Reunión de urgencia entre Cifuentes y Botella para debatir sobre las protestas

Reunión de urgencia entre la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, y la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, para debatir sobre la necesidad o no de restringir el itinerario de las manifestaciones en Madrid y si hay alguna manera legal -y voluntad- de hacerlo. La primera edil del consistorio madrileño solicitó la semana pasada por carta un encuentro con Cifuentes, para argumentarle cara a cara por qué cree ella que es mejor que las manifestaciones no siempre se produzcan en el centro de la capital. La delegada aceptó la invitación y ambas se reunirán mañana, en un encuentro"de carácter privado",en la sede del Palacio de Cibeles, según ha podido saber El Confidencial por fuentes conocedoras del encuentro.

La teoría que defenderá Ana Botella, que se queja de que las protestas constantes en el centro de Madrid tienen un “coste” sobre la ciudad en el exterior y en el turismo, además de en los comerciantes y en los vecinos, es que las protestas se autoricen unos días en un sitio y otros, en otro lugar. El centro de Madrid, se queja la alcaldesa, “está siendo muy castigado por las manifestaciones”. La sucesora de Alberto Ruiz-Gallardón en el Palacio de Cibeles le propondrá a Cifuentes estudiar “caso por caso” y modificar el itinerario de alguna protesta, paraevitarque siempre se produzcan en entornos históricos o zonas de gran afluencia, como la Puerta del Sol.

Esta es precisamente la otra batalla que mantiene abierta Ignacio González, que lleva desde febrero pidiendo el fin de las manifestaciones en Sol, donde se ubica la sede del Ejecutivo regional. El miércoles pasado, cuando el Tribunal Supremo debatía sobre el ERE de Telemadrid, el portavoz del Gobierno regional, Salvador Victoria, denominó como “escrache judicial” que los extrabajadores de Telemadrid hicieran una manifestación desde la sede de la radio televisión pública hasta la sede del Alto Tribunal. “Es un atentado a la independencia judicial, es una cuestión de orden público y no se debería haber autorizado”.

La postura sobre la que se que ha escudado Cifuentes para no modificar ni un ápice el derecho a manifestarse es que es una facultad fundamental recogida en la Constitución española y que únicamente puede prohibirse cuando existan razones fundadas de alteración del orden público, con peligro para personas o bienes. Además, Cifuentes se ampara en que este es un derecho que no solo tienen los madrileños, sino todos los españoles, vivan en el municipio que vivan, de forma que si se regula en Madrid “va contra el principio de igualdad y de no discriminación”.

El ministro del Interior se sumó al debate

Soraya Sáenz de Santamaría cortó en seco las pretensiones de la alcaldesa el viernes, tras el Consejo de Ministros, cuando aseguró que el Ejecutivo no se plantea acotar las manifestaciones en un espacio concreto. La vicepresidenta del Gobierno defendió la necesidad de buscar el equilibrio entre quienes se manifiestas y los que no, “usando siempre los mecanismos previstos a través de la Delegación de Gobierno”, la única institución que tiene competencias para modificar itinerarios. Quien levantó la polvareda desde el Ejecutivo nacional fue el propio ministro del Interior, Jorge Fernández Díez,que se alineó al lado de Botella y González cuando afirmó públicamente que la propuesta de la alcaldesa de circunscribir el derecho constitucional a manifestarse en “un lugar específico” es “muy atinada”.

La última en apuntarse al debate fue la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, que ayer afirmó que comparte la preocupación de Ana Botella y de otros alcaldes por proteger el centro histórico de las ciudades, aunque evitó pronunciarse sobre la propuesta de sacar de él las manifestaciones. “Es difícil, yo no estoy en el Ejecutivo”, alegó. Lo que sí hizo la exalcaldesa de Sevilla es pedir a los organizadores de manifestaciones que intenten “separarse” de los que perpetran “actos violentos, mental y físicamente”, y que los aparten, en una clara alusión a un grupo de estudiantes “agresivo” que se manifestó la semana pasada en la Universidad Complutense de Madrid.