Magyar Vagon desafía a Moncloa y presenta la opa por el 100% de Talgo

La oferta pública de adquisición (OPA) de Magyar Vagon sobre el 100% del capital de Talgo se ha encontrado con el mayor escollo posible. El Gobierno ya ha oficializado la negativa a la toma de control del fabricante español de trenes por parte del consorcio húngaro por su vinculación con el primer ministro Viktor Orbán, próximo a Vladímir Putin. Pese a ello, el grupo del país centroeuropeo ha seguido adelante con una operación que se ha encontrado con muchos obstáculos para descarrilar.

Magyar Vagon ha presentado la opa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) este jueves, al cierre de mercado, tal y como adelantó El Confidencial. Es un movimiento que ha realizado tras conseguir en plazo las autorizaciones de todos los bancos acreedores de Talgo a la aplicación de la cláusula de cambio de control. Consideran que un gobierno no puede anunciar la oposición a una operación corporativa basada en sospechas infundadas sobre la procedencia del dinero y las presuntas relaciones con Rusia. Así, Talgo ha subido el 5,28% en bolsa en los 4,39 euros por acción por la posibilidad de que grupo húngaro presentase la opa.

En este sentido, añaden que Hungría es un país de la Unión Europea y, por tanto, que cumple las leyes de los todos los países miembros, por lo que sería ilegal paralizar la compra de un activo en España por parte de una compañía comunitaria, con independencia de la ideología de cada uno de los gobiernos de origen. Por ello, añaden que cómo reaccionaría Moncloa si una empresa española quisiera comprar otra con sede en Polonia y fue vetada por tener la sede en Madrid.

Esta reacción se produce después de que Óscar Puente, ministro de Transportes, asegurase este miércoles que el Ejecutivo español hará "todo lo posible" para evitar que el consorcio de Magyar Vagon se haga con el grupo español por los intereses ocultos en una operación financiada por el Gobierno de Viktor Orbán. Puente, enredado en la polémica de las mascarillas, hizo de portavoz de la Oficina Económica dirigida por Manuel de la Rocha, la mano derecha de Pedro Sánchez en asuntos financieros, que desde el primer momento ha visto con malos ojos al grupo húngaro.

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Cotizalia / Agencias

No obstante, las palabras de Puente, sin experiencia ninguna en operaciones corporativas ni legislación internacionales sobre fusiones y adquisiciones, llegaban justo cuando Magyar Vagon estaba a punto de obtener el respaldo de la veintena de acreedores de Talgo para lanzar la opa sobre la totalidad del capital. Finalmente, la oferta que ha puesto sobre la mesa es de 5 euros por acción.

Hasta la fecha, solo el ministro de Industria, Jordi Hereu, se había manifestado públicamente sobre Talgo, al indicar que es un "activo estratégico" de la industria ferroviaria, lo que significa que deberá pasar el filtro de la Junta de Inversiones Exteriores del Ministerio de Economía y, en última instancia, recibir el visto bueno de Consejo de Ministros. Un trámite ordinario que hasta ahora se ha saldado de forma positiva para las opas de Applus y OPDEnergy, pero que negó el plácet a Vivendi para tomar un 29% de Prisa, editor de El País y Cadena SER, al considerar que el grupo francés de medios es de ideología conservadora, opuesto a la progresista.

Solo el ministro de Industria, Jordi Hereu, se había manifestado sobre Talgo, al indicar que es un "activo estratégico" de la industria ferroviaria

Hereu dijo que "la ferroviaria es una de las industrias estratégicas del país y es evidente que, en todo caso, si se da permisos será con el pleno convencimiento de que se mantiene un control estratégico". En su opinión, "son empresas estratégicas y, evidentemente, se analiza muy bien quiénes son los inversores. El Gobierno siempre tiene la potestad de poder decidir si es estratégico".

Una vez que Magyar Vagon ha presentado la opa, como habían confirmado ayer varias fuentes próximas al consorcio, la decisión del Gobierno supondrá un antes y un después para la percepción de los inversores internacionales, según explican desde dos bancos de inversión internacionales. "Sería algo inaudito vetar a una empresa de la Comisión Europea", exponen, a sabiendas de que difícilmente se puede sacar adelante una opa con la oposición del ejecutivo de turno.