Rajoy sale al paso de la crisis interna, exige a su partido “responsabilidad y grandeza” y convoca a todos a un “nuevo patriotismo”

“Ha sido un gran discurso”, afirmaba la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ya en la calle a punto de subir a su coche oficial. Mariano Rajoy consiguió ayer, por primera vez en muchos meses, poner de acuerdo a propios y críticos, al menos en público, con una intervención de clausura del Foro Abierto del PP de la que él mismo dijo que iba a “ser distinta”.

 

Sólo hubo tres intervenciones previas: Feijóo, Mayor Oreja y Cospedal. Los tres pidieron unidad en el partido y los tres avanzaron ya lo que luego sería el eje del discurso de Rajoy: la defensa de los valores. Aunque quien puso la pelota en juego fue el candidato europeo: “Los que tendrían que empezar a tener complejos por incoherentes son los que en España critican y descalifican a quienes hablamos de valores y, al mismo tiempo, no cesan de elogiar un discurso del nuevo Presidente de los Estados Unidos, fundamentado en el patriotismo, en el esfuerzo y en el trabajo”.

Y de patriotismo, esfuerzo y trabajo habló Rajoy. El líder del PP se presentó ante el auditorio no con la música de siempre, sino precedido de un video intimista, con imágenes y música de Coldplay de fondo, que le acompañó hasta sus primeras palabras frente al atril: “Queridos amigos, hoy quiero hacer un discurso distinto, un discurso para una época de crisis”. Y un primer mensaje a los impacientes: “Llevo tiempo esperando este momento. Pero cada cosa tenía su momento”.

Y ayer era el momento de las grandes propuestas y de las exigencias. Por eso, reclamó a todos “responsabilidad y grandeza”. “No podemos permitirnos el lujo de distraernos de lo realmente importante”. “Somos un referente para millones de españoles”. Un mensaje muy claro y muy directo a un partido sumido en estos días en una crisis sin precedentes a raíz del escándalo del espionaje a destacados dirigentes del PP. “Sé lo que tengo que hacer, cumplo el mandato de mi partido y ahí estaré siempre dando la batalla”, añadió para quien no tuviera clara su voluntad de permanencia.

Reproches a Zapatero

Pero antes de eso llegó el capítulo de reproches al Gobierno. Reproches por “la mentira, el engaño y la farsa sostenida en un tiempo precioso que ya nadie nos devolverá”. Por contemplar “el paro como una calamidad que nos ha caído del cielo y que el cielo tendrá que remediar”. Por “su soberbia”, al no haber atendido ni una de las propuestas del PP. Por usar “el dinero público como si no fuera de nadie”. Por sembrar la “desconfianza que ha llevado a nuestro país a perder crédito internacional”.

En seguida acudieron a sus palabras las primeras semejanzas con el discurso de Obama, del que copió numerosos elementos: “La especulación, la imprudencia, la ventaja económica fácil, el engaño, la audacia sin principios y la obtención del máximo beneficio a partir de la ley del mínimo esfuerzo no son buenos aliados para nada, y menos aún para alcanzar una prosperidad estable y duradera”. Todo eso ha “debilitado los fundamentos morales de nuestra sociedad”, según Rajoy.

Nuevo patriotismo

Recurso a la emotividad: “Tenemos que ofrecernos a los españoles para ayudar a resistir el cerco de la incertidumbre; para vencer la angustia y para romper el desamparo que tantos sienten ante la crisis en estos difíciles momentos”. Y tiempo para la esperanza: “Si no entendemos al que sufre la crisis, no somos nada. Este es el sentimiento con el que debemos forjar el nuevo patriotismo al que pretendo convocaros hoy”.

Ese “nuevo patriotismo”, según Rajoy, es algo más que un plan económico. Rajoy rompió ayer, de alguna manera, con la línea de oposición que hasta ahora venía haciendo el PP, centrada en la crisis y en las alternativas económicas, y amplió su oferta con un discurso regeneracionista muy coincidente con lo que hasta ahora le venían reclamando desde algunos sectores de su partido: “Hay que dar la batalla de las ideas”, afirmó al más puro estilo Aguirre.

Justicia –“la ley está para que se cumpla y no para que los delincuentes se burlen de la justicia”-, sinceridad –“nosotros creemos que la palabra dada tiene un valor”-, transparencia –“la verdad no es lo mismo que la mentira porque no es lo mismo el pleno empleo que ganar el record de parados en un año”-, educación –“el respeto a los padres y la buena educación no es un resabio autoritario sino un camino sabio para el crecimiento de nuestros hijos”-, tolerancia –“no se puede predicar la Alianza de Civilizaciones y al mismo tiempo duplicar la venta de armas al tercer mundo”-, firmeza –“al terrorista no se le puede conceder ni un milímetro de espacio”-, trabajo bien hecho, austeridad, espíritu de superación, esfuerzo, mérito, espíritu cívico…

Garantiza un partido unido

“Todos estos valores están en crisis, y demandan con urgencia su propio plan de rescate”. Un plan de rescate que pasa, inevitablemente, porque todo el PP se sume al mismo: “Eso es lo que quieren de nosotros, recuperar esos valores abandonados por este Gobierno y hacerlo con un partido unido y cohesionado. Yo me comprometo a garantizarlo, pase lo que pase”, afirmó Rajoy. El líder del PP recordó a todos que el partido está por encima de los intereses personales, y el interés general por encima de los intereses de partido.

Y eso exige un ejercicio de “realismo responsable”. “Sólo así recuperaremos la confianza y podremos lograr que la mayoría de los españoles nos siga con la ilusión de quien vuelve a confiar en el futuro”.