La sucesión de Cospedal mete al PP en otra guerra con cuatro aspirantes

La sucesión de María Dolores de Cospedal en la presidencia del Partido Popular de Castilla-La Mancha arranca con la misma incertidumbre que la de Mariano Rajoy en el PP nacional. Nada más formalizarse la retirada del cargo autonómico de la exministra de Defensa y la convocatoria del Congreso Regional extraordinario para el 7 de octubre con el fin de elegir a la nueva dirección, cuatro dirigentes regionales se plantean ya la posibilidad de concurrir a las peculiares 'primarias' de doble vuelta de los populares, y ninguno parte con el cartel de heredero favorito del aparato.

En la misma reunión de la Junta Directiva regional en la que se despidió Cospedal tres pesos pesados de la organización anunciaron que habría un periodo de "reflexión" sobre sus aspiraciones a la presidencia vacante. Se trata de Rosa Romero, exalcaldesa de Ciudad Real y actual vicepresidenta del Congreso; Antonio Román, alcalde de Guadalajara; y Ana Guarinos, presidenta del PP de Guadalajara, portavoz del Grupo Popular en las Cortes regionales y adversaria de Román.

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Fuentes del PP nacional empiezan a ver similitudes con el proceso sufrido con la marcha de Rajoy, aunque dan por supuesto que Cospedal procurará ejercer su autoridad interna para encauzar mejor la doble vuelta e incluso evitarla. De momento han saltado los nombres de los aspirantes más previsibles y con más historial de victorias electorales, Román y Romero, pero ya aparece uno menos esperado como es el de Guarinos.

El cuarto posible aspirante es Francisco Núñez, alcalde de Almansa y presidente provincial de Albacete que algunos medios señalan como el relevo favorito del nuevo equipo de Pablo Casado. Núñez procede de la misma cantera del partido, Nuevas Generaciones, y tiene la misma edad que el sucesor de Rajoy.

Frente al dirigente de Albacete, los otros tres son representantes de la vieja guardia del partido en la región. Román tiene la autoridad y el aval de sus mayorías absolutas en las municipales en Guadalajara y ha sido diputado nacional. Romero está instalada en la Mesa del Congreso y presenta el problema para el PP de que su salida de ese órgano obligaría al Grupo Popular a negociar con los demás partidos de la Cámara el relevo, salvo que pretendiera concurrir a las elecciones autonómicas de mayo sin dejar el cargo institucional.

Frente al dirigente de Albacete, los otros tres son representantes de la vieja guardia del partido

Las aspiraciones de Guarinos, de concretarse en candidatura, restarían fuerza a la candidatura de Román ya que comparten feudo en Guadalajara. Ninguno de los cuatro tendría problemas para aportar el mínimo de avales para presentar su precandidatura.

El apoyo de Cospedal fue decisivo para que Pablo Casado se impusiera frente a Soraya Sáenz de Santamaría en el Congreso Nacional extraordinario del pasado mes de julio. Pero después de dejar la secretaría general, sigue de retirada al ceder la presidencia del PP en Castilla-La Mancha sin dejar arreglada su sucesión, al menos al estilo antiguo.

Durante el proceso precongresual demostró ser la única baronesa del partido que controlaba de verdad toda su organización regional, pero la carrera por la presidencia en Castilla-La Mancha pondrá a prueba esos poderes que también se le suponían a Rajoy. Vicente Tirado, el hombre de confianza de Cospedal en la región, quien le ha guardado las espaldas allí mientras ella se dedicaba a la política nacional, también se ha quitado de en medio. El resultado de todos esos movimientos es que nadie en la dirección nacional del partido ni en la regional saliente se atreve a señalar un favorito aunque Román parezca ser el Feijóo del arranque del proceso y Núñez se perfile por el lado de la renovación total como Casado.