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70.000 un trasplante de pulmón, 4.000 la cesárea… ¿Cuánto nos cuesta la sanidad?
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70.000 un trasplante de pulmón, 4.000 la cesárea… ¿Cuánto nos cuesta la sanidad?

El coste de una intervención médica o quirúrgica depende de múltiples factores, aunque el que más pesa es la cantidad de días de ingreso, pasar por la UCI o los minutos de operación

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(Imagen: EC)

Dar a luz sin complicaciones: 2.046 euros. Trasplante de páncreas: 59.349 euros. 'Bypass': 25.605. Reacción alérgica: 1.642. Operación de rodilla: 3.500… Cuando un paciente va al médico en la sanidad pública, lo último que piensa es cuánto está costando esa hora de atención del especialista, el precio de la prótesis que le están poniendo, o cómo de cara es la radiografía que le han hecho en 20 minutos. Aunque algunas comunidades han hecho intentos de informar a los pacientes de lo que valen los servicios médicos —lo que se conoce como factura sombra—, saber en España el coste de las intervenciones hospitalarias es un misterio, incluso para los propios profesionales.

Sin embargo, desde hace casi una década un grupo de médicos se dedica a calcular, recopilar y poner en común el coste de nuestro paso por el hospital. Desde a cuánto se paga cada comida hasta el precio del edificio que acoge la actividad médica, el de los materiales que se utilizan en cada intervención o los minutos que ha llevado una determinada operación.

Cada día en Urgencias cuesta 1.000 euros por paciente de media; estar en planta, unos 300

“Se recopila desde el momento que el paciente entra por la puerta del hospital hasta que sale, pero no las consultas previas o posteriores”, explica Francesc Cots, coordinador de la Red Española de Costes Hospitalarios, cuya base de datos y metodología luego hace públicos el Ministerio de Sanidad añadiendo más hospitales. Hasta 79 de todo el Estado. Así, realizan una media de las intervenciones en toda España en función de la gravedad, que es la que el lector puede consultar —y curiosear— en el buscador que hay al final que este reportaje.

Neonatos y trasplantes, los más caros

En España, el coste medio del ingreso hospitalario por paciente es de 5.092 euros. Pero las diferencias entre unas operaciones según sus características pueden disparar o rebajar el coste. Lo primero que aumenta los recursos de una intervención, explican los expertos, es el paso por la UCI. Cada día en cuidados intensivos cuesta una media de 1.000 euros por persona, lejos de los 300 o 400 que supone estar en planta, debido al gasto de tener a un enfermero por cada dos pacientes y al equipamiento técnico necesario para las emergencias. Incluso los colchones son más caros que los de planta. Por eso, la traqueostomía con ventilación mecánica es la intervención quirúrgica más cara de toda la lista, con 96.000 euros de media, aunque es muy poco frecuente.

A la traqueostomía le siguen en coste los partos de neonatos, por la cantidad de días y atención que necesitan en la planta de neonatología —otra de las más caras—. Un nacido antes de tiempo puede llegar en su caso más complejo a los 90.000 euros. Después se encuentran los trasplantes. Uno de pulmón cuesta casi 69.000 euros; uno de médula, 56.000, y el de riñón y páncreas ronda los 61.000. En el caso de este tipo de operaciones, lo que eleva el coste es la cantidad de días en el hospital que requieren y la logística que rodea la intervención: la necesidad de un equipo completo las 24 horas, que los órganos vayan de un punto a otro en poco tiempo… La técnica y el equipamiento, sin embargo, ya no son tan caros por los avances médicos. De hecho, en España los trasplantes cuestan entre ocho y 10 veces menos que en Estados Unidos, aunque también influye la retribución de los médicos, muy por debajo en el caso español.

Pero aunque estén entre los procesos más caros, los trasplantes abaratan los costes a la sanidad pública en el corto plazo. “En un trasplante renal, por ejemplo, es más barato realizar el trasplante a que el paciente continúe con una diálisis”, explica Beatriz Domínguez-Gil, directora de la Organización Nacional de Trasplantes. “Cada año el sistema de donación y trasplante ahorra al sistema nacional de salud dos veces el coste en diálisis, además del aumento en la calidad de vida”. Se calcula que la diálisis tiene un coste medio de unos 50.000 euros anuales, mientras que el trasplante renal se sitúa en 22.369 euros.

Otros procedimientos se abaratan con el tiempo, como es el caso de la prótesis de rodilla. “En 2005, por una prótesis de rodilla podías estar en el hospital hasta 20 días, con el coste de planta y quirúrgico que suponía. Eran pocas las que se hacían y la operación era compleja”, explica Cots. “Veinte años después, las prótesis cuestan lo mismo, pero se ha pasado a dos o tres días de hospital y la intervención es mucho más sencilla”.

El tipo de material que se utiliza también influye en el coste de la operación, pero ahí la sanidad pública puede hacer poco. Apenas tiene capacidad de influencia a la hora de llegar a acuerdos con las grandes farmacéuticas sobre el coste de sus provisiones. La burocracia y la tardía forma de pago hacen que en España se pague más por el mismo material que, por ejemplo, en Alemania, donde los trámites son más ágiles y pueden negociar en ese sentido.

“En algunos centros privados, sobre todo en las mutuas, hay centrales de compras que compran a volumen un material o instrumento porque les sale más barato. Y los médicos tienen que usar ese les guste o no, yo por ejemplo dejé de colaborar con la privada por eso”, explica un médico que prefiere no dar su nombre. En la pública, sin embargo, los médicos tiene más libertad para decidir los instrumentos con los que quieren trabajar, y aunque también se han hecho intentos de hacer centrales de compras, los profesionales se han opuesto tradicionalmente a esta opción.

Tener funcionarios es poco eficiente

La diferencia entre los modelos privados y los tradicionales también se nota en la eficiencia. Solo un 25% de los hospitales españoles son plenamente eficientes económicamente, según un reciente estudio presentado en las últimas jornadas de la Asociación de Economía de la Salud (AES). “Los hospitales que tienen personal laboral son más eficientes que los tradicionales, con funcionarios”, asegura Pepe Martín, coautor del estudio 'Eficiencia de los hospitales del sistema nacional de salud' y profesor de economía de la Universidad de Granada. Los consorcios, las concesiones administrativas sanitarias, las empresas públicas sanitarias o los hospitales privados (lucrativos y no lucrativos) son más eficaces si se cruzan el número de camas, el personal y el gasto en compras y servicios exteriores.

“Los privados —lucrativos o no— tienen más herramientas para gestionar. Por ejemplo, puedes despedir al personal laboral si no trabaja bien, pero a un funcionario cuesta más. O si ves que en un servicio no tiene mucho servicio, te da igual porque ganarás lo mismo, pero un gestor puede tomar decisiones. Otro problema en lo público es que los equipos de dirección no son profesionales en gestión”, considera Pepe Martín.

Los hospitales que tienen personal laboral son más eficientes que los tradicionales

El estudio sobre la eficiencia hospitalaria demuestra también que a mayor renta per cápita en los hogares, más eficientes son los hospitales de su territorio. Madrid y Cataluña son las comunidades que mejor aprovechan sus recursos, mientras que las islas están a la cola. “Tener un hospital en Baleares o Canarias es menos eficiente porque, por ejemplo, si tienes un quirófano y operas poco, tienes que pagarlo igual”, añade Martín. Además, los hospitales insulares tienen menos red de apoyo hospitalario, y más costes en el transporte de material.

Factura en la sombra

Galicia y Cataluña fueron pioneras en informar al paciente del coste de una operación o intervención médica a finales de los años noventa. Otras como Navarra o Castilla y León también lo pusieron en marcha. Incluso el Gobierno de Rodríguez Zapatero intentó que fuese una práctica común en todo el Estado en 2010, con Trinidad Jiménez como ministra. El objetivo era concienciar sobre el buen uso del sistema, y valorar el coste público de las intervenciones.

Pero la factura en la sombra nunca ha llegado a cuajar. Ninguna de las anteriores comunidades lo sigue haciendo y Madrid, que empezó con la iniciativa socialista, lo ha abandonado hace unos meses por decisión de Cristina Cifuentes, a pesar de que se hacía únicamente con los pacientes que hubieran acudido a la sanidad madrileña al menos cinco veces en un año, y solo en algunos hospitales. En Andalucía tampoco se entrega a todos los pacientes, solo a los de algunos procesos quirúrgicos concretos.

Nada me asombra más que la cara de sorpresa de un médico cuando se entera de lo que cuesta lo que hace

Lo cierto es que los profesionales de la salud consultados ven la transparencia necesaria en el sistema de salud, pero no creen que este tipo de factura sea la mejor solución. “Una asistencia de Urgencias cuesta dinero, aunque parece que sale gratis. Creo que todos los agentes del sistema deberían saber lo que cuestan las cosas, porque nada me asombra más que la cara de sorpresa de un médico cuando se entera de lo que vale lo que hace. Entonces, cómo lo va a saber el paciente”, explica Francesc Cots. “Pero hacerlo con una factura es más complejo. Decirle por ejemplo a alguien que su quimioterapia le ha costado 100.000 euros le puede generar sensación de culpabilidad”.

Desde la Organización Nacional de Trasplantes también están a favor de hacer lo más transparentes posible el coste de las intervenciones: “Personalmente creo que es importante para valorar nuestro sistema de salud", asegura Domínguez-Gil. "Y también para hacer un uso responsable de los servicios sanitarios”.

Dar a luz sin complicaciones: 2.046 euros. Trasplante de páncreas: 59.349 euros. 'Bypass': 25.605. Reacción alérgica: 1.642. Operación de rodilla: 3.500… Cuando un paciente va al médico en la sanidad pública, lo último que piensa es cuánto está costando esa hora de atención del especialista, el precio de la prótesis que le están poniendo, o cómo de cara es la radiografía que le han hecho en 20 minutos. Aunque algunas comunidades han hecho intentos de informar a los pacientes de lo que valen los servicios médicos —lo que se conoce como factura sombra—, saber en España el coste de las intervenciones hospitalarias es un misterio, incluso para los propios profesionales.

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