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Illa alega que los test devueltos se compraron a un proveedor nacional con sello de la UE
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EL EJECUTIVO BUSCA SALIR AL PASO

Illa alega que los test devueltos se compraron a un proveedor nacional con sello de la UE

El ministro señala que la partida se adquirió a un proveedor de confianza, del que no da el nombre, y advierte de que la operación no está relacionada con la compra anunciada el miércoles

Foto: Salvador Illa, ministro de Sanidad, este 26 de marzo en el Congreso. (EFE)
Salvador Illa, ministro de Sanidad, este 26 de marzo en el Congreso. (EFE)

¿Qué ha pasado con el lote de test rápidos de Covid-19 defectuosos y que el Gobierno ha tenido que devolver? La Embajada de China en España aseguró este jueves que España compró esas pruebas diagnósticas a una empresa sin licencia. Después, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, relató la versión del Ejecutivo: la partida ya retornada no se adquirió directamente al gigante asiático, sino a un proveedor nacional, del que el Ejecutivo no ha dado aún el nombre, y contaba con homologación europea para su compra y comercialización en todo el espacio comunitario.

Sanidad, por tanto, tuvo que salir al paso este jueves a las informaciones aparecidas sobre la calidad de los test rápidos con los que el Ejecutivo quería hacer pruebas masivas a los ciudadanos, siguiendo la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que una de las primeras herramientas necesarias para combatir el coronavirus es "test, test, test". El ministerio adelantó el pasado domingo que comenzaría de inmediato la distribución por todas las comunidades de los 640.000 test rápidos "procedentes de China". Los primeros 8.000 se repartieron en la Comunidad de Madrid. Sin embargo, se observó que esos kits no detectaban bien los positivos, por lo que se tenía que seguir recurriendo a las PCR, las pruebas de detección del coronavirus que utilizan los laboratorios de microbiología españoles.

placeholder Consulte aquí en PDF la documentación aportada por el Ministerio de Sanidad sobre los test rápidos de diagnóstico del Covid-19.
Consulte aquí en PDF la documentación aportada por el Ministerio de Sanidad sobre los test rápidos de diagnóstico del Covid-19.

Este jueves, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, reconoció que el lote de 9.000 test defectuosos, tras recibirlos, fueron evaluados y no correspondían con lo que exigía su certificado de calidad, por lo que fueron devueltos. Illa anticipó, en la réplica a los grupos parlamentarios en la Comisión de Sanidad, que esos test se compraron a un proveedor nacional, cuyos productos tenían la marca CE, por lo que el ministerio creyó tener "todas las garantías". "Verificamos el fabricante", que es un "proveedor de confianza", "le hemos dicho que no cumplen con los estándares y hemos exigido que nos lo cambien".

No había "alerta"

A continuación, la Secretaría de Estado de Comunicación informó de que el Gobierno, a través de Sanidad, "inició hace varias semanas los contactos con varias empresas para la adquisición de test diagnósticos, de los cuales existen varios sistemas en el mercado". El Ejecutivo "adquirió una partida a un proveedor nacional, que los importaba de China y cuyo producto cuenta con el marcado CE. España se guía por la normativa de la UE y, por tanto, si un producto cuenta con la homologación europea, se puede comercializar y comprar en todo el espacio comunitario", adujo.

Además, por parte del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) "se analizó la documentación aportada por la empresa respecto a los estudios clínicos realizados por el fabricante chino". "También se comprobó que no existía ninguna alerta de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) sobre este producto", añadió.

Sanidad explica que en cuanto se detectó que los test no eran sensible, se ordenó la retirada y se exigió que se cambiasen por otros

Sanidad aseguró que las primeras pruebas del test rápido se realizaron "en paralelo" en un hospital de Madrid y en el ISCIII, y en cuanto se detectó una "escasa sensibilidad" a la enfermedad, "se dio orden inmedita de retirada", y "se contactó con el proveedor, que lo va a sustituir por otro tipo de test". El Gobierno aclaró también que esta partida no está relacionada con la compra de material sanitario anunciada este miércoles por Illa —432 millones de euros, cantidad que hoy asciende a 509 millones porque "diariamente se siguen realizando nuevas compras"—. Este encargo de test se inició "antes de que las autoridades chinas facilitaran nuevos listados de sus proveedores al Gobierno". No obstante, esos listados incluyen "fabricantes validados y preferentes".

"En ningún caso —continuó Sanidad— consta información sobre la empresa china que, según la embajada, no cuenta todavía con la licencia correspondiente en China. Por parte del ministerio sí se hicieron comprobaciones sobre la fiabilidad del proveedor nacional", del que no aporta el nombre.

La Embajada china había asegurado previamente en redes sociales que el Ministerio de Comercio del país asiático ofreció a España una lista de proveedores clasificados, y en ella no estaba Shenzen Bioeasy Biotechnology, fabricante de los test rápidos defectuosos y que "no ha conseguido todavía la licencia oficial de la Administración Nacional de Productos Médicos de China para vender sus productos". Lo que aporta Sanidad es un certificado con el sello CE de ese fabricante.

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"Todos lo queremos hacer bien"

Illa, durante la comisión en el Congreso, intentó defenderse de las acusaciones de algunos grupos, especialmente de la portavoz del PP, Cuca Gamarra, quien le reprochó "falta de previsión" e "incapacidad" en la adquisición de estos test rápido. "¿Hubiera sido mejor no comprarlo? Algunos hubieran dicho que el ministerio deja perder la partida. Dijimos que comprobaríamos, hemos dicho que no cumple estándares y exigimos que nos lo cambien", apuntó.

Illa admite que el balance puede ser "discutible", pero avisa de que el mercado sanitario está "desbordado, completamente loco"

El ministro justificó que el mercado de material sanitario está "desbordado", "completamente loco", por la alta demanda de los países, porque "todo el mundo quiere productos que se fabrican en cantidad inferior", y los quiere "hoy y ya". A esa presión se añade la "logística complicada" para las importaciones de China. Illa rehusó entrar en críticas a las comunidades, pero sí deslizó que antes de la alarma eran ellas las competentes para comprar batas, mascarillas o respiradores. "Hay que ir con mucho cuidado en un mercado loco".

El Gobierno, tras el decreto del 14 de marzo, ordenó la centralización de compras, puso "todo el peso del Estado" para hacerse con suministros, movilizando "todos los recursos" de los ministerios. ¿Que el balance "es discutible"? Pues "claro que sí", asumió. Illa puso como ejemplo lo que está sucediendo en la Unión Europea, que inició un "proceso de compra conjunto" que aún no se ha resuelto. "Así están los suministros. Todos lo queremos hacer bien. Yo y todos". No obstante, puso en valor que Sanidad ha sido capaz de repartir, desde el 10 de marzo, 6,7 millones de mascarillas, de las cuales 1,9 millones han sido enviadas a la Comunidad de Madrid, la región más afectada [aquí en PDF el desglose de la distribución]. El Ejecutivo sigue insistiendo, y así lo hizo este jueves el titular de Sanidad, que esta emergencia obliga a estimular la fabricación nacional de estos artículos para profesionales y pacientes, y en ello está volcado ahora, proclama.

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Illa también reconoció que "hay que hacer los test rápidos y masivos" para detectar la diseminación del virus, "cuantos más, mejor". Ahora mismo se hacen "entre 15.000 y 20.000 al día", por la técnica de PCR, pero "no son suficientes", porque se requerirían unos 50.000. "No entro en el reproche de quién compra mejor o peor, lo que hay que decir es que el mercado está desbordado", insistió Illa, quien enfatizó que para este fin de semana está prevista una entrega "importante" de material adquirido en China, pero no puede garantizarlo por la misma razón, por las circunstancias del mercado y las dificultades logísticas.

¿Qué ha pasado con el lote de test rápidos de Covid-19 defectuosos y que el Gobierno ha tenido que devolver? La Embajada de China en España aseguró este jueves que España compró esas pruebas diagnósticas a una empresa sin licencia. Después, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, relató la versión del Ejecutivo: la partida ya retornada no se adquirió directamente al gigante asiático, sino a un proveedor nacional, del que el Ejecutivo no ha dado aún el nombre, y contaba con homologación europea para su compra y comercialización en todo el espacio comunitario.

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