Detenido el descuartizador de Valdemoro: su novia fotografió el horror y le delató

Ella intuía que no la iban a creer. Pensó que en cuanto contase el espanto que sus ojos habían presenciado, la tomarían por loca, se reirían de ella y la echarían a patadas, sin miramientos. Por eso decidió conseguir alguna prueba. Tendría que hacerlo a escondidas porque si Leonardo, el supuesto descuartizador de Valdemoro detenido este viernes, se daba cuenta, también la mataría a ella. Estaba nerviosa, pero controló su inquietud y en un momento en el que escuchó a Leonardo hacer ruido dentro del chalé y supo que no la vigilaba, sacó el teléfono móvil e hizo una foto espantosa, digna del museo de los horrores. Tomo una imagen de una parte muy reconocible del cuerpo humano sobre una barbacoa, envuelta en humo. Inmediatamente apagó el teléfono y lo guardó en el bolsillo. El descuartizador, de 25 años, ni se dio cuenta, empapado en sangre seguía a lo suyo.

La joven española, de 26 años, salió del chalé de la calle Francia, sin decir nada, aterrada, todavía tratando de asimilar la monstruosidad que había presenciado. Ella era la novia de Leonardo. Claro que le había visto cosas raras, a veces tenía ausencias, pero matar y descuartizar a un ser humano de esa forma...

Hecha un manojo de nervios, la novia del descuartizador acudió al cuartel de la Guardia Civil de Valdemoro. Era miércoles y ya había anochecido. Allí con lágrimas en los ojos le dijo a los agentes: “Mi novio ha asesinado a una chica de 18 años, española, de nombre Emilce, con la que se había visto un par de veces y la está descuartizando ahora mismo. Sé que no me van a creer pero miren hice esta foto en el patio de la casa para que no duden de mí. Es ella a la que ha asesinado”, afirmó al tiempo que enseñaba una imagen dantesca en la pantalla de su teléfono.

Los agentes de policía judicial de Valdemoro no podían creérselo. Jamás en su vida habían visto algo así. Le hicieron unas preguntas básicas. Lugar, nombre del descuartizador, cuándo había ocurrido el crimen y algún que otro dato básico. La joven les dijo que todo había ocurrido un día antes, el martes, en la calle Francia, en un chalé de los que va paralelo a la autovía de Andalucía que él había ocupado en el 2015 y que allí se dedicaba a hacer tatuajes. Les contó que ella se presentó en la casa sin saber qué había ocurrido y que cuando se encontró la dantesca escena Leonardo le exigió que le ayudase a deshacerse de partes del cadáver en contenedores. Sí, la joven reconoció que lo hizo, que le prestó auxilio, que no supo reaccionar porque se quedó en shock, bloqueada por el pánico pensando que si se negaba a colaborar ella acabaría descuartizada y quemada en una barbacoa. Además, él es puro músculo, una masa enorme. Un tipo cubierto de tatuajes de los que cuando ves por la calle el instinto te invita a cruzarte de acera.

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Los agentes de la Guardia Civil se desplazaron a toda velocidad hasta la calle Francia. No tuvieron que buscar al asesino, se toparon con él de frente. Al llegar, las luces del vehículo patrulla iluminaron a un individuo empujando un carrito por mitad de la calle en dirección a unos contenedores. Él iba empapado en sangre y dentro del carrito, partes de su víctima. No huyó, ni se mostró sorprendido, ni esgrimió excusa alguna. Dicen los vecinos que presenciaron la detención que solo parecía cansado.

Inmediatamente se desplazó hasta allí la comitiva judicial encabezada por el titular del juzgado de instrucción número 3 de Valdemoro que ha decretado el secreto de sumario. Todos salieron espantados del chalé de la calle Francia, hasta los forenses de guardia que acudieron a la escena se fueron descompuestos. Durante el miércoles noche, jueves y viernes la policía científica no ha parado de procesar la escena. El chalé tiene dos plantas y han encontrado pruebas del crimen en todas las estancias. Este viernes el supuesto asesino ha sido detenido y puesto a disposición judicial.