzcan despidos sean ellos los primeros. Además esta situación no afecta solo a enfermos crónicos, también afecta sus familiares. Desde la Plataforma de Organizaciones de Pacientes explican que les han llegado numerosos casos de personas al cargo de un familiar dependiente o enfermo crónico. Ellos no temen contagiarse por ir a trabajar, lo que les preocupa es poner en riesgo la vida de sus seres queridos en grupos de riesgo. Tampoco se ha buscado una solución a este problema.

"Llevamos desde enero intentando que el Gobierno especifique qué son los grupos de riesgo, ya que todavía no se ha determinado"

La inconcreción del Gobierno

A través de su clínica legal les están llegando numeroso casos de profesionales que están en primera línea y que literalmente se están jugando la vida. El problema de fondo erradica en que en el real decreto que considera los aislamientos por contagio como baja laboral por accidente, no incluye a estos grupos de riesgo, explica a este medio Carina Escobar, presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes.

Foto: Foto: Reuters

"Estamos desbordados en estos momentos. Nos llegan muchos casos de VIH, sida, esclerosis múltiple, cardiopatía, el crohn, el lupus, gente trasplantada o que está a la espera de trasplante. Son gente que están en grupo de riesgo, tanto por su enfermedad, como por la medicación que toman", dice.

Desde la plataforma han escrito al ministro de Sanidad, a la ministra de Trabajo y al vicepresidente de Derechos Sociales. Están esperando su respuesta. "Llevamos desde enero intentando que el gobierno especifique qué son los grupos de riesgo, ya que no se determina. Todos pensamos en los mayores, pero nadie piensa en las personas que estamos enfermas y sus familiares".

"Tengo un trasplante de riñón desde hace ocho años, por eso tomo inmunopresores. Fui al médico, y me dijeron que a los enfermos crónicos, a pesar de las circunstancias, no pueden darnos bajas laborales. Le dije que era injusto y me sugirió que hablase con mi empresa, para que me den ellos una solución. La solución que me han dado: que me quedase en casa utilizando mis días libres que tenía acumulados y mis vacaciones de este año", explica Manuel, un operario de línea de 31 años, que trabaja en el sector farmacéutico. Su historia no es un caso aislado, toda la población que padece enfermedades crónicas o síntomas cronificados y no puede teletrabajar tiene el mismo problema.

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