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Los números voluntaristas de Hacienda: recaudará 5.678 millones con los impuestos
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Las cuentas para cuadrar los Presupuestos

Los números voluntaristas de Hacienda: recaudará 5.678 millones con los impuestos

El Gobierno realiza una estimación muy optimista de su reforma fiscal para cuadrar las cuentas de 2019. Atacará tres impuestos básicamente: sociedades, IRPF y patrimonio

Foto: La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, junto a la ministra portavoz, Isabel Celaá. (EFE)
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, junto a la ministra portavoz, Isabel Celaá. (EFE)

El problema con los Presupuestos Generales del Estado siempre es el mismo: no hay suficientes ingresos para financiar todos los gastos que quiere abordar el Gobierno de turno. La vía más habitual que utilizan para que ingresos y gastos coincidan es la de inflar las previsiones de ingresos. El Gobierno de Mariano Rajoy empleó esta argucia durante todos sus años de mandato y el Ejecutivo de Pedro Sánchez podría seguir sus pasos. La previsión de ingresos que ha lanzado en su acuerdo presupuestario con Unidos Podemos ha generado amplias dudas por el voluntarismo de sus cifras.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha prometido que el incremento de la recaudación tributaria (sin cotizaciones sociales) por la reforma fiscal ascenderá en 2019 a 5.678 millones de euros. Una cuantía sustancial que se produce íntegramente por los cambios normativos, esto es, excluido el ciclo económico. En definitiva, es parte del ajuste estructural que exige la Comisión Europea para España. El problema es que las cifras difícilmente pueden cuadrar con la realidad.

Foto: La ministra de Hacienda, María Jesús Montero (Efe)

Hacienda y Unidos Podemos han publicado los detalles de su acuerdo para la reforma fiscal, pero no han puesto números concretos a cada medida impositiva, de modo que hay que realizar un análisis agregado de toda la subida de impuestos. En total, el ministerio prevé recaudar 5.678 millones de euros, y lo hace tocando básicamente tres impuestos: IRPF, sociedades y patrimonio, además de la creación de dos nuevas figuras tributarias: el impuesto sobre transferencias financieras (tasa Tobin) y el impuesto sobre servicios digitales (tasa Google). Además, utiliza el gran comodín que siempre emplea el Gobierno de turno: la lucha contra el fraude fiscal.

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Aunque el ministerio no ha facilitado los datos desagregados, es posible realizar una aproximación a partir de las cifras de recaudación de la Agencia Tributaria y las estimaciones filtradas por el propio Gobierno. En el caso del impuesto sobre sociedades, el tipo mínimo del 15% sobre la base imponible tendrá un resultado mínimo, ya que actualmente los grandes grupos tributan muy por encima, en el entorno del 24%. Esto es así porque la base imponible no incluye la mayor parte de deducciones y exenciones que tienen las empresas, de modo que deja fuera la mayor parte de los 'agujeros' del impuesto.

Aunque el ministerio no ha facilitado los datos desagregados, es posible realizar una aproximación a partir de las cifras de recaudación y las filtradas

Lo que sí tendrá mayor impacto es el gravamen a los beneficios obtenidos en el extranjero. Actualmente, están exentos al 100% como consecuencia de los convenios para evitar la doble imposición que tiene firmados España. El Gobierno, en un acto de dudosa legalidad, va a rebajar esta exención hasta el 95%, de modo que gravará el 5% de los beneficios obtenidos en el exterior por las grandes empresas españolas. Esta medida podría generar unos ingresos de unos 1.000 millones de euros, en lo que supone la subida de impuestos más rentable para las arcas públicas.

La modificación del IRPF difícilmente superará los 800 millones de euros. El Gobierno subirá dos puntos el tipo marginal sobre las rentas que superen los 130.000 euros anuales y cuatro puntos para los que superen los 300.000 euros. Además, subirá cuatro puntos el tipo que pagan las rentas del capital superiores a 140.000 euros. Estas dos medidas conjuntas afectarán a menos del 0,5% de los declarantes del impuesto, de modo que su potencial recaudatorio es limitado.

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Hacienda también pretende elevar un 1% el tipo que aplica al impuesto sobre el patrimonio para las fortunas que superen los 10 millones de euros. Este tributo genera una recaudación anual de 1.000 millones y la subida del tributo se limita a las grandes fortunas, de modo que difícilmente podrá generar más de 300 millones para las arcas públicas.

En cuanto a la creación de los dos nuevos tributos, el de transferencias financieras y el de servicios digitales, su impacto presupuestario conjunto difícilmente superará los 1.600 millones si se atiende a las filtraciones que ha realizado el Gobierno en los últimos meses.

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La suma de todos estos impuestos, ya calculados al alza, es de 3.900 millones de euros, muy lejos de los 5.678 millones que promete Hacienda. La desviación supera ampliamente los 1.700 millones. No es extraño que surja tal diferencia, ya que la previsión de recaudar casi 6.000 millones de euros es muy ambiciosa: sirva como comparativa que equivaldría a la mitad de todo lo que pagan los grupos consolidados por el impuesto sobre sociedades.

El Gobierno podría tener la tentación de cubrir esta diferencia en la previsión de recaudación utilizando la promesa de la lucha contra el fraude. El problema es que esta cifra es todavía más complicada de estimar, ya que no depende solo de la buena voluntad del Gobierno sino también de la eficacia de la inspección de la Agencia Tributaria. Está por ver si la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) y la Comisión Europea dan por buenas estas cifras presentadas por Hacienda. En caso negativo, podría afectar a todos los compromisos de gasto pactados con Unidos Podemos y al cumplimiento de los objetivos de estabilidad.

El problema con los Presupuestos Generales del Estado siempre es el mismo: no hay suficientes ingresos para financiar todos los gastos que quiere abordar el Gobierno de turno. La vía más habitual que utilizan para que ingresos y gastos coincidan es la de inflar las previsiones de ingresos. El Gobierno de Mariano Rajoy empleó esta argucia durante todos sus años de mandato y el Ejecutivo de Pedro Sánchez podría seguir sus pasos. La previsión de ingresos que ha lanzado en su acuerdo presupuestario con Unidos Podemos ha generado amplias dudas por el voluntarismo de sus cifras.

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