El turista de lujo reduce su gasto y amenaza las acciones de las aerolíneas

Los precios se inflan, tanto que incluso el viajero de lujo se está planteando sus vacaciones, o al menos lo que gasta en ellas. Según la última encuesta de MLIV Pulse recogida por Bloomberg, 465 encuestados, que incluyen traders, gestores de cartera, altos directivos e inversores provenientes de Estados Unidos, Canadá y Europa, no quieren pagar más de 500 dólares por noche en un hotel. Además, ya no gastan extra por motivos de sostenibilidad u opciones más elegantes.

Esto no es más que un reflejo de la disminución de la confianza del consumidor y las quejas por los precios disparados, que además los turistas no consideran que hayan ido acompañados de un aumento proporcional de la calidad del servicio. Y lo peor es que estas noticias llegan en uno de los períodos punteros de las reservas de viajes, cuando se empieza a planificar el verano.

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Casi el 70% de los participantes declaró que su presupuesto máximo por noche de habitación de hotel será de 500 dólares, mientras que el 24% estaba dispuesto a gastar hasta 1.000. Aún así, solo el 5% fijó su límite en 2.000 dólares y el 2% continúa gastando 3.000 por noche o más.

Pese a que 1.000 dólares por noche por una habitación puede parecer un precio desmesurado, esta cifra elimina los hoteles más lujosos en la mayoría de los principales mercados. De acuerdo con los datos de Google, los precios típicos de hoteles de cinco estrellas en la ciudad de Nueva York cuestan entre 523 y 999 dólares por noche en el mes de abril. En París la cifra es más alta incluso, oscilando entre 707 y 1.382 euros.

Los resultados de la encuesta sugieren que los hoteles de lujo, restaurantes y aerolíneas se enfrentarán a usuarios descontentos este verano. Las quiebras bancarias, la inflación acelerada, los pagos hipotecarios elevados y un mercado laboral debilitado, especialmente en los sectores de altos ingresos como la tecnología, provocarán que los turistas mantengan un gasto mucho más discreto.

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EC

Los viajeros de alto nivel están vigilando sus carteras. Se resisten sobre todo a las tarifas aéreas elevadas. De hecho, los inversores profesionales alertan que afectará directamente a las acciones de las aerolíneas en los próximos 12 meses. Bien es cierto que inversores minoristas se muestran más optimistas, con un 60% pronosticando un impulso positivo en la industria.

No obstante, las expectativas cambian según el país. Los encuestados eran más positivos respecto a las acciones de aerolíneas europeas que las estadounidenses y canadienses. Ante esto, algunas aerolíneas, como Lufthansa, han mantenido deliberadamente sus costes, con la esperanza puesta en que los turistas agnósticos de los precios estén dispuestos a pagar un precio desorbitado para llegar a los destinos deseados.