El hombre que manipuló a Patricia Aguilar trató de captar a una menor guipuzcoana

Steven Manrique, detenido por la Policía peruana por captar a la joven Patricia Aguilar y a otras dos mujeres, trató de atrapar a una menor guipuzcoana a través de Facebook para su particular secta. Así lo ha explicado la portavoz de la familia, Noelia Bru, que fue la que descubrió en la mencionada red social cómo el mismo hombre que se había llevado a su sobrina estaba tratando de hacer lo mismo con otra niña vasca.

Según Bru, Manrique llevaba desde 2015 contactando con la menor, que por aquel entonces tenía 13 años, a través de Facebook. Le daba libros de Gnosis, le animaba a empaparse una determinada filosofía y todo con el fin de ir "preparando el terreno" para que cuando la chica cumpliera 18 se pudiera ir con él a vivir como pasó con Patricia, explica Bru, que observó cómo el detenido tenía detalles con la menor como felicitarla por su cumpleaños. El caso de la chica guipuzcoana, que ahora tiene 17 años, ha sido denunciado ante la Ertzaintza, que en estos momentos investiga los hechos descubiertos por Bru, que incluso llegó a hablar con la menor a través de las redes sociales.

Patricia, por su parte, continúa junto a su hijo de apenas un mes en dependencias del Ministerio de la Mujer de Perú junto a las otras dos chicas captadas por Manrique y a los hijos de estas. La familia quiere traerse cuanto antes a la joven a España, aunque existe el problema del pequeño, que al haber nacido allí tiene la nacionalidad peruana. Alberto, el padre de Patricia, sigue en Lima a la espera de recibir noticias de la Policía. Según Bru, él no se marchará de allí sin su hija ni su nieta. "La prioridad es que Patricia venga con su bebé a España", afirma la abogada de la familia y de la asociación Sos Desaparecidos, Maite Rojas.

Patricia se fue de casa el 7 enero de 2017. Recogió muy bien su habitación y se marchó mientras sus padres dormían la siesta. Al levantarse, su madre (Rosa María) le escribió para ver dónde estaba. La joven le respondió que estaba en la casa de campo de unos amigos y que dormiría allí esa noche. A la mañana siguiente, Alberto, su padre, se dio cuenta de que faltaba dinero en casa. Telefoneó a su hija, pero solo conseguió mantener con ella conversaciones cortas y con mal sonido. Así estuvo todo el día. Se ofreció a ir a por ella a la casa de campo, pero ella rechazó la oferta porque —según dijo— alguien iría a por ella. Luego se apagó el teléfono. Solo recibieron un mensaje que les decía que estaba bien y que les llamaría "en horas".

La historia que le contó a sus padres sobre la fiesta de cumpleaños, sin embargo, era falsa. Patricia se había ido a Murcia en tren, en primer lugar, había vuelto y luego se había marchado al aeropuerto de Alicante, donde había cogido un vuelo hacia Madrid y posteriormente otro con destino Lima, donde aterrizó el 9 de enero. Mientras esto ocurría, y ante las sospechas de que su hija les mentía, los padres registraron la habitación de la joven y descubrieron cartas y documentación sobre la vinculación de la niña con la secta Gnosis.

Gracias a SOS Desaparecidos, los padres de Patricia hicieron todo el ruido que pudieron tanto en los medios españoles como en los peruanos y consiguieron que hubiera gente que llamara diciendo que había visto a su hija. Una de esas llamadas resultó ser cierta e informaba de que la joven había sido vista en el aeropuerto de Santiago de Chile en mal estado. Posteriormente la niña llamó voluntariamente al programa de Ana Rosa, que en esos momentos tenía a los padres en el plató, y dijo que se había ido voluntariamente de casa.