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Iglesias y Garzón alimentan una fusión fría entre Podemos e IU sumando más actores
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RECONSTRUCCIÓN DEL 'ESPACIO DEL CAMBIO'

Iglesias y Garzón alimentan una fusión fría entre Podemos e IU sumando más actores

El objetivo pasa por combinar el mayor empuje electoral de Podemos y la mejor articulación territorial de IU para tender a una "nueva y mejor articulación"

Foto: El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias (i), y el coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón (d), durante un mitin electoral. (EFE)
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias (i), y el coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón (d), durante un mitin electoral. (EFE)

Pablo Iglesias y Alberto Garzón coinciden en sus análisis poselectorales en la necesidad de seguir profundizando la unidad y la coordinación entre sus fuerzas políticas, que ya confluyen bajo las siglas Unidas Podemos, e incorporar nuevos actores, aumentando la pluralidad y mejorando la implantación territorial. Ambos líderes han vinculado la debacle del 26-M a la división y las escisiones del espacio a la izquierda del PSOE, tanto en Madrid, donde Íñigo Errejón se presentó con su nueva plataforma Más Madrid, como en otros territorios donde las direcciones autonómicas de ambos partidos se presentaron por separado. La hoja de ruta pasa por una fusión fría entre Podemos e Izquierda Unida, combinando así el mayor empuje electoral de los primeros y la mayor articulación territorial de los segundos.

"Nos toca tender la mano a todos los actores para reconstruir el espacio político del cambio", avanzaba Pablo Iglesias durante una entrevista en el programa 'En la frontera', de PúblicoTV, que conduce el cofundador de la formación Juan Carlos Monedero. A modo de autocrítica, el líder de Podemos reconocía: "No hemos sido capaces de construir una organización con la suficiente implantación territorial, lo que nos hubiera dado más presencia y fuerza tanto en las generales como en las municipales y autonómicas". Consciente sin embargo de las dificultades de extender su proyecto político a nivel municipal en tan solo cinco años de vida, remarcaba que la juventud de la organización no era una excusa, por lo que añadía que "hay que hacerlo", en referencia a conseguir "un partido mejor implantado" y "mejorar la pluralidad".

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Se impone un cambio de ciclo y un periodo de reorganización, al no haber más citas electorales a medio plazo. Por tanto, el objetivo es dejar de ser una maquinaria electoral, muy centrada en liderazgos fuertes, para seguir desarrollándose en los territorios de la mano de IU. "Hay que poner por delante un proyecto colectivo a un proyecto personal", añadía en la mencionada entrevista, reiterando que se debía tender a la construcción de un "instrumento colectivo, no una máquina de guerra electoral con politólogos con grandes egos".

El coordinador federal de IU también daba cuenta estos días de esta hoja de ruta al concluir en un artículo de opinión, publicado en 'eldiario.es' a modo de reflexión tras los resultados electorales del domingo, que se debía "reconfigurar el espacio político a partir de una nueva y mejor articulación entre los diversos actores que conformamos el mismo". En esta línea, especificaba que "en IU disponemos de una más amplia implantación local, mientras que Podemos dispone de una más amplia base electoral". Precisamente por ello, se pone de relieve la posibilidad de una fusión fría, aun reconociendo las distintas culturas políticas y bagajes de cada actor, así como sus distintos recursos organizacionales, una de las piezas centrales de este proceso.

Garzón era meridianamente claro al aseverar que "la mejor herramienta pasa por reforzar esa unidad y por debatir y descubrir cómo somos capaces de aprovechar la potencialidad de este espacio político que, aunque disminuido actualmente, representa lo mejor de este país", por lo que adelantaba que "algunos seguiremos dedicando nuestro tiempo y energías a construir esta posibilidad". El calendario de este proceso todavía no está diseñado, pero se prevé largo y se llevará a cabo sin prisas. Lo primero es aterrizar los debates en el seno de cada organización. Garzón ya apuntó algunas de estas ideas el pasado lunes en la reunión de la dirección colegiada y se espera desarrollarlas en la próxima reunión de la Asamblea Político Social. Podemos, por su parte, convocará un consejo ciudadano estatal, el máximo órgano de dirección estatal, en las próximas semanas.

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El nuevo liderazgo en el PCE, al frente del cual está el ahora diputado Enrique Santiago, se valora positivamente de cara a profundizar la unidad de la izquierda alternativa, debido a sus tesis siempre favorables a emprender este camino. Además de Santiago, el coordinador federal de IU cuenta con una amplia mayoría en los órganos de dirección de IU que respaldan las tesis de la unidad popular.

En Podemos, por su parte, los sectores más críticos a profundizar la colaboración con IU se han sumado a la escisión liderada por Íñigo Errejón. De hecho, durante los últimos días ha afilado sus críticas despreciando esta hoja de ruta y descalificando los resultados de quienes ahora son sus oponentes políticos, asociándolos a los que históricamente habría obtenido IU. Ambos actores tratan de disputarse ahora la hegemonía de un mismo espacio —con Errejón buscando extender su proyecto político con campamento base en Madrid—, y las declaraciones cruzadas se han multiplicado durante los últimos días. En este sentido, la exdirigente del partido Carolina Bescansa era de las más elocuentes al afirmar que "el Podemos original vive de manera más elocuente en Más Madrid, en la candidatura de Íñigo Errejón o de Kichi en Cádiz, y el Podemos que ahora se presenta como tal se parece más a lo que históricamente era Izquierda Unida".

En la entrevista de Monedero a Iglesias, también se entraba a este cruce de declaraciones al hacer referencia a las palabras de Errejón la noche electoral, cuando aseguró que había "nacido una nueva izquierda". Una 'nueva izquierda', ironizaron, que compararon con la escisión de IU que llevaba el mismo nombre y que lideraron Diego López Garrido y Cristina Almeida para finalmente integrarse en el PSOE. "No sé cómo acabará cada uno o en qué partido", respondía Iglesias a Monedero. El proceso de recomposición del denominado espacio del cambio ha comenzado y existen dos actores que pugnan por liderarlo.

Pablo Iglesias y Alberto Garzón coinciden en sus análisis poselectorales en la necesidad de seguir profundizando la unidad y la coordinación entre sus fuerzas políticas, que ya confluyen bajo las siglas Unidas Podemos, e incorporar nuevos actores, aumentando la pluralidad y mejorando la implantación territorial. Ambos líderes han vinculado la debacle del 26-M a la división y las escisiones del espacio a la izquierda del PSOE, tanto en Madrid, donde Íñigo Errejón se presentó con su nueva plataforma Más Madrid, como en otros territorios donde las direcciones autonómicas de ambos partidos se presentaron por separado. La hoja de ruta pasa por una fusión fría entre Podemos e Izquierda Unida, combinando así el mayor empuje electoral de los primeros y la mayor articulación territorial de los segundos.

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