Desconcierto en La Moncloa por el afán de protagonismo de Rivera e Iglesias con Rajoy
Frente a la discreción de Pedro Sánchez, Rivera e Iglesias acuden a La Moncloa con sus propios catálogos de acuerdo, uno para "salvar a España" y el otro para defender el "derecho a decidir"
Mariano Rajoy quería confirmar el respaldo del PSOE de Pedro Sánchez al Gobierno frente al desafío separatista en Cataluña, y luego informar sobre la situación y sus planes a los demás partidos para ampliar apoyos, y ya se ha encontrado con el afán de protagonismo de los partidos emergentes: Ciudadanos y Podemos. Para desconcierto del Ejecutivo, ante el golpe anunciado por Artur Mas, Carme Forcadell y compañía, Albert Rivera y Pablo Iglesias acuden a La Moncloa con sus propios catálogos de acuerdo, el primero para repetir lo que dice la Constitución y el segundo para liquidarla con "el derecho a decidir".
En medios gubernamentales atribuyen al periodo electoral y al afán de las nuevas fuerzas políticas por hacerse hueco el hecho de que adelanten con detalle sus particulares ideas para desactivar el problema secesionista; pero también reconocen su malestar porque les preocupe tanto su margen de presencia pública incluso antes de recibir cualquier información. La declaración independentista plantea una crisis institucional y de Estado y como tal quiere tratarlo Mariano Rajoy, según insisten en La Moncloa.
La primera consecuencia del manifiesto de secesión impulsado por CDC, ERC y la CUP en la Cámara catalana es que obliga al Ejecutivo a movilizar todos los mecanismos políticos y jurídicos del Estado para anularlo. Rajoy se tiene que poner al frente, tanto para instar los correspondientes recursos ante el Tribunal Constitucional como para poner en marcha la respuesta del artículo 155 de la Constitución si la Generalitat cae en la sedición.
Mariano Rajoy considera necesario contar con el respaldo del principal partido de la oposición y su jefe, Pedro Sánchez, como representante del otro partido 'de Gobierno'. Por eso le llamó a La Moncloa de inmediato y cerró un almuerzo celebrado al día siguiente con foto incluida. La entrevista ha servido para despejar algunas desconfianzas mutuas y para que el PSOE confirme su compromiso con las medidas que haya que tomar, en principio los recursos al TC. Todavía quedan los recelos ante la actitud del PSC.
El secretario general de los socialistas ha sido discreto después de pasar por La Moncloa y no ha buscado mensajes particulares ni posiciones 'intermedias' entre los separatistas y el Gobierno, como sí tanteó antes de las elecciones autonómicas catalanas de septiembre y hasta el pasado martes. Del discurso de que Rajoy y Mas eran igual de culpables por el problema planteado (uno por 'inmovilista' y el otro por independentista), de momento el PSOE ha pasado al cierre de filas oficial en defensa de la Constitución y la unidad de España.
Al mismo tiempo que el presidente del Gobierno cerraba la entrevista con Sánchez, también contactó con Rivera. Ciudadanos es una fuerza extraparlamentaria en el Congreso saliente, pero primer partido de la oposición en Cataluña, de principios constitucionalistas y llamado (según las encuestas) a tener la llave de las coaliciones o alianzas que serán necesarias después de las elecciones para formar Gobierno. Con el PP o con el PSOE.
En Moncloa han querido llamar a todos los partidos menos a los partícipes o partidarios del golpe en Cataluña, pero con criterio jerárquico. Rivera será el segundo candidato que pase por La Moncloa. La cita es a la una y no incluye almuerzo. Ciudadanos ya ha anunciado conferencia de prensa en la sede de la Presidencia. Además, Rivera adelantó que acude a la convocatoria a proponer un acuerdo de cinco puntos "para salvar España", que deberían firmar tanto Rajoy como Sánchez, que incluye el compromiso de no gobernar con partidos nacionalistas. Además, añadió que le exigirá al jefe del Ejecutivo que recurrra ante el TC la declaración independentista, que es lo previsto ya por Rajoy y sobre lo que le va a informar.
El cuarto invitado que pasará por Moncloa, a la hora del café, será Pablo Iglesias. El jefe de Podemos se indignó porque no le convocara Rajoy el primer día como a Sánchez y Rivera. Frente al golpe en Cataluña, adelanta que aunque no le parezca bien él es partidario del llamado "derecho a decidir" y del "carácter plurinacional del Estado". Es decir, de liquidar la Constitución.
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se ocupar ahora de contactar con los responsables del resto de las fuerzas políticas para cerrar la ronda de conversaciones del Ejecutivo. Incluye a Josep Antoni Duran i Lleida (ex portavoz de CiU en el Congreso) y a Alberto Garzón, de IU.
Mariano Rajoy quería confirmar el respaldo del PSOE de Pedro Sánchez al Gobierno frente al desafío separatista en Cataluña, y luego informar sobre la situación y sus planes a los demás partidos para ampliar apoyos, y ya se ha encontrado con el afán de protagonismo de los partidos emergentes: Ciudadanos y Podemos. Para desconcierto del Ejecutivo, ante el golpe anunciado por Artur Mas, Carme Forcadell y compañía, Albert Rivera y Pablo Iglesias acuden a La Moncloa con sus propios catálogos de acuerdo, el primero para repetir lo que dice la Constitución y el segundo para liquidarla con "el derecho a decidir".