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Manifiesto 8M: de la violencia sexual a la brecha salarial, los argumentos de la huelga
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HUELGA DEL 8 DE MARZO

Manifiesto 8M: de la violencia sexual a la brecha salarial, los argumentos de la huelga

Hoy 8 de marzo comienza la huelga convocada por el colectivo feminista; una huelga diferente, poco corriente, no al uso: una huelga feminista.

Foto: Huelga del 8 de marzo
Huelga del 8 de marzo

Hoy 8 de marzo comienza la huelga convocada por el colectivo feminista; una huelga diferente, poco corriente, no al uso: una huelga feminista. El paro, respaldado durante 24 horas por algunos sindicatos —Confederación General del Trabajo (CGT), la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), el Sindicato de Comisiones de Base (CoBas) y la Confederación Intersindical— y de forma parcial por otros —Comisiones Obreras y Unión General de Trabajadores—, busca aunar a las mujeres para salir juntas a la calle y hacer una defensa común de la situación del colectivo, una reivindicación común.

[Especial 8-M: Día Internacional de la Mujer]

Así lo dejan claro en el manifiesto: "Juntas somos más". Con esta frase arranca la Federación de Organizaciones Feministas del Estado Español (Coordinadora Feminista), convocante de la huelga y paraguas que acoge a todas las asociaciones por el feminismo que participan este 8 de marzo en las marchas, en toda España. "Cada 8 de Marzo celebramos la alianza entre mujeres para defender nuestros derechos conquistados. Fue la unión de muchas mujeres en el mundo la que consiguió grandes victorias para todas nosotras y nos trajo derechos que poseemos hoy", continúa.

"Nos precede una larga genealogía de mujeres activistas, sufragistas y sindicalistas. Las que trajeron la Segunda República, las que lucharon en la Guerra Civil, las que combatieron al colonialismo y las que fueron parte las luchas antiimperialistas. Sin embargo, sabemos que aún no es suficiente: queda mucho por hacer y nosotras seguimos luchando". Es en este punto donde empiezas las reivindicaciones. Y parten de un término que se ha empezado a utilizar en los últimos tiempos: la sororidad.

Foto: Sofá Vergara, en la entrega de los Emmy de 2017 (Reuters)

"La sororidad es nuestra arma, es la acción multitudinaria la que nos permite seguir avanzando. La fecha del 8 de marzo es nuestra, internacional y reivindicativa", explica. Desde la Coordinadora Feminista subrayan que la identidad de las mujeres es "múltiple". "Vivimos en el entorno rural y en el entorno urbano, trabajamos en el ámbito laboral y en el de los cuidados. Somos payas, gitanas, migradas y racializadas. Nuestras edades son todas y nos sabemos lesbianas, trans, bisexuales, inter, queer, hetero... Somos las que no están: somos las asesinadas, somos las presas. Somos todas. Juntas paramos el mundo y gritamos: ¡BASTA!".

  • Basta de agresiones, humillaciones, marginaciones o exclusiones: Exigimos que el Pacto de Estado contra las violencias machistas –por lo demás insuficiente– se dote de recursos y medios para el desarrollo de políticas reales y efectivas que ayuden a conseguir una sociedad libre de violencias contra las mujeres y niñas. Denunciamos la represión a quienes encabezan la lucha por los derechos sociales y reproductivos.
  • Basta de violencias machistas, cotidianas e invisibilizadas, que vivimos las mujeres sea cual sea nuestra edad y condición. Queremos poder movernos en libertad por todos los espacios y a todas horas. Señalamos y denunciamos la violencia sexual como expresión paradigmática de la apropiación patriarcal de nuestro cuerpo, que afecta de modo aún más marcado a mujeres en situación de vulnerabilidad como mujeres migradas y trabajadoras domésticas. Es urgente que nuestra reivindicación Ni una menos sea una realidad.
Foto: Captura de las conversaciones de WhatsApp.
  • Basta de opresión por nuestras orientaciones e identidades sexuales! Denunciamos la LGTBIfobia social, institucional y laboral que sufrimos muchas de nosotras, como otra forma de violencia machista. Somos mujeres y somos diversas.

Explotación, brecha salarial...

En el manifiesto, la Coordinadora Feminista continúa: "Somos las que reproducen la vida. El trabajo doméstico y de cuidados que hacemos las mujeres es imprescindible para el sostenimiento de la vida. Que mayoritariamente sea gratuito o esté devaluado es una trampa en el desarrollo del capitalismo. Hoy, con la huelga de cuidados en la familia y la sociedad, damos visibilidad a un trabajo que nadie quiere reconocer, ya sea en la casa, mal pagado o como economía sumergida. Reivindicamos que el trabajo de cuidados sea reconocido como un bien social de primer orden, y exigimos la redistribución de este tipo de tareas", apuntan.

"Hoy reivindicamos una sociedad libre de opresiones, de explotación y violencias machistas. Llamamos a la rebeldía y a la lucha ante la alianza entre el patriarcado y el capitalismo que nos quiere dóciles, sumisas y calladas. No aceptamos estar sometidas a peores condiciones laborale, ni cobrar menos que los hombres por el mismo trabajo. Por eso, también hacemos huelga laboral", apuntan.

Una huelga, continúan, "contra los techos de cristal y la precariedad laboral, porque los trabajos a los que logramos acceder están marcados por la temporalidad, la incertidumbre, los bajos salarios y las jornadas parciales no deseadas. Nosotras engrosamos las listas del paro. Muchos de los trabajos que realizamos no poseen garantías o no están regulados. Y cuando algunas de nosotras tenemos mejores trabajos, nos encontramos con que los puestos de mayor salario y responsabilidad están copados por hombres. La empresa privada, la pública, las instituciones y la política son reproductoras de la brecha de género.

"Denunciamos que ser mujer sea la principal causa de pobreza y que se nos castigue por nuestra diversidad. La precariedad se agrava para muchas de nosotras por tener mayor edad, ser migrada y estar racializadas, por tener diversidad funcional o una imagen alejada de la normatividad. Reivindicamos que nuestra situación laboral nos permita desarrollar un proyecto vital con dignidad y autonomía; y que el empleo se adapte a las necesidades de la vida: el embarazo o los cuidados no pueden ser objeto de despido ni de marginación laboral, ni deben menoscabar nuestras expectativas personales ni profesionales", añade.

Exigencias y denuncias

Además de todo lo anterior, en el manifiesto, que puedes leer completo en su página web,el colectivo tiene algunas exigencias, como:

Pensiones: "No más pensiones de miseria, que nos obligan a sufrir pobreza en la vejez. Pedimos la cotitularidad de las pensiones y que el tiempo dedicado a tareas de cuidado, o que hemos desarrollado en el campo, sea reconocido en el cálculo de las pensiones al igual que el trabajo laboral y luchamos por la ratificación del convenio 189 de la OIT que regula el trabajo doméstico".

Lucha contra el cambio climático: "Apostamos decididamente por la soberanía alimentaria de los pueblos. Apoyamos el trabajo de muchas compañeras que ponen en riesgo su vida por defender el territorio y sus cultivos. Exigimos que la defensa de la vida se sitúe en el centro de la economía y de la política".

Protagonismo:"Exigimos ser protagonistas de nuestras vidas, de nuestra salud y de nuestros cuerpos, sin ningún tipo de presión estética. Nuestros cuerpos no son mercadería ni objeto, y por eso, también hacemos huelga de consumo. ¡Basta ya de ser utilizadas como reclamo!".

Despatologización: "La medicalización responde a intereses de grandes empresas, no a nuestra salud. ¡Basta de considerar nuestros procesos de vida como enfermedades!".

Educación: " La educación es la etapa principal en la que construimos nuestras identidades sexuales y de género y por ello las estudiantes, las maestras, la comunidad educativa y todo el movimiento feminista exigimos nuestro derecho a una educación pública, laica y feminista. Libre de valores heteropatriarcales desde los primeros tramos educativos, en los que las profesoras somos mayoría, hasta la universidad. Reivindicamos también nuestro derecho a una formación afectivo-sexual que nos enseñe en la diversidad, sin miedos, sin complejos, sin reducirnos a meros objetos y que no permita una sola agresión machista ni LGTBIfóbica en las aulas. Exigimos un avance en la coeducación en todos los ámbitos y espacios de formación y una educación que no relegue nuestra historia a los márgenes de los libros de texto; y en la que la perspectiva de género se transversal a todas las disciplinas. ¡No somos una excepción, somos una constante que ha sido callada!".

Acogida de migrantes: "Ninguna mujer es ilegal. Decimos 'basta' al racismo y la exclusión. Gritamos bien alto: ¡No a las guerras y a la fabricación de material bélico! Las guerras son producto y extensión del patriarcado y del capitalismo para el control de los territorios y de las personas. La consecuencia directa de las guerras son millares de mujeres refugiadas por todo el mundo, mujeres que estamos siendo victimizadas, olvidadas y violentadas. Exigimos la acogida de todas las personas migradas, sea por el motivo que sea. ¡Somos mujeres libres en territorios libres!". Por último, en el manifiesto denuncian:

  1. Los recortes presupuestarios en los sectores que más afectan a las mujeres: el sistema de salud, los servicios sociales y la educación.
  2. La corrupción como un factor agravante de la crisis.
  3. La justicia patriarcal que no nos considera sujetas de pleno derecho.
  4. La grave represión y recortes de derechos que estamos sufriendo.

El manifiesto acaba con esta frase: "Exigimos plena igualdad de derechos y condiciones de vida, y la total aceptación de nuestra diversidad".

Hoy 8 de marzo comienza la huelga convocada por el colectivo feminista; una huelga diferente, poco corriente, no al uso: una huelga feminista. El paro, respaldado durante 24 horas por algunos sindicatos —Confederación General del Trabajo (CGT), la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), el Sindicato de Comisiones de Base (CoBas) y la Confederación Intersindical— y de forma parcial por otros —Comisiones Obreras y Unión General de Trabajadores—, busca aunar a las mujeres para salir juntas a la calle y hacer una defensa común de la situación del colectivo, una reivindicación común.

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