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Ni Harry Potter ni abrir en domingo: el celo ultrarreligioso que castiga a Poly Juguetes
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Ni Harry Potter ni abrir en domingo: el celo ultrarreligioso que castiga a Poly Juguetes

La empresa ha sido incapaz de registrar beneficios, en parte, por la negativa de su dueño a abrir los domingos. Ahora quiere liquidarla sin buscar posibles ofertas de competidores

Foto: Juguetería en Alicante. (EFE/Morell)
Juguetería en Alicante. (EFE/Morell)
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Tres concursos de acreedores, un dueño ultrarreligioso, trabas a poder abrir los domingos y a vender artículos de Harry Potter. El reciente pasado de la empresa española Poly Juguetes reúne más ingredientes de drama económico que de película para niños.

Esta mediana empresa de venta de juguetes se ha convertido en las últimas semanas en un protagonista negativo de la actualidad económica. Los cerca de 200 trabajadores de esta compañía conocieron hace algunos días que su dueño, la británica Teal Group Holdings, ha decidido mandar a liquidación la compañía sin dar opción a otras alternativas.

Casi en paralelo, los representantes de los trabajadores recibieron la notificación de un ERE (Expediente de Regulación de Empleo) para los 186 empleados, que se pondrá en marcha en los próximos días, salvo que algo cambie el rumbo de la compañía. O que su dueño decida buscar alternativas a la liquidación, algo que todavía no ha ocurrido y que no comparte la dirección de la empresa, según fuentes próximas a la misma.

Las mismas fuentes sostienen que uno de los lastres de la empresa, que le ha traído hasta el punto actual de no retorno, es precisamente su accionista. O más bien sus creencias religiosas, que le han llevado a prohibir a las tiendas de Poly Juguetes a abrir los domingos. Un día en el que en algunos centros comerciales se hace el 30% de la facturación semanal.

Foto: Exterior de una juguetería. (EFE/Javier Belver)

Es decir, una empresa que ya había estado dos veces en concurso de acreedores ha tenido que competir con un palo en las ruedas. Y con otra limitación como la de no poder vender artículos relacionados con Harry Potter, por acusaciones a sus libros y películas de estar ligadas al ocultismo.

Estos factores llevaron a la compañía hace tiempo a tener que cerrar en centros comerciales importantes como Plenilunio, en Madrid. De ahí que las fuentes consultadas sostengan que antes de liiquidar Poly Juguetes, Teal Group debería explorar una venta, ya que algún rival o inversor podría rentabilizar la empresa y preservar los puestos de trabajo. Consultados sobre ello, ni el grupo británico ni su asesor legal, Cuatrecasas, hicieron comentarios.

De hecho, el director general de la compañía, Pablo Badía, señaló en un mensaje de LinkedIn este viernes que "tras elaborar un plan de viabilidad sostenido por un plan de negocio realista y sujeto a la incorporación de palancas comerciales hasta ahora no permitidas por la propiedad actual, el equipo directivo de Teal retail Spain / Poly Juguetes, sigue apostando por la viabilidad del negocio y, por lo tanto, cuenta con que toda la plantilla pueda mantener sus puestos de trabajo".

"Esa es mi apuesta y esperamos que alguno de los potenciales inversores con los que ya hemos hablado nos acompañen en este viaje apasionante. No me quiero engañar a mí mismo: la misión es extremadamente compleja, pero contamos con más de 180 guerreras y guerreros con altas capacidades y amor desmedido por Poly y su clientela", añade.

La digitalización, el entorno competitivo y el Brexit han hecho que la compañía sufra "pérdidas significativas año tras año"

Frente a ello, desde Teal Group señalaban en un reciente comunicado a la plantilla que la digitalización, el entorno competitivo y el Brexit (los juguetes vienen de Reino Unido), han hecho que la compañía sufra "pérdidas significativas año tras año, siendo las pérdidas acumuladas de la sociedad desde su constitución superiores a los 15 millones de euros". Este factor, unido a que la filial española depende de la financiación de la matriz, le llevaban a "tomar la decisión de solicitar la declaración de concurso de acreedores, con petición directa de liquidación por la inviabilidad del negocio". Es decir, sin que un administrador concursal contemple ni siquiera la venta del negocio.

De este modo, hay dos posturas enfrentadas. Accionistas y gestores. Y con un plazo de tiempo y margen escasos para que los segundos puedan buscar una alternativa al cierre, algo que no se entendería en la plantilla ni en su entorno.

Tres concursos de acreedores, un dueño ultrarreligioso, trabas a poder abrir los domingos y a vender artículos de Harry Potter. El reciente pasado de la empresa española Poly Juguetes reúne más ingredientes de drama económico que de película para niños.

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