Reparto de papeles: Arias Cañete de experto europeísta, Pons a fajarse contra Valenciano

El Partido Popular ha pasado en 48 horas de los nervios y el desconcierto por el retraso en el nombramiento del candidato europeo a la euforia y la esperanza en la victoria. Al final, las piezas les empiezan a encajar. El PP prepara una campaña con Miguel Arias Cañete como máximo experto en política e instituciones europeas (muy por encima de su rival socialista Elena Valenciano) y con Esteban González Pons para el género más mitinero, el choque y la deriva de la política nacional; es una faceta en la que ya se curtió en los comicios de 2011. El ministro se encamina a la Comisión Europea y el vicesecretario del PP a quedarse de portavoz.

El reparto de papeles de los dirigentes populares contrasta con el decidido por el PSOE, que quería dar una imagen más popular y renovada con una mujer al frente de su candidatura y dejaba la representación de la experiencia y la seriedad para el número dos: el veterano Ramón Jáuregui.

Arias llega el último a la precampaña, pero en sus primeros pasos ha demostrado que utilizará los días que le queden de ministro (alrededor de 10) para remarcar su condición de político con conocimiento de lo que se juega en la UE y peso en las instituciones europeas. Ya ha aprovechado las preguntas obvias sobre su futuro que le hicieron después del Consejo de Ministros para adelantar las líneas generales de los mensajes de su campaña.

El ministro criticó a Valenciano por haberse dedicado a hacer precampaña durante el último mes sobre cuestiones ajenas a la Unión Europea, en especial contra la reforma de la ley del aborto. El titular de Agricultura comentó que no tiene temor alguno a debatir con la dirigente socialista, pero que preferiría hacerlo con el aspirante socialista a presidir la Comisión, Martin Schulz, con el fin de “poder hablar de Europa”.

Arias hasta presentó un guión para los futuros debates electorales: competencias de la Eurocámara, incidencia en la vida diaria de los ciudadanos, política de inmigración, abastecimiento energético de los países de la UE, mecanismos de supervisión bancaria, incentivos para la creación de empleo, cambio climático, consolidación fiscal, ayudas a la agricultura o regulación de las prospecciones petrolíferas.

El retraso en anunciar el cabeza de lista tenía una parte de táctica que las encuestas, sobre todo la del CIS, confirmarán en mayo si Rajoy acertó. El propio Arias Cañete, cuando durante marzo no podía decir que tenía el encargo de irse a Bruselas para seguir su carrera, repetía que el país no estaba para campañas electorales y que sólo había que entrar en ella cuando fuera imprescindible. Era la doctrina de Pedro Arriola que esta vez compartía la dirección del partido, al menos María Dolores Cospedal, que sí conocía la decisión de Rajoy sobre el nombramiento del candidato.

En el PP querían una campaña corta y el retraso en dar a conocer la lista lo han pagado los eurodiputados en forma de incertidumbre sobre su futuro hasta la última semana del periodo de sesiones. La mayoría supo de su continuidad o no (por descenso de puesto en la lista) hasta el mismo jueves por la tarde.

La candidatura cerrada deja heridas pese a que la continuidad haya sido la norma. Todos los barones autonómicos han planteado la exigencia de mantener o llevar en puestos de salida a algún representante y lo han conseguido, desde Cospedal a Juan Vicente Herrera o Alberto Núñez Feijóo. En los encajes finales han pagado el precio de las cuotas de partido los veteranos y expertos de distintas áreas dentro del grupo popular europeo. Casi todos bajan posiciones, pero el caso más grave es el de Salvador Garriga, responsable de Presupuestos que se queda en el puesto 22, tres por debajo de los 19 escaños que en fuentes del PP consideran ahora como su objetivo más realista.

En 2009 el Partido Popular obtuvo 23 eurodiputados y ganó los comicios. Las encuestas pronosticaban a principios de año alrededor de 18 y una posible victoria del PSOE por la mínima. El lanzamiento de la candidatura de Arias y lo que consideran “el tiempo perdido” de Valenciano ha devuelto el optimismo a los populares, confiados en que el mayor peso político y experiencia de su cabeza de lista.

El ministro de Agricultura ha querido dar ánimos a los integrantes de la lista que como Garriga o su amigo Gabino Puche (en el 23) se han quedado fuera de las posiciones de salida. “Se van a llevar una sorpresa el día 25”, proclamó desde la mesa de conferencias de prensa de La Moncloa.