La Audiencia propone juzgar a familiares del presidente sirio por blanquear 600 millones

La Audiencia Nacional ha propuesto juzgar al exvicepresidente sirio Rifaat Al Asad, tío del actual presidente, por pertenecer a una organización criminal que, según los investigadores, ha blanqueado más de 600 millones de euros en España. Junto a él, el magistrado José de la Mata quiere sentar en el banquillo a otras 13 personas, entre ellas ocho de sus hijos y dos de sus esposas. Los indicios recabados hasta el momento apuntan a que el clan cuenta con 507 propiedades por valor de 695 millones de euros en España: "La principal justificación que facilita la familia Al Asad del origen lícito de sus bienes (la existencia de regalos de la familia real de Arabia Saudí) ha demostrado ser absolutamente falsa", sostiene el juez.

En su escrito, de la Mata acuerda continuar el procedimiento contra estas 14 personas por delitos de asociación ilícita u organización criminal y blanqueo de capitales, para lo que relata que actuaron de acuerdo a un plan que arrancó hace más de 30 años: Rifaat Al Asad se marchó de Siria en 1984 y presuntamente llegó a un acuerdo con su hermano, el entonces presidente del país, Hafez Al Asad, para esquilmar el Tesoro nacional, llevándose consigo alrededor de 300 millones de dólares.

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Según explica el juez, Hafez "temía un golpe de estado organizado por Rifaat", lo que le llevó a expulsarle del país con la cartera llena: "200 millones se habrían incluido en gastos de presidencia, de los presupuestos oficiales sirios, y 100 millones los obtuvo aumentando la deuda pública siria mediante un préstamo concedido por Libia, préstamo que se camufló entre las transacciones económicas entre los dos países, aumentando las importaciones desde este país".

Además de esas cantidades “ilícitamente depredadas del tesoro sirio en 1984”, el juez apunta a que en la década anterior, en los años 70, Rifaat se enriqueció mediante múltiples actividades delictivas: extorsión, amenazas, contrabando, expolio de riquezas arqueológicas, usurpación de inmuebles y tráfico de drogas. "Poseía el máximo control sobre los grupos 'shabihas', paramilitares que cometían todo tipo de ilícitos penales contra las personas y el patrimonio en Siria bajo sus órdenes, siendo prácticamente 'inviolables' tanto él como sus secuaces".

Las primeras adquisiciones de los Asad en España se remontan a 1986, con la compra de 244 plazas de garaje a través de una sociedad gibraltareña. El presunto dinero malversado de Siria lo fue invirtiendo en inmuebles y negocios en la provincia de Málaga, sobre todo en puntos estratégicos de la Costa del Sol. En la localidad de Benahavís adquirió incluso una finca de 33 millones de metros cuadrados. Para esquivar cualquier posible investigación, el clan puso en marcha "cientos de sociedades pantalla" y "un complejo entramado financiero" en paraísos fiscales.

En su auto, De la Mata detalla el rol que jugaba cada miembro de la presunta organización criminal y subraya el papel de los hijos, así como “el apoyo determinante de legiones de asesores en todas las fases de su implementación, para la ocultación, transformación y blanqueo de todos esos capitales”. Según explica, la clave del éxito durante tantos años de su estrategia criminal “ha sido precisamente el reparto de tareas y la perfecta coordinación entre todos los miembros de la organización: el padre y líder, Rifaat al Asad, parapetado tras todos los demás”.

Rifaat al Asad vive entre Francia y Reino Unido, donde tiene la residencia privada más grande después del palacio de Buckingham. También está procesado en los tribunales galos por delitos económicos y, desde 2013, se le investiga en Suiza por lesa humanidad, acusación que se basa en los supuestos crímenes de guerra que perpetró en los ochenta, "especialmente las masacres de la ciudad de Hama y las de la cárcel de Palmira". De la Mata incluye además en su escrito otras jurisdicciones como Gibraltar, Suiza o Panamá, países en los que existen múltiples indicios de que posee patrimonio.