Es noticia
La despoblación llega a las urnas: el 26-M se elegirán menos ediles que nunca en este siglo
  1. España
ELECCIONES MUNICIPALES del 26 de mayo

La despoblación llega a las urnas: el 26-M se elegirán menos ediles que nunca en este siglo

El abandono de los pueblos provoca que el 15% de los ayuntamientos cuente con menos ediles que en 2003. El 26 de mayo los españoles votarán a 623 concejales menos que hace cuatro años

Foto: Una mujer pasea por una aldea ourensana donde ella es la única vecina estable. (EFE)
Una mujer pasea por una aldea ourensana donde ella es la única vecina estable. (EFE)

En Foz-Calanda hace frío, y la falta de vecinos no ayuda a soportarlo. Este municipio turolense de 238 habitantes está ubicado dentro de la Laponia española, conformada por Soria, Guadalajara, Teruel, Cuenca y la parte alta de Valencia. En el colegio solo se firmaron cuatro matrículas el curso pasado. Todo eso después de que los nueve únicos alumnos de las aulas participaran junto a sus profesoras en un vídeo en busca de nuevos estudiantes.

TE PUEDE INTERESAR
La ONU de Torre del Burgo: así se repuebla la 'Laponia española' con inmigrantes
Shalini Arias José Bautista (Fundación porCausa) Fotos: Jorge Álvaro Manzano Javier Jennings Mozo

Tres de los niños que aparecen en el vídeo son hijos de Ricardo Sancho, quien formó parte del gobierno local durante ocho años hasta 2003. Asegura que en estos 16 años ha sido testigo de cómo la dejadez constante de la administración ha ido apagando el pueblo poco a poco. Parece que el vídeo funcionó, en cierta manera. "Con lo del 'cole', el ayuntamiento le ha visto las orejas al lobo y se ha puesto manos a la obra. Ahora subvenciona las viviendas que tenemos vacías para familias con niños en un 50%".

Pero si ya era incierto, el futuro lo será aún más a partir del próximo 26 de mayo. Foz-Calanda ha perdido por primera vez el umbral de los 251 empadronados. Más allá del vacío social, la caída de la población va a tener un efecto secundario: el ayuntamiento dejará de contar con siete concejales y se tendrá que conformar con cinco, como dictaminan los umbrales de población fijados por la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG).

Tras las elecciones municipales del 26 de mayo, España contará con menos concejales que nunca en este siglo (67.260), bajando el anterior mínimo de 67.500 de los comicios de 2003 y lejos de los 68.500 de los de 2011, según el análisis realizado por El Confidencial de las cifras oficiales de población de los municipios españoles publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE). O lo que es lo mismo: España habrá perdido cerca de 1.300 representantes locales en apenas ocho años, y uno de cada seis ayuntamientos tendrá menos ediles que a principios de siglo.

Más ediles para los pueblos más pequeños

El proceso por el que se reparten los concejales es pura proporción. Todo depende del número de habitantes registrados en el padrón municipal y de la escala establecida en la LOREG: tres concejales para ayuntamientos de 100 habitantes o menos, cinco hasta 250, siete hasta 1.000... Con la ley en una mano y el padrón en otra, los pueblos de 101 a 5.000 habitantes han ido perdiendo peso en el reparto del poder local. La escala negativa concentra a los pueblos que no llegan a superar los 5.000 residentes, siendo mucho más dañina para los pueblos medianos. Los de hasta 2.000 habitantes, por ejemplo, registrarán 927 concejales menos este año.

El hecho de que pueblos medianos también pierdan concejales demuestra que estos últimos están empezando a ser víctimas también de la despoblación. La gente ya no solo emigra de los pueblos pequeños a las cabezas de comarca; ahora las cabezas de comarca comienzan a perder habitantes que se van a las capitales de provincia.

Por esta razón, el número de pueblos con menos de 101 habitantes se ha incrementado en un 46% en apenas cinco elecciones municipales, absorbiendo los pueblos medianos que han ido perdiendo población en los últimos años, fruto de la despoblación y también del fallecimiento de los vecinos de mayor edad.

"Si vamos hacia abajo, que duela menos"

Castilla y León es una de las comunidades autónomas que más ediles pierde. Si se comparan los mejores años —demográficamente hablando— de sus provincias, todas perderán entre 54 y 194 de sus representantes locales. En Ávila habrán perdido 11 de cada 100 ediles que había en 2003 y en Salamanca y Soria, nueve.

Virginia Hernández vive en San Pelayo, un pueblo vallisoletano de 50 habitantes, y fue capaz de predecir el futuro: si nadie hacía nada, su tierra acabaría desangrándose. Por eso, con tan solo 26 años y sin experiencia previa en política institucional, se presentó a la alcaldía: "Quisimos intentar aportar nuestro granito de arena. Si íbamos hacia abajo, por lo menos teníamos que intentar ralentizar la caída para que doliera menos".

Ganó y quiere volver a hacerlo en estas elecciones, aunque opina que la gestión de un ayuntamiento pequeño es de todo menos fácil. El consistorio, formado por mujeres, siente que las trabas vienen impuestas desde la propia legislación española aplicando los mismos plazos para todos los ayuntamientos, sin importar el tamaño de su plantilla.

"Nosotras solo tenemos a la secretaria administrativa un día por semana. Si pedir una subvención lleva de media tres semanas, en los pueblos se nos alarga inevitablemente: hay que tirar del tiempo y el dinero personales si quieres conseguir algo", argumenta. "En un pueblo de 1.000 residentes, si el alcalde pide un proyecto, la cosa funciona mucho más rápido".

Aragón es otra de las comunidades más afectadas por la despoblación: Teruel ha perdido el 6% de concejales; Huesca, el 5%; y Zaragoza, el 4%. Miguel García es alcalde de Daroca, un pueblo zaragozano que ejemplifica a la perfección la despoblación de los pueblos medianos: en próximo 26 de mayo perderá dos concejales al haber bajado de los 2.000 habitantes.

Cada vez, vivir en un pueblo es más complicado. Se siguen teniendo las mismas obligaciones, pero se pierden derechos

"Estamos a 77 kilómetros de Zaragoza y mucha gente que trabaja en el pueblo se va a vivir a la capital. Esto es algo que estamos viendo en todo Aragón: al final Zaragoza es una cabeza muy grande y el resto somos las pequeñísimas extremidades que la mantienen", reflexiona.

Hace precisamente diez días, los vecinos de Daroca se manifestaron en defensa de la lucha contra la despoblación. Todos estuvieron ahí, menos el gobierno autonómico y la administración provincial. "No estamos representados. Cuando los políticos hablan de nosotros, lo hacen sin conocer nuestro territorio" explica el alcalde. "No puede ser que viviendo en una provincia rica estemos a la altura de las zonas más pobres".

Foto: María Angeles Rosado, junto a su tractor. (M. Z.)

Miguel, como Virginia, también va a presentarse a las elecciones. Aunque todavía no tiene claro con qué partido lo hará, asegura que un requisito imprescindible es poder comprometerse con planes que apuesten por el patrimonio, que beneficien al sector agroalimentario y que incentiven a las empresas para quedarse en los pueblos porque "si hay trabajo la gente se queda".

Mismas obligaciones, distintos derechos

¿Qué puede suponer realmente esta pérdida de ediles? Desde la Asociación Española contra la Despoblación aseguran que la consecuencia directa reside en reajustes de presupuestos municipales y un descenso de subvenciones a los consistorios por no disponer de tantos servicios como antes. Será más complicado atender a los vecinos y esos vecinos se acabarán yendo.

"Si sumamos esto a todos los factores existentes (falta de trabajo, servicios y demás) cada vez vivir en un pueblo es más complicado. Se siguen teniendo las mismas obligaciones, pero se pierden derechos", explica Ramón Cano, secretario general de la asociación.

Existen, además, los 'aceleradores de la despoblación', factores que influyen de forma directa sobre la estabilidad demográfica de un municipio. Una escasa implicación de los ayuntamientos en actividades que dinamicen los pueblos, la ausencia de planes de desarrollo rural y la escasez de apoyo a empresarios locales provoca, tal y como explica la asociación, que las fuerzas se enfoquen hacia labores puramente administrativas, como firmar facturas o enviar documentos.

Lo que más preocupa a los consistorios no es tanto que haya dos ediles menos en sus calles sino lo que hay detrás. Todas las voces entrevistadas para este reportaje aseguran que lo verdaderamente desalentador es la poca implicación desde el mundo urbano, donde se toman las decisiones que, al final, afectan a estos pequeños pueblos.

En Foz-Calanda hace frío, y la falta de vecinos no ayuda a soportarlo. Este municipio turolense de 238 habitantes está ubicado dentro de la Laponia española, conformada por Soria, Guadalajara, Teruel, Cuenca y la parte alta de Valencia. En el colegio solo se firmaron cuatro matrículas el curso pasado. Todo eso después de que los nueve únicos alumnos de las aulas participaran junto a sus profesoras en un vídeo en busca de nuevos estudiantes.

El redactor recomienda