La inversión en chips de los dueños de Rovi cubre el pinchazo en Línea Directa

La familia López-Belmonte, dueña y fundadora de Rovi, realizó en la primera mitad del año dos fuertes inversiones en empresas ajenas al sector farmacéutico. A comienzos de febrero, entró en el capital de la aseguradora Línea Directa, mientras que a mediados de marzo desembarcó en Photronics, un proveedor estadounidense de fotomáscaras de chips semiconductores. En el primer caso, su apuesta se está demostrando fallida tras perder cinco millones de euros, un mal trago que compensa con los 12,7 millones que consigue de beneficio en el segundo.

En ambas compañías controla el 5% del capital a través de Norbel Inversiones, su vehículo de inversión familiar. Aunque en Línea Directa primero compró el 4,324% y una semana después lo elevó hasta ese 5%, de acuerdo con el precio que marcaban las acciones de la aseguradora en el momento de la adquisición, los López-Belmonte desembolsaron unos 52,8 millones para entrar en la compañía. Ahora, tras la depreciación del 8% que han observado esas acciones en los ocho meses que han transcurrido desde entonces, esa participación vale unos 47,8 millones.

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En cambio, hasta el momento se ha demostrado que fue un acierto invertir en Photronics. Apostó por esta compañía estadounidense hace siete meses, periodo suficiente para que su participación se haya revalorizado un 21,5% y ahora valga 12,7 millones de euros más. En concreto, el desembolso inicial que realizó por las 3.123.800 acciones que tiene en su poder rondó los 50,4 millones de dólares (unos 47,5 millones de euros), teniendo en cuenta que sus títulos cotizaban a 16,15 dólares en el Nasdaq por aquel entonces. Al cierre de este viernes, el precio era de 20,28 dólares, elevando su valor en conjunto hasta los 63,3 millones de dólares (unos 60,2 millones de euros).

A cualquier inversor de a pie se le hacen los ojos chiribitas solo con soñar que sus decisiones le han reportado casi 13 millones de euros o que ha conseguido una rentabilidad superior al 20% en apenas siete meses. O se tira de los pelos si pierde cinco millones en menos de un año. Pero para los dueños de Rovi, habituales en la lista Forbes, solo supone un pico arriba o abajo en la cuantía de su inmensa fortuna, valorada en más de 1.000 millones. Sobre todo cuando ven en sus cuentas que su participación en la farmacéutica española ha crecido en 430 millones desde febrero, cuando decidió diversificar sus inversiones entrando en Línea Directa.

Los López-Belmonte controlan el 55,191% del capital de Rovi, que es con diferencia la empresa más alcista del Ibex en lo que va de 2023. Para realizar una comparación equitativa con la evolución de la inversión que realizaron en Línea Directa, hay que tener en cuenta que su participación en la farmacéutica valía unos 1.156 millones a comienzos de febrero y ahora ronda los 1.586 millones. Se trata de una revalorización del 37%.

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Con este colchón económico, siguen buscando oportunidades para hacer crecer su patrimonio. Su última apuesta ha sido la farmacéutica Almirall, donde hace una semana adquirieron el 3,035% del capital, cumpliendo así con una de las principales premisas del histórico Warren Buffett: invertir en negocios que se conozcan. Para adquirir esta participación, tuvieron que pagar alrededor de 57 millones de euros, una cantidad que ha crecido un 2%, por encima de los 58 millones, en las seis jornadas bursátiles que han pasado desde su aterrizaje en la compañía.

Según las últimas cuentas registradas por Norbel Inversiones en el Registro Mercantil, el vehículo de inversión de la familia ganó 260,37 millones en 2022. Por lo tanto, el beneficio neto se incrementó en un 183% si se compara con los 91,9 millones que obtuvo un año antes. Esta mejora sustancial en el resultado de sus cuentas tiene mucho que ver con la plusvalía de 205,05 millones que consiguió tras vender un 5% del capital de Rovi entre abril y marzo del ejercicio pasado.