Se retira Gabriel Escarrer: leyenda mundial del turismo

Gabriel Escarrer Julià se retira de la primera línea. El fundador de Meliá Hotels International, leyenda mundial del turismo, ha dejado el cargo de presidente de la multinacional mallorquina en manos de su hijo, Gabriel Escarrer Jaume, que continuará también como consejero delegado de la compañía.

El anuncio, comunicado esta misma mañana en la CNMV, supone la culminación del relevo generacional que se empezó a gestar hace ya más de una década con el plan de sucesión en la familia Escarrer, donde Sebastián Escarrer, el primogénito de la familia y que había sido el elegido, cedió el timón del grupo a su hermano Gabriel.

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C. R.

El fundador de Meliá, que compró su primer hotel en 1956, cuando tenía 21 años, se ausentó este martes de la junta general de accionistas "por recomendación médica", al estar convaleciente. Su cargo será ahora de presidente de honor. Gabriel Escarrer Julià siguió la junta, que se celebró en el hotel Meliá Victoria de Palma, a través de la línea de streaming difundida por la hotelera.

"Un año memorable"

El consejero delegado y ya presidente de la compañía recordó que 2022 había sido "un año memorable" para su padre, al haber recibido un gran número de prestigiosos reconocimientos tanto en España como en República Dominicana, el destino que fue pionero en la expansión internacional de la entonces conocida como Sol Meliá. "El más importante reconocimiento que ha tenido ha sido el haber logrado mantener a las empresas y salir fortalecido en múltiples aspectos tras la pandemia del covid", destacó Gabriel Escarrer Jaume.

Fue en marzo de 2012 cuando Escarrer Julià designó heredero a su hijo pequeño. El abandono de Sebastián Escarrer Jaume de la vicepresidencia de la multinacional hotelera mallorquina situó en una situación de absoluto privilegio a su hermano Gabriel, consejero delegado y vicepresidente ejecutivo de la compañía, nacido en 1971.

Sebastián Escarrer (Palma, 1966) abandonó Meliá Hoteles International tras 19 años como ejecutivo (lideró la refinanciación del grupo Sol, su transformación en Sol Meliá y la "exitosa salida" a la bolsa de la compañía en 1996). Hace 11 años, el entonces presidente ejecutivo y fundador dejaba entrever que no le agradaba la no renovación del mandato de su hijo mayor como vicepresidente, al precisar que respetaba "su decisión".

Es 'don convincente', como se denomina él por su capacidad de persuadir en la negociación

Ya en abril de 2009 nombró vicepresidente único a su hijo Sebastián Escarrer Jaume, quien tras la jubilación de su padre estaba previsto que fuera presidente no ejecutivo. Los hermanos Escarrer llegaron a compatibilizar la covicepresidencia de la compañía. Sebastián fue presidente de Exceltur, un cargo que ahora ostenta su hermano Gabriel.

El histórico hotelero mallorquín nació en 1935 en Porreres, un municipio del interior de Mallorca. Le llamaban en El Terreno, el barrio de Palma donde compró su primer hotel y vivió con sus padres, "el extranjerito" ("es forasteret"), porque era muy rubio y hablaba idiomas con soltura.

También era delgaducho, fue campeón escolar de 100 metros, y sorprendía por su gran altura. Y es don convincente, como se denomina él mismo por su capacidad de persuadir en la negociación. Don de gentes, conocedor de la necesidad del cara a cara, de sonreír, de aportar seguridad, firmeza. Y saber "dónde duerme el diablo", una expresión muy particular suya que se refiere "a la necesidad imperiosa de contar siempre con el máximo de información posible a la hora de embarcarse en una operación".

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El anuncio de su retirada de la primera línea llega siete años después de haber cerrado el proceso de sucesión iniciado en el Consejo Extraordinario de Administración celebrado en el hotel Gran Meliá Fénix de Palma en el año 2016. Este proceso se inició, según indica la compañía, a instancias del propio fundador. En el procedimiento, el fundador de la empresa y todo el Consejo de Administración aseguraban la transición ya ejecutada.

Escarrer Jaume agradeció la confianza depositada en su persona por los miembros del Consejo de Administración al nombrarle presidente, "al cederme el testigo mi padre para centrarse en su salud y su familia, manteniendo la Presidencia de Honor, es una nueva muestra de su compromiso absoluto con el mejor interés de la compañía, por encima de los suyos propios. Él me ha inculcado este compromiso y me ha recordado la importancia de la responsabilidad que hoy asumo al culminar este proceso de sucesión, y puedo asegurarles que dedicaré todos mis esfuerzos a ser un digno sucesor de nuestro presidente", resaltó.

La multinacional hotelera ha certificado en su junta de accionistas la expansión en la que se encuentra inmersa. En 2022 firmó la entrada en su porfolio de 33 nuevos hoteles, que sumados a la apertura de otros 33, permitieron a Meliá superar la cifra de 100.000 habitaciones, y aproximarse a las 110.00 a finales de este año (entre habitaciones operativas y en proceso de apertura).

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El RevPAR (ingreso medio por habitación disponible) se incrementó en el ejercicio por encima de la media de compañías hoteleras cotizadas a nivel global (+88%). La compañía redujo en 180 millones de euros la deuda financiera neta "y mantiene un compromiso prioritario con la reducción de la deuda, mediante la mejor generación de caja y otras palancas, como la rotación de algunos activos no estratégicos, o la consolidación de alianzas corporativas para el crecimiento con entidades del máximo prestigio, siempre manteniendo también la gestión de los establecimientos".

"Genio y figura"

Todos estos datos de la multinacional, que está en proceso de venta de activos en el Caribe entre 120 y 200 millones de euros, no hubieran llegado sin la década clave de los ochenta, exactamente el periodo 1984-1987. En 1984 se produjo la compra de 32 hoteles de Hotasa, la división hotelera de Rumasa. En 1985 abrió su primer hotel en Asia, en la isla de Bali. Y en 1987 compró la cadena Meliá por 10.000 millones de pesetas. No invirtió ni un euro de su tesorería. El Banco Santander financió íntegramente la adquisición del grupo hotelero por Sol, que llegaría a ser el cliente de empresa familiar más importante de la entidad de Emilio Botín.

Gabriel Escarrer Juliá estará ahora más tiempo en su casa de las afueras de Palma, pero a poco que tenga algo de energía volverá a su despacho del Polígono de San Castelló para saber de primera mano cuál es el siguiente proyecto que se trae entre manos su hijo. No es un tópico precisar en este caso que se trata de "un genio y figura", como acostumbra a definirlo el hoy nombrado presidente de la mayor compañía hotelera española y la número uno vacacional del mundo.