Es noticia
El PNV y las empresas, ERC y los presos: el plan del PSOE para salvar las trabas al PGE
  1. España
los socialistas piensan ya en 2020

El PNV y las empresas, ERC y los presos: el plan del PSOE para salvar las trabas al PGE

Los socialistas confían en que el temor del PNV a ir a elecciones y la demora en la sentencia del 'procés' acerquen a PNV y ERC. "El que se oponga perderá las próximas elecciones"

Foto: Pedro Sánchez y los diputados del PNV Aitor Esteban y Mikel Legarda. (Reuters)
Pedro Sánchez y los diputados del PNV Aitor Esteban y Mikel Legarda. (Reuters)

La aprobación de los Presupuestos dio el jueves un paso notable con el apoyo de Unidos Podemos. De tener 84 diputados asegurados, las cuentas públicas pasaron a contar con el apoyo de 155 diputados —siempre que se sume ya a Compromís—, a 21 de la mayoría absoluta. Pero conseguir los votos que faltan no será sencillo y el panorama es cambiante. El PNV tendría que apoyar un Presupuesto poco o nada 'business friendly', con subidas de impuestos generalizadas a sus empresas y con un agujero eléctrico a Iberdrola, gran 'lobby' del País Vasco. Además, ERC debería votar a favor y las cuentas podrían salir si el PDeCAT se abstiene. En Moncloa y el PSOE cuentan con el miedo del PNV a un adelanto electoral que pueda traer a PP y Ciudadanos y confían en que se retrase la sentencia del 'procés' lo suficiente como para sacar las cuentas. Si no, al menos estar hasta las municipales dando vueltas al tema y convocar elecciones dentro de un año. Así está el volátil escenario de las cuentas públicas al llegar al Congreso.

Para el portavoz del PSOE y alcalde de Valladolid, Óscar Puente, a partir de ahora el voto de los Presupuestos es casi de sí o no, como lo fue la moción de censura en junio. Entonces, el PNV la apoyó, aunque días antes había votado los Presupuestos de Rajoy. "Todo esto es jaque mate. No hay movimiento posible. El que se ponga por delante de esto perderá las próximas elecciones. Porque el ciudadano ve que se intentan mejorar los salarios y hacer una fiscalidad más justa y no creo que se vayan a posicionar porque alguna empresa les diga que sea más o menos favorable". Para Puente, los partidos a la hora de decidir su voto "tienen que valorar los riesgos de que haya elecciones anticipadas y entre Ciudadanos y el PP".

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. (EFE) Opinión

Puente saca pecho de pacto anunciado y lo que supone para el socialismo. "Estas cosas cambian el sino de la socialdemocracia, porque es apostar por cambiar el modelo económico, salarial, ambiental y energético. No nos podemos sujetar con una agenda similar a la de los partidos consevadores, esto es lo que ha llevado a la irrelevancia a la socialdemocracia en Europa".

La tramitación de los Presupuestos va a ser una especie de prueba de 'Humor amarillo', ese programa de televisión japonés en el que un concursante tenía que cruzar un lago apestoso saltando de piedra en piedra, algunas de las cuales se hundían al pisarlas. La primera piedra era Podemos y Pedro Sánchez la ha superado. Después viene el examen técnico en Bruselas: ¿va a comprar la Comisión unas cuentas con una cifra de ingresos claramente optimista, por decirlo suavemente?

"Todo esto es jaque mate. No hay movimiento posible. El que se ponga frente a esto perderá las próximas elecciones"

De vuelta a España, en el panorama político hay dos escollos fundamentales. Uno de los primeros es el PNV. ¿Apoyará la derecha moderada vasca, símbolo del empresariado, una subida de impuestos de 5.678 millones (incluso si la previsión está exagerada para cuadrar las cuentas a martillazos)? En Moncloa admiten que esa es una gran dificultad, pero consideran que "el PNV es ahora mismo el partido de toda España que menos quiere ir a elecciones, incluso con lo difícil que va a ser para ellos, que representan al empresariado". Además, el PNV gobierna en Euskadi con apoyo de los socialistas.

Las primeras reacciones del PNV no fueron de rechazo total, aunque no era lo esperable de un partido que en democracia ha votado a derecha e izquierda a cambio de concesiones. Aitor Esteban, portavoz de los cinco diputados del PNV en el Congreso, afirmó por la mañana en RNE que su partido hará un planteamiento presupuestario al Gobierno de Pedro Sánchez que sea "factible y razonable", y no les asusta la cuestión impositiva. El primer caramelo de Sánchez al PNV llegó la semana pasada en la reforma eléctrica, donde hubo una rebaja de la factura para la industria vasca.

El PNV es ahora mismo el partido de toda España que menos quiere ir a elecciones

El otro gran problema —la piedra más resbaladiza— está en Cataluña. El PSOE necesita el apoyo de los nueve diputados de ERC. Los republicanos están demostrando ser más pragmáticos y pactistas que PDeCAT y podrían apoyar las medidas sociales. Pero Oriol Junqueras y los demás políticos acusados siguen en la cárcel, y esa es su principal reivindicación. Ellos piden gestos hacia los presos. "No podremos hablar de Presupuestos del Estado si el Gobierno español no se mueve en el derecho a la autodeterminación ni en la cuestión de los presos y exiliados y en las acusaciones fijadas en el Tribunal Supremo", declaró el vicepresidente catalán y dirigente de Esquerra, Pere Aragonès.

En privado, en ERC afirman saber que el Gobierno no puede sacar a los presos y agradecen la cadena de declaraciones de altos cargos socialistas a favor de que los presos salgan de prisión preventiva al menos hasta que haya sentencia. Reclaman que la Abogacía del Estado no acuse por rebelión y eso no es descartable. El Gobierno está dispuesto a darles cariño pero, de momento, poco más —o ese es el discurso que mantiene—, y cuenta con la buena relación de Pablo Iglesias con los republicanos.

placeholder Carles Campuzano y Joan Tardà, en el Congreso. (EFE)
Carles Campuzano y Joan Tardà, en el Congreso. (EFE)

En ese sentido, cuanto más se retrase la sentencia, más probabilidades hay de que salgan las cuentas, porque tensiona menos el escenario en Cataluña. Las defensas de los independentistas están retrasándolo con recursos, en parte para conseguir la atenuante de dilaciones indebidas, en parte para conseguir grietas en el procedimiento que les ayuden en un recurso ante la Justicia europea. El fallo difícilmente llegará antes de las municipales y autonómicas de mayo.

Lo del PDeCAt es mucho más complicado. Se trata de un partido -por llamarlo de alguna manera- que combina espíritus pactistas en Madrid como Carles Campuzano —que junto a Marta Pascal, hoy en el Senado, maniobró para apoyar la moción de censura en contra del criterio de Puigdemont—, otros más duros del independentismo, como la nueva portavoz Míriam Nogueras y los que en Moncloa consideran imprevisibles: Quim Torra en Barcelona y Carles Puigdemont en Waterloo. Así que el PSOE ve mucho más complicado lograr su apoyo (al menos de tod el grupo parlamentario). Pero considera que no es imprescindible, que una abstención de sus ocho diputados podría bastar. Simplificando mucho, hay quien se pregunta si el independentismo prefiere a Pedro Sánchez en Moncloa o a Pablo Casado y/o Albert Rivera.

A la dificultad de sumar apoyos se suman los obstáculos que puedan poner el Senado (mayoría del PP) y la Mesa del Congreso (PP y Ciudadanos)

Así que, si finalmente entran PNV y ERC, en Moncloa consideran que puede haber Presupuestos. "Salen si ERC y PNV votan a favor y se abstienen PDeCAT, Bildu y Coalición Canaria". En ese caso, 2020 sería ya el horizonte para Sánchez. El camino hacia las cuentas públicas es largo y está lleno de trampas para elefantes, pero si alguien ha demostrado en el pasado capacidad para superar caminos abruptos, ese es Pedro Sánchez. Para otra temporada quedan los obstáculos que puedan poner el Senado (mayoría del PP) y la Mesa del Congreso (controlada por PP y Ciudadanos). Que nadie se mueva. Takeshi Kitano sigue dirigiendo la política española.

La aprobación de los Presupuestos dio el jueves un paso notable con el apoyo de Unidos Podemos. De tener 84 diputados asegurados, las cuentas públicas pasaron a contar con el apoyo de 155 diputados —siempre que se sume ya a Compromís—, a 21 de la mayoría absoluta. Pero conseguir los votos que faltan no será sencillo y el panorama es cambiante. El PNV tendría que apoyar un Presupuesto poco o nada 'business friendly', con subidas de impuestos generalizadas a sus empresas y con un agujero eléctrico a Iberdrola, gran 'lobby' del País Vasco. Además, ERC debería votar a favor y las cuentas podrían salir si el PDeCAT se abstiene. En Moncloa y el PSOE cuentan con el miedo del PNV a un adelanto electoral que pueda traer a PP y Ciudadanos y confían en que se retrase la sentencia del 'procés' lo suficiente como para sacar las cuentas. Si no, al menos estar hasta las municipales dando vueltas al tema y convocar elecciones dentro de un año. Así está el volátil escenario de las cuentas públicas al llegar al Congreso.

PNV Óscar Puente
El redactor recomienda