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Un fallo de comunicación en el dispositivo retrasó 3 días el hallazgo de Blanca
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INTERIOR NIEGA CUALQUIER CONFLICTO

Un fallo de comunicación en el dispositivo retrasó 3 días el hallazgo de Blanca

Un vecino alertó el 1 de septiembre de que la esquiadora olímpica le había dicho que se dirigía a La Peñota, donde luego sería localizada, pero la búsqueda no reaccionó hasta el día 4

Foto: La delegada del Gobierno, María Paz García Vera, en la rueda de prensa que ofreció el miércoles tras hacerse oficial el hallazgo del cuerpo. (EFE)
La delegada del Gobierno, María Paz García Vera, en la rueda de prensa que ofreció el miércoles tras hacerse oficial el hallazgo del cuerpo. (EFE)

La búsqueda del cuerpo de la esquiadora olímpica Blanca Fernández Ochoa en la sierra de Guadarrama ha sido complicada por la poca información que tenían los investigadores y las dificultades del terreno, pero también por la descoordinación que ha habido entre las fuerzas de seguridad. La Policía Nacional estaba encargada de la investigación mientras la Guardia Civil se ocupaba de la búsqueda, según trasladó a los medios la Delegación del Gobierno. La fórmula era poco habitual y la comunicación entre ambos cuerpos y la Policía Local no fluyó como debería.

El primer examen visual apunta a que Blanca no tuvo un accidente

La denuncia que interpuso Olivia Fresneda, la hija de la desaparecida, el 29 de agosto, después de confirmar que su madre no daba señales de vida desde hacía cinco días, fue puesta en el cuartel de la Guardia Civil de Las Rozas. Los agentes de la benemérita derivaron entonces el escrito a la comisaría de la Policía Nacional del barrio madrileño de Aravaca, donde la deportista residía. En ese momento, por lo tanto, asumió la investigación el Departamento de Desaparecidos de la Policía Nacional, que abrió inmediatamente unas diligencias y comenzó indagar. El pasado 1 de septiembre, sin embargo, apareció el vehículo de la esquiadora, un Mercedes clase A negro, en el aparcamiento de Las Dehesas, en Cercedilla, demarcación de la Guardia Civil.

Es en ese momento cuando agentes de este último cuerpo expertos en montaña comenzaron a acceder a la zona. La Guardia Civil asumió entonces la labor de búsqueda y, por lo tanto, un mayor protagonismo mediático. La benemérita montó un importante despligue al que pronto se sumó el de la Policía. Vehículos Hummer, medios aéreos, ambulancias y casi 400 profesionales de diferentes cuerpos de seguridad y emergencias tomaron el pie de la Sierra de Guadarrama. Todos ellos comenzaron a peinar la zona sin tener demasiado claro un punto exacto sobre el que centrar la búsqueda.

Foto: Blanca Fernández Ochoa en una imagen de archivo

Desde Interior aseguran que la Policía Nacional dirigió el foco del operativo hacia La Peñota el pasado miércoles (4 de septiembre), el mismo día en el que se encontró el cuerpo. Según aseguran desde el ministerio, un vecino de Cercedilla informó a los investigadores de que se había encontrado con Blanca el 24 o el 25 de agosto en el pueblo y que ella le había dicho que se dirigía al mencionado pico. Tras comunicar este dato, cosa que ocurrió a las 11:30, según la Policía Nacional, un agente de la Guardia Civil de paisano, que "no tenía ni idea de esa información" y que hacía la ruta desde Los Molinos, encontró "por casualidad" —cuentan desde la benemérita— el cuerpo de Blanca.

No era la primera vez, sin embargo, que el vecino trasladaba a los responsables del dispositivo su conversación con Blanca. Según dijo el propio testigo, tres días antes, el 1 de septiembre, cuando apareció el coche de la esquiadora en el aparcamiento de Las Dehesas, ya contó a la Policía Local su encuentro con la desaparecida y nadie le hizo caso. El mismo vecino (Alfredo Hernández, un albañil de 54 años) declaró ayer a El Mundo con claridad que en cuanto escuchó por los medios que habían localizado el coche en Cercedilla llamó al cuartel de la Guardia Civil.

placeholder Momento de la búsqueda. (EFE)
Momento de la búsqueda. (EFE)

"No cogió nadie", reveló, y decidió ponerse en contacto con la Policía Local, que le tomó declaración y los datos. Al rato, la hija de Alfredo, Jeni, llamó a un amigo suyo, miembro de la Policía Local, para interesarse. "Mi amigo me dijo que nos llamarían", aseguró la chica al citado diario. Sin embargo, nadie les llamó. El día 4, según los dos testigos, volvieron a telefonear a la Policía Local para volver a contar el encuentro de Alfredo con Blanca y fue entonces cuando se puso en marcha todo. "A los pocos minutos, nos llamó la Policía Nacional", afirmó Jeni. "Se habrían ahorrado la búsqueda", sentenció el testigo.

El alcalde de Cercedilla, Luis Miguel Peña, máximo responsable de la Policía Local, explica a El Confidencial que los agentes del cuerpo trasladaron el mismo 1 de septiembre a la Policía Nacional lo que había dicho el testigo y que tras la llamada de Jeni volvieron a insistir en la misma línea.

El último testigo que vio a Blanca con vida la vio santiguándose frente a la estatua de su hermano

Tanto fuentes de Interior como de la Policía niegan, sin embargo, haber tenido noticia del testimonio del vecino hasta el 4 de septiembre a las mencionadas 11:30. Aseguran que la Policía Local dijo a la agencia Efe haber trasladado esa información "al dispositivo", que no es nadie concreto. "Que digan a qué unidad le pasaron el dato", retan las mismas fuentes. Desde la Guardia Civil, por su parte, también insisten en que se enteraron el 4 de septiembre, subrayan que el agente que encontró el cadáver junto a su perro lo hizo por casualidad y reiteran que "el dispositivo" lo lleva la Policía Nacional, que es "la que instruye las diligencias", y que el día 1 solo estaba ese cuerpo al frente del puesto de mando.

Otras fuentes contaron ayer a El Confidencial que, al principio de la búsqueda, cuando la Guardia Civil asumió más protagonismo, algunos miembros de la cúpula policial presionaron al ministro Fernando Grande Marlaska y que éste amagó con retirar a la benemérita del operativo, pero que la mediación de la delegada del Gobierno, María de la Paz García Vera, paralizó esos planes y facilitó que los agentes de ambos cuerpos siguieran trabajando juntos. Desde Interior niegan "rotundamente" que hubiera orden alguna de apartar a la Guardia Civil. "Es falso e imposible", aseguran fuentes oficiales del organismo dirigido por Grande-Marlaska. En la misma línea se pronuncian desde la Delegación del Gobierno. "No ha habido ningún tipo de conflicto y la delegada no tuvo que mediar, sino que ayudó a que se coordinaran ambos cuerpos", explican fuentes de esta última institución, que prefieren hablar de "colaboración ejemplar" entre ambos cuerpos de seguridad.

placeholder Un centenar de voluntarios colaboró en la búsqueda. (EFE)
Un centenar de voluntarios colaboró en la búsqueda. (EFE)

La Delegación del Gobierno en Madrid desplegó durante esos cuatro días de búsqueda el mayor dispositivo de su historia en la sierra de Guadarrama para localizar a la esquiadora. En concreto, decenas de funcionarios de las unidades de caballería, guías caninos, drones, policía judicial, grupos de intervención o expertos en montaña de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, bomberos, diferentes policías locales, agentes forestales, voluntarios, equipos sanitarios, vehículos o helicópteros tomaron el aparcamiento de Las Dehesas desde el 1 de septiembre hasta el pasado 4, cuando por fin fue hallado el cuerpo de la deportista.

Blanca Fernández Ochoa fue localizada sin vida en la zona de La Peñota sin signos de violencia y junto a varios medicamentos. Las primeras inspecciones oculares de los investigadores descartaron que la causa de la muerte fuera un accidente voluntario o involuntario. El motivo debe esclarecerlo la autopsia definitiva, cuyo avance preliminar será conocido hoy previsiblemente. Una prueba de ADN será también necesaria para confirmar científicamente la identidad del cuerpo, que en el momento del hallazgo presentaba avanzados signos de descomposición, pues ya llevaba sin vida al menos una semana.

La búsqueda del cuerpo de la esquiadora olímpica Blanca Fernández Ochoa en la sierra de Guadarrama ha sido complicada por la poca información que tenían los investigadores y las dificultades del terreno, pero también por la descoordinación que ha habido entre las fuerzas de seguridad. La Policía Nacional estaba encargada de la investigación mientras la Guardia Civil se ocupaba de la búsqueda, según trasladó a los medios la Delegación del Gobierno. La fórmula era poco habitual y la comunicación entre ambos cuerpos y la Policía Local no fluyó como debería.

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