¿Qué dice el artículo 99 de la Constitución que Pedro Sánchez propone reformar?

"Resulta evidente que el artículo 99 de nuestra Constitución debe ser actualizado conforme a la nueva realidad parlamentaria. Los ciudadanos no deben sufrir nunca más la amenaza de una nueva repetición electoral": esta es una de las muchas frases que Pedro Sánchez ha pronunciado durante el debate de investidura que se celebra este lunes, 22 de julio, en el Congreso de los Diputados, y en el que el actual presidente en funciones pretende revalidar su mandato para convertirse, por primera vez, en presidente elegido democráticamente en las urnas.

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Su propuesta responde a la inestabilidad institucional que existe en España desde 2015, cuando en las elecciones de diciembre arrancó un periodo de bloqueo con largas negociaciones, a menudo infructuosas, que no han permitido la formación de un Gobierno estable. Las últimas elecciones generales, del pasado mes de mayo, tiñeron de rojo el mapa español y aunque el PP consiguiera su peor dato de la historia y la participación fuera nueve puntos más alta que los últimos comicios, el Partido Socialista no cuenta con los apoyos necesarios para gobernar sin acuerdos. ¿Pero qué tiene que ver todo esto con la Constitución Española?

El artículo 99 al que apela Sánchez ya entró en el debate mucho antes, ya que después de las elecciones el líder socialista señaló que su primer acuerdo de país iba a ser una reforma del citado artículo, para impedir que se vuelva a reproducir el bloqueo en las investiduras y se eviten repeticiones electorales sistemáticas. Esto es lo que dice expresamente el citado artículo de la Constitución:

1. Después de cada renovación del Congreso de los Diputados, y en los demás supuestos constitucionales en que así proceda, el Rey, previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del Presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno.
2. El candidato propuesto conforme a lo previsto en el apartado anterior expondrá ante el Congreso de los Diputados el programa político del Gobierno que pretenda formar y solicitará la confianza de la Cámara.
3. Si el Congreso de los Diputados, por el voto de la mayoría absoluta de sus miembros, otorgare su confianza a dicho candidato, el Rey le nombrará Presidente. De no alcanzarse dicha mayoría, se someterá la misma propuesta a nueva votación cuarenta y ocho horas después de la anterior, y la confianza se entenderá otorgada si obtuviere la mayoría simple.
4. Si efectuadas las citadas votaciones no se otorgase la confianza para la investidura, se tramitarán sucesivas propuestas en la forma prevista en los apartados anteriores.
5. Si transcurrido el plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas Cámaras y convocará nuevas elecciones con el refrendo del Presidente del Congreso.

​En el caso actual, si Pedro Sánchez no logra ser investido presidente (en el primer debate, que se extiende hasta el martes, o en el segundo, 48 horas después (el jueves), este plazo de dos meses se cumplirá el 23 de septiembre, por lo que si para entonces no hay jefe del Ejecutivo, se volverán a convocar elecciones el 10 de noviembre. En esta conyuntura, Pedro Sánchez ya puso el ejemplo de lo que ocurre con los ayuntamientos en España: si no hay mayoría absoluta del pleno, gobierna automáticamente la lista más votada. "Yo no digo que esa sea la fórmula para la gobernabilidad de España, pero es evidente que tenemos que encontrar un mecanismo que permita una investidura e impida coaliciones negativas que pueden abocar a la repetición electoral sistemática".