Torrent espera órdenes de ERC para investir a Puigdemont con voto delegado

Hoy puede decidirse el futuro de Cataluña o, al menos, clarificarse la coyuntura política: tras el anuncio de que Carles Puigdemont es el único candidato propuesto formalmente a ser presidente de la Generalitat, el presidente del Parlament, el republicano Roger Torrent, presidirá este martes la Mesa de la Cámara para decidir si se permite a los cinco diputados huidos en Bruselas delegar su voto.

Si se da luz verde a esa posibilidad (que otro diputado pueda votar por ellos), el bloque soberanista dispondría de 70 escaños para investir a Puigdemont. Eso significa un porcentaje más que suficiente para ser investido al primer intento, en el que se requiere la mayoría absoluta. La reunión de hoy, pues, es la preparación del terreno para hacer efectiva la investidura a distancia, ya que Puigdemont, como prófugo de la Justicia española, se encuentra residiendo en Bélgica.

Pero, al mismo tiempo, es la prueba del algodón para Esquerra. Los dirigentes republicanos habían insistido, durante las últimas semanas, en que había que hacer caso a las recomendaciones de los letrados del Parlament a la hora de decidir si el voto telemático o el voto delegado se podían permitir. Y los letrados del Parlament fueron muy claros: el candidato a ‘president’ ha de estar presencialmente en el hemiciclo. Ahora, a los republicanos se les presenta un grave dilema: o cumplen su palabra o acceden a imponer la mayoría absoluta independentista de la Mesa para retorcer el reglamento en una cabriola jurídica que provocará no solo la impugnación de los grupos de la oposición, sino incluso la denuncia del Gobierno central.

La cuestión, pues, está en saber si finalmente ERC se pliega a los deseos de JxCAT para investir a Puigdemont a distancia, algo a lo que los republicanos siempre se habían opuesto. En el partido republicano se mantiene un absoluto silencio sobre el particular, mientras que en JxCAT se afirma con rotundidad que “Puigdemont será investido con todas las garantías jurídicas”. La CUP, según las fuentes consultadas por este diario, está de acuerdo en la investidura a distancia.

Carlos Carrizosa, portavoz de Ciudadanos, señala a El Confidencial que si se aprueba la investidura a distancia “presentaremos inmediatamente un escrito de reconsideración para dar tiempo a que pueda pronunciarse el Tribunal Constitucional, ya que recurriríamos en amparo a este”. Para Carrizosa, permitir que los huidos voten “representa un agravio comparativo respecto a los derechos de los demás diputados”. Aunque existe la posibilidad de posponer la aprobación de la medida a una reunión que esté más cerca en el tiempo al pleno de investidura (para no dar tiempo al Constitucional a pronunciarse), el portavoz de Ciudadanos critica que “el nuevo presidente del Parlament, al que el PP tachó de moderado, ya está situado en el mismo discurso que su antecesora, Carme Forcadell”.

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Fuentes independentistas explican a El Confidencial que la coyuntura actual se caracteriza por la presión de JxCAT hacia sus aliados republicanos. “ERC sabe que jurídicamente se puede hacer la delegación de voto —resaltan estas fuentes—. Por tanto, la investidura es viable. El objetivo ahora es investir a Puigdemont, porque una vez investido ya no se puede anular esa investidura fácilmente. Es evidente que habrá recursos y que el TC puede anularla, pero ya habrá un Govern legítimamente investido. ¿Qué harán, anular el pleno? Es igual: el Govern estará investido. ¿Y qué va a hacer ERC? ¿No aceptará el Govern legítimamente investido? Lo único que necesitamos es la investidura”. Estas fuentes reconocen que JxCAT ha hecho una maniobra envolvente a Esquerra. “El problema es que JxCAT no tiene otro candidato y han hecho que ERC se tenga que tragar a Puigdemont”.

Negociaciones de Puigdemont con la CUP

Los hombres próximos a Puigdemont, por su parte, comenzarán este martes negociaciones con la CUP, después de varias reuniones informales durante las dos últimas semanas. Los anticapitalistas pusieron sobre la mesa una única condición: solo se sentarían a negociar con el compromiso de que sus interlocutores se comprometan a no dar marcha atrás en la consecución de la independencia. “La CUP no se sienta con nadie que esté dispuesto a frenar el ‘procés’ o que diga que se ha de retrasar la independencia. Otra cosa es que luego se hable y se acuerden plazos para ello o se implementen antes o después los pasos a dar. Pero lo que está claro es que no daremos un cheque en blanco a nadie más”, explican a este diario fuentes de la CUP.

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Los cuperos están dispuestos a aceptar la investidura de Puigdemont a distancia, “pero no es porque sí, sino porque es una opción más de desobediencia hacia el Estado español. Muchos sectores del PDeCAT y de ERC quieren cargarse el ‘procés’ y no lo vamos a permitir. Nosotros apoyaremos a quien está dispuesto a seguir adelante”.

Así pues, a partir de este martes, la CUP y JxCAT pondrán sobre la mesa las líneas maestras de lo que debe ser la acción de gobierno de los próximos meses. Son conscientes de que “en poco tiempo, puede haber encima de la mesa otro 155, pero no podemos asustarnos por eso ni nos debe condicionar a la hora de tomar medidas”. Los anticapitalistas pedirán a los exconvergentes que se retomen los acuerdos de la última legislatura (que están todos anulados por el Tribunal Constitucional) o, en otras palabras, que definan las líneas estructurales para poner en marcha la república catalana. “Es el todo o nada. Debemos poner toda la carne en el asador”, subrayan las fuentes.