Aznar mantiene en vilo a Génova y no ha confirmado su presencia en la Convención

La dirección del Partido Popular ha invitado a su presidente de honor y exjefe del Ejecutivo, José María Aznar, a participar en la convención nacional del partido, que se celebrará en Valladolid entre el 31 de enero y el 2 de febrero, pero todavía no ha obtenido respuesta. El PP tiene un borrador de programa para la gran asamblea que todavía no ha cerrado a falta de encajar los discursos y debates de los dirigentes y ministros que participarán en un acto que inaugurará ese viernes la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y será clausurado el domingo por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Aunque en fuentes del PP dan por hecho que Aznar acudirá finalmente a la convención, también reconocen que no lo tienen confirmado a nueve días de que arranque. El expresidente no ha faltado a los congresos nacionales desde que tiene esa condición; ni en las horas bajas del partido como en Valencia en 2008 ni en las altas de 2012 en Sevilla, cuando los populares acababan de volver al poder. Pero sí faltó a la convención (gran asamblea anual del PP cuando no toca congreso) celebrada en noviembre de 2009 en Barcelona. Era la etapa de las peores relaciones entre el presidente del partido y su sucesor, que tenía previsto un viaje privado a Kiev, que mantuvo.

Cospedal confirmó el pasado lunes después de reunir al comité de dirección del partido que “por supuesto” que José María Aznar estaba invitado a participar en la convención. El expresidente ha estado esta semana de viaje fuera de España, según apuntaron en fuentes de FAES.

El exjefe del Ejecutivo acostumbra a ser el contrapunto de autocrítica en los actos del PP y es ahora una de las piezas que la dirección del partido tiene que encajar en una convención de escaso contenido programático y organizativo. La asamblea, en la que participarán unos 2.400 dirigentes, cargos y militantes, está dirigida a elaborar tres resoluciones sobre la marcha de las políticas aplicadas por el Gobierno y un manifiesto electoral para los comicios europeos de mayo. Está diseñada para enmarcar una segunda parte de la legislatura dirigida a vender la recuperación económica y la reconciliación con las bases del partido después de los dos años de recortes presupuestarios, subidas de impuestos y convulsiones como la aplicación de la doctrina Parot o el desafío independentista de Artur Mas.

La dirección del PP quiere una gran ceremonia de esperanza en el futuro y unidad interna que incluirá un homenaje a las víctimas del terrorismo además de “ágoras de debate” entre los ministros y los presidentes autonómicos del partido como elemento más innovador que en Génova esperan que sirva para engrasar las relaciones entre el Gobierno y el partido. Aunque la asamblea apruebe el citado manifiesto electoral sobre los comicios europeos, Cospedal ha insinuado que para ese primer fin de semana de febrero Rajoy seguirá sin tener decidido o anunciado quién será el cabeza de lista de los populares. Aunque en Valladolid tenga que concurrir el actual portavoz en la Eurocámara, Jaime Mayor Oreja.

La tradición establece que antes o después de los debates y ponenciasel presidente de honor haga un discurso, igual que hacía en vida Manuel Fraga como presidente fundador. En los últimos congresos se suele reservar la jornada inaugural para Aznar, pero esta vez el expresidente del Gobierno no tiene ninguna prisa por cerrar la cita. En fuentes de la organización remiten a la secretaria general, María Dolores de Cospedal, como responsable de acordar con el exjefe del Ejecutivo el hueco que tendrá en el acto.