Absoluta o simple: la mayoría que necesita Pedro Sánchez en la votación de investidura
Pedro Sánchez tratará de ser presidente este martes, aunque será más factible que sea investido en segunda vuelta, cuando sólo necesitaría más votos a favor que en contra
Pedro Sánchez ha protagonizado este lunes la primera jornada del debate que acabará con la votación de su investidura, que lo hará (o no) presidente del Gobierno. Lo hace tras una primera sesión en la que ya tuvieron la palabra los líderes de los principales partidos (y los de las confluencias, que tuvieron parte del tiempo de Pablo Iglesias para hablar). Tras intentar fraguar al calor del verano un acuerdo con Unidas Podemos que se hace esperar hasta el último momento, los diputados votarán una vez que terminne las intervenciones para decidir el futuro del país. La concesión de una vicepresidencia de Asuntos Sociales a Irene Montero parecía haber desbloqueado las negociaciones, pero lo cierto es que todavía no hay fumata blanca y la formación morada lamenta que el PSOE se niega a compartir "un solo ministerio" y sólo les ha ofrecido "responsabilidades simbólicas".
[La investidura de Pedro Sánchez, en directo]
A las 12:00 del lunes, el candidato a presidente tomó la palabra sin límite de tiempo para exponer el programa político del Gobierno que pretende formar y solicitar la confianza de la cámara. La sesión se reanudó a las 16:00 con las intervenciones de los grupos de la oposición, de mayor a menor número de representantes, cada uno de los cuales contará con 43 minutos: 30 de discurso inicial, 10 de réplica y 3 de contrarréplica. Una vez que todos expusieron sus ideas, el debate continúa este martes, y después de quienes hablen hoy será el momento de la primera votación. Para ser designado presidente, Pedro Sánchez necesitará obtener mayoría absoluta, esto es, 176 votos a favor. Hasta el pasado viernes, el líder del PSOE sólo tenía garantizado el apoyo del PRC y la actitud favorable de ERC y Bildu, que ya han avanzado que no bloquearán la investidura. En el caso de conseguir los votos de la formación morada y sus confluencias sumaría un total de 166 que tampoco le valdrían para salir victorioso de este primer intento.
Tal y como indica el reglamento del Congreso de los Diputados en su artículo 171, si el candidato "obtuviera el voto de la mayoría absoluta de los miembros del Congreso, se entenderá otorgada la confianza". "Si no obtuviera dicha mayoría, se procederá a una nueva votación, 48 horas después de la anterior, y la confianza se entenderá otorgada si en ella obtuviere mayoría simple. Antes de proceder a esta votación, el candidato podrá intervenir por tiempo máximo de diez minutos y los grupos parlamentarios por cinco minutos cada uno para fijar su posición".
Segunda votación: 48 horas después
Será más factible que Sánchez sea investido en segunda vuelta este jueves, cuando sólo necesitaría más votos a favor que en contra (mayoría simple). En esa otra oportunidad, el candidato tendrá diez minutos para pedir el respaldo de la cámara, y los representantes de los grupos parlamentarios dispondrán de cinco minutos cada uno. En total, una hora más antes de empezar la segunda votación por llamamiento. Todo apunta a que tendrá lugar a última hora de la tarde, aunque dependerá del tiempo que el candidato dedique a debatir con los portavoces que intervendrán el martes.
Las hipotéticas abstenciones de ERC y Bildu asegurarían entonces superar al bloque de la derecha, que contaría con 147 votos a los que habría que sumar los dos de Coalición Canaria (CC) y otros dos de Unión del Pueblo Navarro (UPN). En cualquier caso, los márgenes son ajustados y el apoyo de la formación morada se antoja imprescindible.
En el caso de que Sánchez fracase y no se logre una alternativa viable en los dos meses posteriores a la primera votación —el 23 de septiembre— el Rey deberá disolver las Cortes Generales con el refrendo de la presidenta del Congreso al día siguiente y convocar nuevas elecciones 47 días después, el domingo 10 de noviembre. Esta repetición de los comicios ya se produjo en 2016 cuando, tras la fallida investidura del candidato socialista con apoyo de Ciudadanos de principios de marzo, pasaron los dos meses sin que prosperara ninguna candidatura y las Cortes se disolvieron para volver a las urnas el 26 de junio de ese año.
Pedro Sánchez ha protagonizado este lunes la primera jornada del debate que acabará con la votación de su investidura, que lo hará (o no) presidente del Gobierno. Lo hace tras una primera sesión en la que ya tuvieron la palabra los líderes de los principales partidos (y los de las confluencias, que tuvieron parte del tiempo de Pablo Iglesias para hablar). Tras intentar fraguar al calor del verano un acuerdo con Unidas Podemos que se hace esperar hasta el último momento, los diputados votarán una vez que terminne las intervenciones para decidir el futuro del país. La concesión de una vicepresidencia de Asuntos Sociales a Irene Montero parecía haber desbloqueado las negociaciones, pero lo cierto es que todavía no hay fumata blanca y la formación morada lamenta que el PSOE se niega a compartir "un solo ministerio" y sólo les ha ofrecido "responsabilidades simbólicas".