Los indignados jugarán al despiste con Interior para reconquistar la Puerta del Sol

Los más fieles al espíritu de la Puerta del Sol llevan pensando en el primer aniversario desde hace meses. Saben que si convocan una multitudinaria manifestación y fracasan, sistemáticamente darán la razón a los que llevan todo el invierno preguntando dónde está el Movimiento, dándolo por muerto. Ideas para celebrar la onomástica hay a patadas, pero tienen que cumplir con las expectativas. Por eso prefieren callar, y si hablan, lo hacen con mucha cautela. Los que hace un año acamparon en Sol ahora preparan una “asamblea permanente” que durará cuatro días: desde el sábado 12 de mayo hasta el 15-M de 2012.

El Ministerio del Interior se ha adelantado dos semanas y ya ha advertido a los manifestantes que las acampadas son ilegales. Los organizadores responden que para ellos lo importante ya no es montar una logística que sirva como “excusa para el desalojo”, sino simplemente estar en las plazas. “Este juego morboso que se está haciendo desde la mayoría de los medios sobre acampar o no acampar” solo busca declaraciones de la Delegación del Gobierno “y titulares simplistas que no nos benefician nada”, critican.

En estos 365 días de vida, los miembros del 15-M han aprendido que la indignación es un estado de ánimo que ahora deben resucitar para dejar claro que siguen vivos. Por eso insisten en que desde las asambleas no están preparando “quechuas, cocinas o palés”, y si hay gente organizándolo por su cuenta “es imposible saberlo”.

A favor juegan con que la sociedad está todavía más harta de la clase política que el año pasado, motivada por un paro más elevado, más recortes, más impuestos, precios más altos. Pero nadie se atreve a aventurar qué va a pasar en esos días. El grupo de coordinación, donde participan asambleas y colectivos, preparan actividades en las plazas colindantes. Cada plaza tendrá una temática y cada marcha reivindicará lo suyo: la marea azul por el agua pública, la verde por la educación, la blanca por la sanidad...

El 15-O, la última vez que se oyó

Para bien y para mal, ya ha pasado un año desde el estallido de la indignación, y en un año han pasado muchas cosas. El 15 de octubre fue la última vez que el 15-M dio señales de vida. Desde entonces, los únicos titulares que han dado hablan de bifurcación, de división. Democracia Real Ya, la plataforma que impulsó el Movimiento, se desmarcó del ala más extremista que buscaba golpear el sistema, desafiar al Gobierno, acampar en Sol sí o sí sin nombrar líderes y con un caos organizativo tremendo. “Nosotros vamos despacio porque vamos lejos, porque vamos juntos”, asegura uno de los fundadores de DRY que prefiere mantener el anonimato. Ellos no luchan contra las leyes ni contra el sistema, su objetivo no es desafiar las órdenes de Delegación del Gobierno, sino cambiar el sistema que se critica en las calle. Y en sus planes no entra 'okupar' Sol. “Consensuar una acampada es algo tremendamente absurdo”, añade.

Nadie sabe qué va a pasar las horas previas al primer aniversario del 15-M. Ya pasó en el 2011: que no hubo una reivindicación concreta, ni un objetivo a corto plazo, sino un diagnóstico social común: todos unidos luchando por el cambio. “Todo depende de la acogida que tenga la manifestación preparada para el sábado. Puede que se quede, sin más, en un recorrido por las calles de Madrid. Quizá se consiga un boicot general, como bloquear los transportes, por ejemplo”. Pero no hay nada escrito. “Improvisaremos sobre la marcha, como lo hemos hecho siempre”.