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Barberá tuerce el brazo a Génova y recusará a Pumpido para dilatar su causa en el TS
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EN GÉNOVA NO TIENEN AÚN LA PETICIÓN FORMAL

Barberá tuerce el brazo a Génova y recusará a Pumpido para dilatar su causa en el TS

"Le pedimos más cosas. Ya no podemos hacer más". Miembros del PP reconocen que la negociación con Barberá se extiende a meses atrás. A esto responde el movimiento de la senadora

Foto: La senadora y exalcaldesa de Valencia Rita Barberá. (EFE)
La senadora y exalcaldesa de Valencia Rita Barberá. (EFE)

Las negociaciones entre el PP y Rita Barberá llevaban produciéndose desde hace meses, aunque en las últimas 24 horas se intensificaron por la presión política y mediática que recayó sobre Génova con el anuncio de que el Tribunal Supremo abría causa contra la senadora por presunto blanqueo. Conversaciones entre un reducidísimo número de personas —que algunas fuentes restringen a Martínez Maillo y Rajoy— para que Barberá tomara "su decisión". Al final, la veterana popular se marchará del partido, pero no dejará su escaño e irá al Grupo Mixto. Un paso "insuficiente", según miembros del PP, que esperaban una renuncia completa, por la que la exalcaldesa de Valencia perdería su condición de aforada. "Le pedimos más cosas que darse de baja. Pero no ha podido ser. Y no podemos hacer más", explican desde la formación conservadora.

El movimiento de Barberá no responde a otra cosa que evitar el paseíllo del juzgado ordinario por el que desfilarán el resto de investigados de la operación Taula, la presunta trama de financiación ilegal del PP valenciano, y rendir cuentas solo ante el alto tribunal. Eso sí, los planes de la senadora pasan necesariamente por recusar al instructor de su caso, Cándido Conde-Pumpido, por haber sido fiscal general del Estado entre 2004 y 2011 con José Luis Rodríguez Zapatero instalado en La Moncloa.

Rita Barberá deja el PP, pero mantiene su escaño como senadora

De hecho, en caso de que Barberá lo recusara, lo primero que podría ocurrir es que el propio magistrado de la Sala de lo Penal se abstuviera para que se nombrara instructor a otro de los miembros de la sala. No sería la primera vez que Conde-Pumpido se aparta 'motu proprio' de un caso por sus relaciones con el PSOE. Ya lo hizo en noviembre de 2011, cuando decidió abstenerse del denominado caso Campeón, alegando su amistad con el principal investigado, el exministro de Fomento de Zapatero José Blanco.

Si por el contrario esta vez decidiera no apartarse, serían sus compañeros de la Sala de lo Penal los encargados de decidir si debe o no desligarse. Fuentes judiciales aseguran que la situación entraría en el difícil terreno de la "apariencia de imparcialidad" con la que, según la doctrina del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, debe contar cualquier juez al afrontar un caso para garantizar la confianza de los ciudadanos en la administración de justicia. A este respecto, por cierto, se pronunció la diputada Celia Villalobos, cuando el mismo miércoles recomendó a Barberá renunciar "a toda leche" precisamente para no estar aforada y que no la investigara Conde-Pumpido.

La negociación

Las conversaciones del partido con Barberá comenzaron hace tiempo, aunque en el último día se vieron aceleradas, coincidiendo con la presión ejercida por todos los grupos políticos de la oposición, especialmente la de Ciudadanos, con su líder advirtiendo a Rajoy de que o hacía dimitir a su senadora o perdería el apoyo de los 32 diputados de centro para una futura investidura, y la del PSOE, alejándose todavía más de cualquier opción de entendimiento.

Ante la ausencia de novedades, el miércoles por la mañana varios dirigentes de peso del PP comenzaron a impacientarse. García-Margallo, Cospedal y los candidatos a las autonómicas del 25-S, Núñez Feijóo y Alfonso Alonso, reconocieron públicamente la necesidad de que Barberá dejara su escaño en la Cámara Alta para no perjudicar al partido. Otros muchos líderes regionales, como Cifuentes, Monago, García Albiol y Bauzá, se unieron a la causa exigiendo la marcha de la senadora. Tras el comunicado de Barberá asegurando que no dimitiría ni dejaría su escaño, Génova no emitió ningún comunicado propio ni hubo reacciones al respecto. Mariano Rajoy aparecía poco después en la presentación del libro de Luis de Guindos, mostrándose esquivo, acto donde no se permitieron preguntas a los medios, evitando dar explicaciones ulteriores.

En efecto, la negociación con Barberá se llevó a cabo con la máxima discreción y, como es habitual en los temas importantes del PP, entre un grupo muy reducido de personas. De hecho, salvo Martínez Maillo, el resto de vicesecretarios generales apenas tuvieron conocimiento de la misma y fue Mariano Rajoy el que por su relación personal con la dirigente valenciana estuvo al tanto de todo, aunque no hay confirmadas conversaciones directas. La tesis del PP pasaba por que Barberá "entrara en razón" y dejara el acta en vista del perjuicio ocasionado al presidente del PP y a la propia formación. Pero la pretensión quedó en un solo intento: Barberá dejaba el PP, pero mantenía el escaño.

Los antecedentes

Precisamente ha sido la mencionada "falta de apariencia de imparcialidad" la que recientemente ha apartado de varias de las piezas del caso Gürtel a dos de los jueces más señalados en la Audiencia Nacional por su relación con el PP. Se trata de Enrique López y Concepción Espejel. Fuentes jurídicas aseguran que, en el caso del primero, esa falta de apariencia de imparcialidad estaba clara, al haber sido propuesto en dos ocasiones por la formación para puestos de libre designación (en el CGPJ y en el Tribunal Constitucional, donde el PP no paró hasta convertirlo en magistrado) y por sus relaciones con FAES, la fundación que preside José María Aznar.

Pero no así en el caso de Espejel, en el que, según las fuentes consultadas, el listón de esa apariencia de imparcialidad se ha elevado mucho. La salida de esta magistrada del principal caso de corrupción que afecta al PP fue aprobada por sus compañeros de sala con una escasa diferencia de votos, ya que la presidenta de la sección tercera de la Audiencia ha ocupado un solo cargo a propuesta de esa formación, el de consejera del Poder Judicial. Se encontraría, pues, en una situación similar a la de Conde-Pumpido.

Rajoy evita comentar la decisión de Rita Barberá de mantener su escaño

Así pues, si la recusación del ex fiscal general llega finalmente a ser planteada y el instructor no se abstiene voluntariamente, tendrán que ser sus compañeros en la Sala de lo Penal del Supremo los que habrán de deliberar y votar si existe o no esa apariencia de imparcialidad necesaria para que Conde-Pumpido inicie su investigación contra la senadora. Entre sus magistrados son mayoría los de sensibilidad conservadora, aunque también lo eran los de la Audiencia que decidieron la salida de Espejel y López, por lo que su decisión es toda una incógnita.

Conde-Pumpido no es el único ex fiscal general nombrado por gobiernos socialistas que ha ocupado plaza de magistrado en el Supremo. En la misma Sala de lo Penal está también —como magistrado emérito— Carlos Granados, designado en 1984 por uno de los gobiernos de Felipe González para dirigir el Ministerio Público.

Las negociaciones entre el PP y Rita Barberá llevaban produciéndose desde hace meses, aunque en las últimas 24 horas se intensificaron por la presión política y mediática que recayó sobre Génova con el anuncio de que el Tribunal Supremo abría causa contra la senadora por presunto blanqueo. Conversaciones entre un reducidísimo número de personas —que algunas fuentes restringen a Martínez Maillo y Rajoy— para que Barberá tomara "su decisión". Al final, la veterana popular se marchará del partido, pero no dejará su escaño e irá al Grupo Mixto. Un paso "insuficiente", según miembros del PP, que esperaban una renuncia completa, por la que la exalcaldesa de Valencia perdería su condición de aforada. "Le pedimos más cosas que darse de baja. Pero no ha podido ser. Y no podemos hacer más", explican desde la formación conservadora.

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