Es noticia
La colisión con un ave desata el pánico en un vuelo de Iberia y fuerza un aterrizaje de emergencia en Barajas
  1. España

La colisión con un ave desata el pánico en un vuelo de Iberia y fuerza un aterrizaje de emergencia en Barajas

El vuelo IB-434 de Iberia con destino a Bilbao apenas estuvo unos minutos en el aire. Un pájaro de grandes dimensiones, probablemente un buitre, chocó en pleno vuelo

Foto: La colisión con un ave desata el pánico en un vuelo 
de Iberia y fuerza un aterrizaje de emergencia en Barajas
La colisión con un ave desata el pánico en un vuelo de Iberia y fuerza un aterrizaje de emergencia en Barajas

El vuelo IB-434 de Iberia con destino a Bilbao apenas estuvo unos minutos en el aire. Un pájaro de grandes dimensiones, probablemente un buitre, chocó en pleno vuelo contra uno de los motores del Airbus A-320, que acababa de despegar de Barajas, inutilizando la turbina y obligando al aparato a efectuar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto madrileño, según han confirmado varios pilotos de la compañía aérea.

Uno de los pasajeros ha asegurado a El Confidencial que hubo "momentos de auténtico pánico" a bordo, y que el recuerdo de la catástrofe aérea del pasado 20 de agosto, que se cobró la vida de 154 personas en un vuelo de Spanair a Gran Canaria, "fue inevitable mientras estuvimos ahí arriba, con el motor dando fogonazos y echando humo. Yo pensé que nos íbamos a estrellar".

Los hechos ocurrieron el pasado 28 de noviembre en el primer vuelo de la mañana a Bilbao, que salió de la terminal T-4 de Barajas con sólo 30 pasajeros a bordo. "Llevábamos muy pocos minutos en el aire y aún no había empezado a amanecer. Yo estaba sentado junto al pasillo con los ojos entreabiertos, y de repente se oyó un golpe tremendo y el avión se estremeció. Fue como si algo muy grande hubiese chocado contra el aparato. ¿Pero qué podía ser a esa distancia del suelo? Ni se me pasó por la cabeza que fuera un pájaro", recuerda uno de los pasajeros.

Los pilotos de Iberia consultados aseguran que el impacto del ave contra el motor derecho provocó una intensa humareda y la turbina empezó a perder potencia, por lo que el comandante decidió desconectarla. A continuación, comunicó el incidente a la torre de control de Barajas para que autorizara un aterrizaje de emergencia, y acto seguido informó al pasaje por la megafonía interior del aparato.

"Fueron unos minutos angustiosos, interminables, hasta que el piloto nos informó de lo que había ocurrido. Todos los pasajeros cruzamos miradas de pánico, pero nadie gritó. Era como si el terror nos hubiese paralizado, y estoy seguro de que a muchos se nos pasó por la cabeza que íbamos a morir. La explicación de que un pájaro había chocado contra el avión no sirvió de mucho, al menos al principio, porque el motor seguía echando humo, pero al menos la voz del comandante sonaba tranquila", añade uno de los 30 pasajeros.

El Airbus A-320 regresó a Madrid con un solo motor operativo, y aproximadamente media hora después de haber despegado tomó tierra en Barajas. "Han pasado casi tres semanas y aún no me he recuperado del susto. Supongo que volveré a volar, porque no tengo otro remedio, pero da miedo pensar que un simple pájaro, por muy grande que sea, puede provocar una catástrofe", apunta el mencionado pasajero.

Solo un día después, otro Airbus A-320 de la compañía rumana Wizz Air con destino a Valencia, esta vez procedente de Bucarest, tuvo que efectuar un aterrizaje de emergencia por idéntico motivo. El aparato, con 141 pasajeros a bordo -la mayoría trabajadores rumanos residentes en España que regresaban a Valencia tras unas vacaciones-, colisionó en pleno vuelo con una bandada de aves, que provocaron destrozos en el motor izquierdo. El aparato, que había despegado del aeropuerto de Baneasa, cercano a Bucarest, aterrizó poco después, con una sola turbina, en el aeropuerto internacional de Otopeni.

"Riesgo de colisión" 

Las fuentes de Iberia consultadas recuerdan que el año pasado la compañía alertó a sus pilotos, a través de una nota interna, del riesgo de colisión con grandes aves en las nuevas pistas de Barajas, abiertas en 2005 tras la inauguración de la terminal T-4. La compañía advertía de que las nuevas rutas obligan a sobrevolar "zonas deshabitadas y protegidas, donde es habitual la presencia de pájaros", y reconocía que "los impactos con aves se están dando con cierta frecuencia".

El último incidente de estas características del que se tiene constancia en el aeropuerto de Barajas se produjo en 2007, cuando un Airbus A-340 de la compañía Iberia con destino a Santo Domingo (República Dominicana) tuvo que efectuar un aterrizaje de emergencia minutos después del despegue porque uno de los motores succionó un buitre que volaba junto a una bandada de ejemplares de la misma especie, provocando una rotura en la carcasa de la turbina. Antes de tomar tierra en Barajas, el aparato se deshizo en pleno vuelo de una parte de su carga de combustible, ya que de lo contrario el tren de aterrizaje no habría podido soportar tanto peso al posarse sobre la pista.

Los bird strikes -término aeronáutico para referirse a las colisiones con aves en pleno vuelo- son bastante frecuentes en la aviación comercial y militar, y en ocasiones pueden afectar gravemente a la seguridad aérea. Sólo en 2007 se produjeron en Estados Unidos más de 7.000 incidentes de este tipo, según el informe elaborado por la Federal Aviation Administration (FAA), la máxima autoridad aeronáutica estadounidense, que calcula que esa cifra apenas representa el 20% de los casos reales.

El vuelo IB-434 de Iberia con destino a Bilbao apenas estuvo unos minutos en el aire. Un pájaro de grandes dimensiones, probablemente un buitre, chocó en pleno vuelo contra uno de los motores del Airbus A-320, que acababa de despegar de Barajas, inutilizando la turbina y obligando al aparato a efectuar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto madrileño, según han confirmado varios pilotos de la compañía aérea.