Los policías de Madrid se preparan para dar un otoño caliente a Carmena

El Gobierno municipal de Manuela Carmena prevé afrontar un otoño caliente en el ámbito interno. Sobre todo en la Concejalía de Seguridad y Emergencias que coordina Javier Barbero. El edil mantiene aún el conflicto con uno de los colectivos más sensibles del consistorio, el de la Policía Municipal, y hay pocas posibilidades de que éste se resuelva a corto o medio plazo. El déficit que algunos sindicatos sitúan en más de 800 agentes parece un escollo difícil de solventar y está marcando la negociación del convenio que ya se alarga más allá de los ocho meses.

La falta de acuerdo, de hecho, ha provocado ya que los policías promuevan una iniciativa curiosa que ya pusieron en marcha contra el que fuera alcalde de Madrid José María Álvarez del Manzano, y que el colectivo bautizó como la del 'oso amoroso'. Una persona disfrazada de este animal siguió durante días al primer edil de la ciudad a modo de cobrador del frac, después de que el entonces Gobierno municipal decidiera quitar la tercera paga a los funcionarios del cuerpo de seguridad. Ahora, el nuevo 'oso amoroso' que está haciendo lo mismo con Carmena y Barbero, ya ha puesto nerviosos a ambos dirigentes políticos, que dieron orden de identificar a quien se escondía bajo el disfraz.

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De momento, no han conseguido su propósito, una iniciativa que a juicio del portavoz del Colectivo Profesional de Policía Municipal (CPPM), Alberto Cid, solo busca "amedrentar" a los funcionarios, al estilo de los expedientes abiertos por el Ayuntamiento a 222 agentes que se dieron de baja durante la celebración del último Día del Orgullo. Barbero anunció, a raíz de esa última polémica, que incluso llevaría a los funcionarios que protagonizaron aquella particular reivindicación ante los tribunales, para que éstos diriman si tienen responsabilidad penal por su decisión de no acudir a trabajar esa jornada.

Aquella forma de protesta venía a poner sobre la mesa un problema de más calado, como es el mencionado déficit de agentes, que enquista la negociación del convenio y llevará previsiblemente a los funcionarios a continuar ejerciendo acciones de presión en el nuevo curso. Así lo admite el propio Cid, que ya habla de acampadas, manifestaciones en bicicleta o concentraciones como modos de mostrar su desencanto con las propuestas del consistorio para resolver este sudoku de horas extra, turnos y fines de semana que actualmente tienen que solucionar a diario los policías.

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"Un funcionario llega al viernes a veces sin saber si trabajará el fin de semana; esto es una barbaridad con la que hay que acabar", subraya el portavoz de CPPM, que asegura que "hay agentes a los que les anulan dos fines de semana que tenían de descanso y tienen automáticamente que trabajar cuatro seguidos, ya que en condiciones normales están obligados a trabajar uno y librar los dos siguientes." Además, continúa, "hay muchos problemas para librar porque hay mucho trabajo y poca gente", insiste.

La solución, sin embargo, no es tan fácil como implantar la posibilidad de vender jornadas o de hacer días voluntarios, como se ha acordado en las últimas mesas técnicas y previsiblemente se incorporará a las propuestas. Al final, esto es ahondar en el concepto de las horas extra, como asegura Cid. "Está muy bien, pero en el fondo es que ganas más dinero por trabajar más", resume el representante sindical. Según afirma Carlos Bahón, portavoz de la Asociación de Policía Municipal Unificada (APMU), los agentes del cuerpo se embolsan cada año entre 11 y 12 millones de euros en horas extra cuando apenas hay presupuestados ocho millones.

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El elevado déficit de policías, por otro lado, no es fácil de solucionar, dado que el Gobierno central sigue manteniendo las restricciones en las tasas de reposición. Aunque actualmente ésta puede situarse en un 115% (es decir, que puede hacerse una convocatoria de empleo público de 115 funcionarios por cada 100 que se jubilen), se tardarían años en atajar el problema incluso si se alcanzar ese tope. "Los policías que estamos nos hacemos mayores y no podemos aguantar turnos de 16 horas al día", explica Bahón, quien apoya las manifestaciones, concentraciones y otro tipo de acciones de protesta que plantea CPPM. "Somos el único colectivo de la concejalía de Barbero que no ha firmado aún un convenio", recuerda.

Para más inri, asegura Cid, existe la posibilidad de que entre finalmente la jubilación anticipada, un derecho que llevan años reclamando los agentes. Si esto ocurriera, al déficit de más de 800 policías que ha admitido el Gobierno municipal habría que sumar otros 500 o 600 agentes que saldrían automáticamente del cuerpo por superar la edad y acogerse a esa jubilación anticipada, lo que dejaría la institución aún más mermada si cabe.