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15 años de batalla sin fin: la guerra eterna de los controladores contra AENA por enchufismo
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Acusan al Tribunal Supremo de parcialidad

15 años de batalla sin fin: la guerra eterna de los controladores contra AENA por enchufismo

Decenas de controladores que consiguieron su puesto en 2006 llevan más de una década pleiteando contra Enaire por un caso de discriminación. Ahora, aseguran que llegarán con su caso al Tribunal Constitucional

Foto: Foto: EFE.
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David asegura que hace un par de años el caso estaba cerrado. Tenían el acuerdo con la empresa y todo apuntaba a que, tras 11 años de pleitos, la guerra entre un grupo de controladores aéreos y Enaire (antes Aena) se acabaría, pero no fue así. "Cuando el documento estaba cerrado y preparado para firma, la dirección de la empresa lo paró y decidió que era mejor seguir pleiteando con sus trabajadores", detalla el controlador. Así se esfumó el último atisbo de reconciliación en un caso de conflicto laboral que ahora, 14 años después de los sucesos que originaron el choque, va camino del Tribunal Constitucional.

Este ingeniero es uno de los 72 controladores aéreos que sacaron su plaza en 2006 y se encontraron cuatro años después con que tenían peores condiciones que los otros 93 compañeros de sus promociones. Tras la crisis de los controladores de 2010, se cambiaron muchas condiciones del convenio laboral y solo una parte de los 165 aspirantes de aquellas promociones que justo estaban firmando sus contratos se quedaron con el convenio antiguo porque pudieron entrar antes en la entidad.

¿Cómo se hizo el corte? La empresa llegó a hablar de un sorteo, pero, según los controladores y sus sindicatos, no hubo más que enchufismo. Se adelantó en la lista a familiares y amigos de la empresa o de un sindicato, dejando atrás a los que no tenían contacto alguno dentro. Es algo que han corroborado en al menos 20 casos varios juzgados de toda España hasta la Audiencia Nacional y han confesado personas que estuvieron presentes en la elección a dedo. Sin embargo, tras años de victorias para los demandantes, el Tribunal Supremo dio la razón en enero a la empresa semipública.

"Está demostrado que fue una asignación a dedo donde los seleccionados con padrino entraron en las primeras promociones y los otros caímos en la parte mala. Todo esto está perfectamente demostrado en múltiples sentencias (Tribunal de Barcelona, Tribunal de Reus, Tribunal Superior de Cataluña y Audiencia Nacional). Sin embargo, Enaire ha conseguido recientemente una sentencia del Supremo que con motivos de oficio desestima la causa mediante argumentos de forma, ya que el fondo está más que claro", explica David. "Es indignante, sobre todo viendo las sentencias anteriores que son clarísimas y que demuestran lo que venimos denunciando, que no se hizo ningún sorteo y que hubo discriminación".

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Foto: EFE.

La sentencia del TS reafirma que hubo discriminación, pero solo en unos casos contados, por lo que revoca la sentencia de la Audiencia Nacional de 2022 al considerar que no se puede juzgar como asunto colectivo ni se puede hablar de discriminación general. La queja de los controladores versa justo sobre ese argumento porque, aseguran, es algo que ni siquiera la compañía puso sobre la mesa y sacó el tribunal "de oficio". Desde El Confidencial nos hemos puesto en contacto con Enaire, quienes aseguran que no tienen nada que decir sobre el derecho a recurrir la sentencia y que su posición, se recurra o no, "es siempre de respeto a los procedimientos y a las decisiones de los tribunales".

Tras lo ocurrido, los sindicatos presentaron un incidente de nulidad en el que advirtieron, entre otras cuestiones, de un supuesto conflicto de interés de algunos magistrados con el despacho que ahora representa a Enaire. Pero el TS también lo rechazó, por lo que la eterna batalla ahora llegará al Constitucional. Su objetivo es dejar sin efecto este último texto, presentando una serie de defectos en el mismo. "Tenemos que seguir en ello porque nos jugamos nuestra carrera. Estamos muy contrariados, sobre todo por cómo nuestra empresa prefiere seguir pleiteando con nosotros, sus trabajadores, en vez de arreglar las cosas, pero no nos queda otra".

El propio David consiguió una sentencia individual favorable en Reus en 2020. Fue suficiente para que la compañía le indemnizara e igualase sus condiciones a las de los compañeros de promoción afortunados. Pero ahora, con la decisión del TS, teme que tenga que devolver todo.

"Si nos quedamos aquí habremos perdido todo. No igualarán nuestras condiciones a las de los compañeros que ganaron su puesto al mismo tiempo que nosotros no recibiremos indemnización alguna y encima en casos como el mío tendremos que devolver lo que la empresa ya nos había dado tras ganarlo en los tribunales. Es desesperante", añade el controlador. "Y duele más al ver que ha sido de una forma tan extraña que rompe con lo visto hasta ahora y que se había confirmado nada menos que en la Audiencia Nacional".

Un dosier de 34 páginas por conflicto de intereses

Entre las quejas por las decisiones del Tribunal Supremo, los sindicatos de los controladores hacen hincapié en un supuesto conflicto de intereses entre los magistrados del tribunal y el abogado de Enaire. En un dosier al que ha tenido acceso El Confidencial, los controladores adjuntan hasta 34 páginas de noticias, informaciones y documentos que relacionan a varios jueces de dicho tribunal con Sagardoy, despacho contratado por Enaire para este caso y uno de los líderes en derecho laboral en España. Sagardoy lleva representando a la empresa estatal (que como compañía semipública tiene acceso a la abogacía del Estado) en este caso desde que esta se decidió a recurrir y abrir la vía del conflicto colectivo.

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Foto: EFE.

Según ese texto, uno de los muchos que presentaron los controladores para pedir la nulidad de la última sentencia por un posible conflicto de intereses, la relación entre Sagardoy y los magistrados es continua y se encuentra tanto en foros como en ponencias, publicaciones, eventos o premios. Aseguran que todas las informaciones recabadas están al alcance de cualquier persona y que se encuentran simplemente buscando en internet.

Sin embargo, el Tribunal Supremo rechazó el pasado 4 de abril el recurso de nulidad al considerar, según recoge el periódico El País, que las relaciones de tres magistrados con el abogado de Enaire son simplemente “vínculos académicos” y relacionadas con “entidades públicas y privadas”. Asimismo, califica la denuncia de imparcialidad de “subrepticia recusación extemporánea”, pues, según afirma, la composición del tribunal “fue oportunamente notificada a las partes” cuando se admitió el recurso de la compañía y en ningún momento se solicitó la abstención de los mismos.

La idea del Sindicato Nacional de Controladores Aéreos (SNCA), la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), la Organización de Controladores de la Circulación Aérea (OCCA) y el Sindicato Profesional Independiente de Controladores Aéreos (SPICA), los organismos presentes en esta lucha que no parece tener fin, es llevar el caso al Constitucional en mayo y que sea en esa siguiente institución donde se decida todo. "Se ha contratado a un nuevo bufete y estamos esperanzados, pero llevamos siempre una sensación agridulce de no saber qué puede pasar, pese a que todo parece bastante claro. Y eso que nosotros hemos podido ir costeando todo esto, es un esfuerzo económico muy importante", termina David.

David asegura que hace un par de años el caso estaba cerrado. Tenían el acuerdo con la empresa y todo apuntaba a que, tras 11 años de pleitos, la guerra entre un grupo de controladores aéreos y Enaire (antes Aena) se acabaría, pero no fue así. "Cuando el documento estaba cerrado y preparado para firma, la dirección de la empresa lo paró y decidió que era mejor seguir pleiteando con sus trabajadores", detalla el controlador. Así se esfumó el último atisbo de reconciliación en un caso de conflicto laboral que ahora, 14 años después de los sucesos que originaron el choque, va camino del Tribunal Constitucional.

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