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A concurso la cadena de alquiler de vestidos de lujo de un banquero de la City y piloto de coches
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Tras las fuertes pérdidas

A concurso la cadena de alquiler de vestidos de lujo de un banquero de la City y piloto de coches

Polo Villaamil, su fundador, pretendía convertir La Más Mona en "el Netflix de la moda" y acaparó la atención de programas de aceleradoras de 'startups' como Wayra y Mango

Foto: Tienda de La Mas Mona. (La Más Mona)
Tienda de La Mas Mona. (La Más Mona)
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La Más Mona, una de las empresas pioneras en el alquiler de ropa de marca, ha bajado la persiana. El distintivo showroom de alquiler de vestidos de fiesta y accesorios para mujer con servicio de asesoramiento que lanzó Polo Villaamil, nieto de uno de los iconos del automovilismo en los 50 y 60 (Leopoldo Pérez de Villaamil Espuñes), ha acabado en concurso de acreedores tras no lograr rentabilizar su apuesta e incurrir en fuertes pérdidas, pese a que en su página web señalan que su tienda de Madrid y su canal online "permanecerán cerradas temporalmente".

Polo Villaamil pone fin a un proyecto que lanzó tras trabajar como country manager para divisa en Deutsche Bank y Nomura en la City de Londres y ser piloto de carreras en la Fórmula 3000, el nivel inferior a la Fórmula 1. Así lo confirmó tras acudir al Juzgado de lo Mercantil número 12 de Madrid a mediados de febrero de este año y presentar, de manera voluntaria, el concurso de acreedores de la sociedad Dresshub SL, bajo la que opera el negocio de La Más Mona, al carecer de masa activa y hacer un llamamiento a los acreedores.

El desenlace, que ha pillado por sorpresa a algunos de los clientes de La Más Mona, era de esperar. Las pérdidas estaban a la orden del día tras arrojar números rojos próximos a los 2,4 millones de euros desde su constitución y ver cómo las deudas a corto plazo se dispararon en su último ejercicio presentado en el Registro Mercantil, el de 2022, tras pasar de los más de 86.000 euros a los 115.300 euros y presentar unas deudas con empresas del grupo y asociadas a corto plazo de 55.000 euros, cuando el año anterior eran de cero, debido a que la sociedad tiene un préstamo participativo de Mango por 55.000 euros.

La Más Mona entró en el programa de aceleración de Mango StartUp, lo que hizo que la cadena textil lanzara una prueba piloto de alquiler de ropa en su web a través del servicio Mango Renting. Así, el equipo de Polo Villaamil iba a recibir sesiones de asesoramiento y mentorización por parte de profesionales de la compañía en áreas como la internacionalización de las operaciones, la tecnología y la gestión de personas. No obstante, y tal y como reconocen desde Mango a El Confidencial, rompieron sus relaciones allá por septiembre tras apreciar que este servicio de alquiler "no funcionaba mucho".

placeholder Polo Villaamil junto a Belen Rallo, directora de Mango StartUp Studio. (Cedida)
Polo Villaamil junto a Belen Rallo, directora de Mango StartUp Studio. (Cedida)

El de Mango StartUp no fue el único gran programa en el que entró La Más Mona para acelerar su negocio. La firma también atrajo la atención de Wayra, compañía perteneciente al área de innovación de Telefónica y con dilatada trayectoria en el ecosistema emprendedor, el mismo año de su lanzamiento, por lo disruptivo de su oferta y de su modelo de negocio. Además, cerró una ronda de 400.000 euros a través de Fellow Funders, siendo Óscar Ocaña, actual director de Marketing e Innovación en Prisa Media, lead investor en dicha operación que supuso la entrada de 42 inversores.

La empresa acaba en concurso de acreedores pese a que Polo Villaamil había logrado contener las pérdidas, que bajaron en 10.000 euros en 2022 y se situaron en 343.278 euros. No obstante, sus ingresos no lograron compensar ni los aprovisionamientos de la empresa ni, tampoco, los de gastos de personal correspondientes a sus 13 trabajadores. Además, y por si fuera poco, estalló la pandemia sanitaria provocada por el coronavirus, que paralizó cualquier tipo de evento social y el negocio de la compañía.

Foto: La infanta Sofía, con un vestido alquilado de Borow, el día de la jura de la Constitución de Leonor. (Europa Press)

Se truncó así el proyecto con el que Polo Villaamil buscaba ser el "Netflix de la moda" tras lanzar dos planes de suscripción: 49 euros al mes eligiendo dos artículos o de 89 euros optando por cuatro. Así, pretendía convertir a las mujeres en las invitadas perfectas en todo tipo de eventos gracias al alquiler de sus vestidos y complementos de primeras marcas con un modelo de negocio de economía circular que buscaba ser sostenibles con el medio ambiente.

El cierre pilló por sorpresa a multitud de clientas de La Más Mona y no es para menos, ya que contaba con alrededor de 135.000 clientas registradas y 35.000 prendas alquiladas gracias a su canal online y tiendas en Madrid, Sevilla, Málaga o Valencia. Cifras que preveía elevar notablemente, puesto que la compañía nacida en 2012 empezó con un modelo 'B2C' y, posteriormente, amplió su negocio a 'B2B' para marcas que querían lanzar su propio servicio de alquiler a través de sus canales.

placeholder Página web de La Más Mona anunciando que permanecerá cerrada.
Página web de La Más Mona anunciando que permanecerá cerrada.

Algunas clientas denunciaron, a través de las redes sociales, la falta de respuestas de la compañía fundada por Polo Villaamil, con el que El Confidencial no ha logrado contactar. Entre la multitud de quejas están la falta de soluciones a aquellas que han comprado distintos bonos de la empresa, la no devolución de algunos vestidos (dos Carolina Herrera) que prestó una usuaria... Así, distintas personas en Instagram destacan que emprenderán acciones legales contra La Más Mona y su dueño.

La Más Mona baja su persiana en una rama de actividad, la del alquiler de vestidos, en el que le tocó rivalizar con casi una decena de compañías, como por ejemplo Olibati, Borow, Mimage, Rental Mode Madrid, This is Ours o Lend the Label, entre otras.

La Más Mona, una de las empresas pioneras en el alquiler de ropa de marca, ha bajado la persiana. El distintivo showroom de alquiler de vestidos de fiesta y accesorios para mujer con servicio de asesoramiento que lanzó Polo Villaamil, nieto de uno de los iconos del automovilismo en los 50 y 60 (Leopoldo Pérez de Villaamil Espuñes), ha acabado en concurso de acreedores tras no lograr rentabilizar su apuesta e incurrir en fuertes pérdidas, pese a que en su página web señalan que su tienda de Madrid y su canal online "permanecerán cerradas temporalmente".

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