Los herederos de Fraga ponen a la venta su residencia veraniega de Perbes

El refugio preferido del fundador de la derecha moderna, Manuel Fraga, tiene sus días contados: su familia busca algún inversor que quiera hacerse con la residencia veraniega del creador del Partido Popular, situada en la localidad coruñesa de Perbes, frente a la ría de Betanzos. Sus hijos la han puesto a la venta a través de la inmobiliaria coruñesa LN Asociados.

La casa de Fraga, donde solía pasar todos los meses de agosto, tiene una parcela conlindante con la playa de esa localidad gallega y fue reconstruida después de que la vivienda original fueravolada por terroristas del Exército Guerrilleiro Galego en 1988, cuando don Manuel era ya el jefe de la oposición.El único verano en que Fraga no acudió a su refugio fue en 2011, poco antes de anunciar su retirada del Senado.

Tras su muerte, la vivienda con un gran jardín y vistas privilegiadas a la ría y a la playa donde Fraga solía bañarseen solitario a primeras horas de la mañana, sus hijos y herederos apenas han hecho uso de la misma. Por eso están haciendo gestiones para deshacerse de ella, pese a que no es un buen momentopara las transaciones inmobiliarias, en especial parauna propiedad cuyo precio oscila entre 1,5 y 2 millones de euros según las estimaciones de la prensa gallega. Un precio calculado teniendo en cuenta su ubicación y sus dimensiones -la finca tiene casi 4.000 metros cuadrados, de los que la vivienda ocupa 900-.

Fraga tuvocinco hijos y ninguno de ellos parece tener especial interés en quedarse con la parte que le corresponde de la vivienda. Lapersona que más la utilizó fue la menor, Adriana, y la hija de ésta, que era la niña de los ojos del fundador del PP. Cerca de la finca vive una de las hermanas de político, Ana Fraga, en la localidad de Bergondo. Ana está considerada como la 'roja'de la familia, por su vinculacióna CCOO y a los movimientos sociales,incluso cuando su hermano era ministro de Franco.

En esta residencia en el verano de 1989, recibió Fraga la visita de Francisco Álvarez Cascos, entonces secretario general del partido por voluntad de don Manuel, y de los vicesecretarios generales, Federico Trillo, Rodrigo Rato y Juan José Lucas para comunicarles que había decidido nombrar sucesor al frente de la presidencia del partido a José María Aznar.