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Los fondos investigan la situación real de la caja de Celsa en plena caída de las ventas
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REBAJAN LA VALORACIÓN

Los fondos investigan la situación real de la caja de Celsa en plena caída de las ventas

Los acreedores, que tomarán el control en los próximos días, detectan incorrecciones entre el resultado operativo y las inversiones, al tiempo que reducen la valoración del grupo

Foto: Logo de Celsa. (Reuters/Albert Gea)
Logo de Celsa. (Reuters/Albert Gea)
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La toma de control de Celsa por parte de Deutsche Bank, Attestor, Sculptor, Golden Tree, Capital Group, Cross Ocean y SPV ha levantado las alfombras de la compañía antes de la toma de control, una vez obtenido el plácet del Gobierno. Y, según fuentes financieras, han descubierto que la contabilidad de la caja no concuerda con las cuentas presentadas al Registro Mercantil por parte de la familia Rubiralta, que en los próximos días dejará de ser accionista del grupo siderúrgico. La fuerte caída de las ventas y las advertencias del auditor han alertado a los nuevos dueños.

Según estas fuentes, el cambio de manos de Celsa se producirá en los próximos días, después de que el Gobierno haya autorizado el canje de parte de los 3.500 millones de euros de deuda que arrastraba la compañía catalana por capital. Pero los fondos acreedores pidieron hace dos meses a FTI Consulting que hiciera un análisis forensic del estado real de la cuenta de resultados y del balance del grupo. Especialmente, por las operaciones vinculadas entre la empresa matriz y las sociedades de los cuatro hermanos —Francesc, Carola, Ana, Ignasi— que la familia llevó a concurso voluntario de acreedores a mediados de octubre, con un pasivo de 540 millones.

Foto: Francesc Rubiralta, de Celsa Group.

Aunque los Rubiralta siempre han defendido que su gestión ha sido impoluta, lo cierto es que los informes de auditoría de los últimos ejercicios están repletos de salvedades por parte de EY. La firma alertó respecto a las cuentas, al cierre de 2022, de que los activos por impuestos diferidos del grupo deberían reducirse en, aproximadamente, 390,7 millones de euros, al tiempo que el fondo de comercio tendría que haberse deteriorado en casi 180 millones. Por último, el auditor aseguraba que los administradores de Celsa habrían tenido que el elevar el pasivo corriente en 1.117 millones ante la "incertidumbre material" sobre si la multinacional podía seguir en pie.

Pero, además de los aspectos contables, los fondos acreedores encargaron a FTI Consulting que elaborase una radiografía del estado de la caja de Celsa, dado que, según las primeras exploraciones, no encajaban las cifras relativas al beneficio operativo o ebitda, el capex o dinero destinado a inversiones y el remanente en tesorería de la compañía con sede en Catellbisbal (Barcelona). La consultora todavía no ha acabado su investigación, pero algunos de los nuevos accionistas aseguran tener evidencias de que los números no cuadran.

Celsa obtuvo el pasado año unos resultados históricos, con una facturación de casi 6.100 millones de euros y un ebitda de 867 millones. Pero el negocio, muy dependiente de la situación económica al ser una compañía cíclica, ha sufrido un retroceso significativo en lo que va de 2023. Al analizar la situación de los nueve primeros meses del ejercicio en curso, los fondos han detectado que hay menos dinero en caja del que suponían, una vez descontados los gastos operativos y el dinero destinado a inversiones productivas. A falta de datos oficiales, cuando los fondos tomen formalmente las riendas del grupo, se van a encontrar una caída de las ventas de más del 20%.

Cuando los fondos tomen formalmente las riendas del grupo, se van a encontrar una caída de las ventas de más del 20%

Un descenso que, según la curva de precios internacionales de los productos siderúrgicos que fabrica, aún será más agudo. Por ello, consideran que la valoración de Celsa tiene que recalcularse porque será inferior a la estimada antes del verano, para el juicio que dirimió la propiedad de la empresa. Mientras los Rubiralta sostuvieron que su compañía valía al menos 6.000 millones, los fondos argumentaron que no llegaba a los 3.000 millones. Una tasación que, según estas fuentes, será menor, lo cual tendrá una gran incidencia en el proceso de venta del 25% al que ha obligado el Gobierno. ArcelorMittal, uno de los competidores de la española, ha caído un 20% en bolsa en lo que va de año.

Para solucionar las tensiones de tesorería, la banca nacional había concedido y alargado en hasta cuatro ocasiones una línea de circulante de 525 millones de euros a Celsa desde mediados de 2021. Un crédito a corto plazo que vencía a finales del presente año y que los hedge funds están negociando para convertirlo parcialmente en un préstamo sindicado a largo, según indican fuentes próximas a las conversaciones. CaixaBank, Santander, BBVA y Sabadell se han comprometido a asumir más riesgo en Celsa tras el cambio de control después de que antes del covid vendiesen a derribo, con pérdidas de hasta el 80%, los más de 1.200 millones que llegaron a acumular.

La toma de control de Celsa por parte de Deutsche Bank, Attestor, Sculptor, Golden Tree, Capital Group, Cross Ocean y SPV ha levantado las alfombras de la compañía antes de la toma de control, una vez obtenido el plácet del Gobierno. Y, según fuentes financieras, han descubierto que la contabilidad de la caja no concuerda con las cuentas presentadas al Registro Mercantil por parte de la familia Rubiralta, que en los próximos días dejará de ser accionista del grupo siderúrgico. La fuerte caída de las ventas y las advertencias del auditor han alertado a los nuevos dueños.

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