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Lourdes Cavero, el jarrón chino de las elecciones a la presidencia de Ceim
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SU FUTURO LABORAL, EN EL AIRE

Lourdes Cavero, el jarrón chino de las elecciones a la presidencia de Ceim

Las elecciones a la presidencia de la Ceim, que se celebrarán el 24 de marzo, no solo significarán un triunfo o una derrota para Arturo Fernández.

Foto: Lourdes Cavero e Ignacio González (Efe)
Lourdes Cavero e Ignacio González (Efe)

Las elecciones a la presidencia de la Ceim, que se celebrarán el 24 de marzo, no sólo significarán un triunfo o una derrota para Arturo Fernández. Si Hilario Alfaro, el único candidato que de momento quiere quitarle la silla al vicepresidente de la CEOE, consigue su propósito, se ha comprometido a no contar con Lourdes Cavero, la mujer de Ignacio González. Su puesto de adjunta a la dirección de Ceim fue creado de la nada para ella por el empresario que gestiona, entre otras, la cafetería de la institución política más relevante de la Comunidad de Madrid que preside su marido: la de la Asamblea. Se le abona un salario que alcanza los 113.000 euros brutos al año.

El fichaje de Cavero por Arturo Fernández provocó un gran malestar entre un sector de los empresarios, que criticaron duramente la dependencia de Fernández del poder político de Esperanza Aguirre, que quedaba evidenciada con esta contratación. El Gobierno de la Comunidad destinó en 2008 a planes de formación para la Ceim 14,2 millones de euros, según un informe de la Cámara de Cuentas,casi el doble de lo que correspondió a los dos sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, que recibieron algo más de ocho millones cada uno.

Qué va a pasar con la esposa del presidente es un misterio que poco preocupa a los aspirantes a regenerar la cúpula de Ceim, que se han comprometido en su programa electoral a terminar con "los amiguismos" y a descolgar del organigrama a cualquier persona salpicada por algún caso de corrupción. Quieren conquistar la cúpula de Ceim con un mensaje muy claro: ha llegado la hora de regenerar la asociación empresarial.

Hilario Alfaro (dcha.) durante la protesta de los comerciantes madrileños por la acampada en Sol. (EFE)Fuentes internas del equipo de Alfaro aseguran a El Confidencial que desde la Real Casa de Correos, sede de la Comunidad de Madrid, se ofrecieron a hacer campaña para que el nuevo empresario conquiste la cúpula de la Ceim. A cambio, el rival de Arturo simplemente debía comprometerse a quedarse con Cavero, imputada hace dos meses por un presunto delito de blanqueo de capitales en la compra del ático que el matrimonio tiene en la Costa del Sol. Alfaro se limita a decir que “Lourdes forma parte del equipo de confianza de Arturo. Y el equipo de confianza de un presidente se va cuando se va el presidente”. Su hoja de ruta pasa por hacer las cosas “de otra manera” (así se titula su programa electoral) y transmitir a los asociados que ha terminado una época. De sus palabras se deduce que no aceptó el trato.

Que todo cambie para que no cambie nada

Las presiones por apartar a Cavero de la cúpula de la Ceim para no dañar aún más la delicada imagen de los empresarios madrileños se han multiplicado desde su vinculación a la compra supuestamente ilegal del inmueble de lujo malagueño. Sin embargo, Fernández ha calmado los miedos de la esposa del presidente a quedarse sin trabajo si él, con todo su equipo, se ven obligados a hacer las maletas en la patronal.

Arturo Fernández, uno de los empresarios más afines a los dirigentes del PP madrileño, no va a dejar en la estacada a la esposa del presidente. Su plan B es recolocarla en la Fundación Universidad Empresa, una institución que creó en los años setenta la Cámara de Comercio que ahora preside Arturo Fernández, el jefe de Cavero. La institución sirve para asesorar y coordinar las universidades y las empresas madrileñas en tres campos: la formación, el empleo y la innovación. Que todo cambie para que no cambie nada.

Arturo Fernández e Ignacio González, en el centro de la imagen. (EFE)Antes de convertirse en la mano derecha del dueño de Cantoblanco, Cavero fue la responsable del departamento de relaciones internacionales de la Asociación Española de la Industria Eléctrica (Unesa), donde comenzó a trabajar en los años ochenta. Su salida de la entidad tras casi 30 años de dedicación antes de ser fichada por Fernández fue muy polémica. Cobró de indemnización 700.000 euros, una cantidad que el matrimonio González-Cavero asegura que utilizó para pagar parte del polémico ático de Marbella que ahora vuelve a cercar la figura del presidente.

Es, a propuesta de la patronal CEOE, consejera en el Consejo Económico y Social Europeo (CESE), un órgano consultivo de la Unión Europea que ofrece un asesoramiento especializado a instituciones como la Comisión Europea, el Consejo de la UE o el Parlamento Europeo. La representante española se integra en la Comisión Consultiva de las Transformaciones Industriales que afecta a transportes, energías, infraestructuras y sociedad de la información.

Lourdes Cavero preside también la empresa de subastas de arte Subastas Segre, una firma vinculada a altos cargos del PP. Su exconsejera, Carmen Cafranga, exconsejera a su vez de Caja Madrid, es amiga personal de la presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre, y de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella. También forma parte del consejo social de la Universidad Autónoma, por designación directa de la Asamblea de Madrid. Tiene una hermana, Pilar, también accionista en Subastas Segre.

Las elecciones a la presidencia de la Ceim, que se celebrarán el 24 de marzo, no sólo significarán un triunfo o una derrota para Arturo Fernández. Si Hilario Alfaro, el único candidato que de momento quiere quitarle la silla al vicepresidente de la CEOE, consigue su propósito, se ha comprometido a no contar con Lourdes Cavero, la mujer de Ignacio González. Su puesto de adjunta a la dirección de Ceim fue creado de la nada para ella por el empresario que gestiona, entre otras, la cafetería de la institución política más relevante de la Comunidad de Madrid que preside su marido: la de la Asamblea. Se le abona un salario que alcanza los 113.000 euros brutos al año.

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