La huelga de hambre puede precipitar el traslado de los presos a Madrid en Navidad
Si la privación de alimentos continúa, el alto tribunal se inclina por garantizar de forma inmediata la cercanía y el control ya en la capital de su situación médica
La huelga de hambre que iniciaron hace ya 12 días cuatro de los políticos presos en prisión provisional en cárceles catalanas puede desembocar en un traslado anticipado de los procesados por rebelión y sedición antes de enero a Madrid. A pocas semanas de que arranque el juicio más mediático de la historia de España, esta protesta amenaza con precipitar la salida de Lledoners de los acusados, que pasarían de nuevo a centros penitenciarios de Madrid en plenas navidades.
Fuentes jurídicas consultadas por El Confidencial advierten de que esta protesta conlleva serios riesgos para su salud que implicarán, inevitablemente, graves deterioros físicos en la antesala del juicio que, según el calendario que maneja el Supremo, debería arrancar a finales del próximo mes. El estado de salud de Jordi Sànchez, Joaquim Forn, Josep Rull y Jordi Turull complicaría seriamente tanto el duro desplazamiento de una ciudad a otra, en furgones por carretera o, en casos especiales, en ambulancia, como su presencia en las condiciones adecuadas en una vista oral en la que se enfrentan a penas de hasta 17 años de prisión.
No descartan, por tanto, que si la privación de alimentos continúa, el alto tribunal se incline por garantizar de forma inmediata la cercanía y el control ya en la capital de su situación médica. También avisan de que es posible que una medida de estas características provoque un efecto dominó y alcance también a aquellos de los presos que no están siguiendo la huelga, entre ellos Oriol Junqueras.
La duración de la huelga de hambre no ha sido determinada por aquellos que la están siguiendo. Fuentes cercanas a los presos no descartan que se extienda hasta la vista oral y destacan que, en ningún momento, han vinculado su final a que se produzca una acción del Tribunal Constitucional sobre los recursos que presentaron. Es decir, solo ellos conocen dónde está el límite y hasta dónde quieren llegar.
El tribunal de garantías ha respondido precisamente este miércoles, eso sí, de forma negativa, a los primeros recursos que plantearon los líderes del 'procés' y en los que se cuestionaba la competencia del Supremo para enjuiciar los hechos. El TC da cerrojazo sin entrar al fondo y entiende que "han sido planteados de forma prematura", ya que deberían haber agotado previamente la vía judicial ante el TS. Las fuentes jurídicas consultadas inciden en que no será hasta enero cuando el Constitucional aborde en pleno aquellos recursos que afectan al primero de los acusados en huelga de hambre, Jordi Sànchez. Los de Turull se verán posiblemente más tarde. Quieren resolverlos, en cualquier caso, antes del arranque del juicio.
No obstante, la respuesta ofrecida este miércoles a los asuntos refuerza la posibilidad de que la huelga se alargue ya que, expresamente, no se valora la petición sino que se comunica a los recurrentes que deben esperar a la decisión final del Supremo. La huelga de hambre iniciada por los políticos catalanes presos del PDeCAT se fundamentó en la falta de resolución de estos recursos de amparo que han ido presentando al tribunal de garantías y que interpretan como un intento de impedir que accedan a la Justicia europea mediante un 'tapón' a sus reclamaciones de amparo.
Segundo escenario
Las fuentes consultadas avisan también que es legalmente posible que, si la situación se prolonga y el deterioro físico es patente, hasta el punto de impedir a los cuatro afectados estar presentes en el juicio, Sànchez, Forn, Rull y Turull queden apartados de la vista oral. El tribunal juzgaría en ese caso a aquellos que presenten las condiciones físicas adecuadas y celebraría un nuevo juicio más adelante para los que no las tengan.
Juristas recuerdan, además, el precedente sentado por el TC ante la huelga de hambre de los grapo que desembocó, en 1981, en el fallecimiento de un preso de la organización terrorista que permaneció tres meses privado de alimento para protestar por el régimen penitenciario impuesto. En una sentencia de 1997, el tribunal sentó jurisprudencia y respaldó la alimentación forzosa a los presos cuya vida corra peligro. Eso sí, estableció el modo de suministrar el alimento y fijó que debía hacerse por vía parenteral sin amparar la suministración bucal de alimentos contra la voluntad del interno.
Según precisó una portavoz de los líderes independentistas, Sànchez y Forn, que ayunan desde hace 12 días, han perdido cinco kilos, mientras que Rull y Forn, que se unieron después a la protesta, tres y siete kilos, respectivamente. Explicó en rueda de prensa que el estado de salud de los cuatro presos es, en "líneas generales", bueno, aunque todos ellos empiezan a notar el "agotamiento" físico.
La huelga de hambre que iniciaron hace ya 12 días cuatro de los políticos presos en prisión provisional en cárceles catalanas puede desembocar en un traslado anticipado de los procesados por rebelión y sedición antes de enero a Madrid. A pocas semanas de que arranque el juicio más mediático de la historia de España, esta protesta amenaza con precipitar la salida de Lledoners de los acusados, que pasarían de nuevo a centros penitenciarios de Madrid en plenas navidades.
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