Cosentino pospone la salida a bolsa en plena incertidumbre por los casos de silicosis y las turbulencias financieras

Cosentino ha decidido esperar a mejor momento para salir a bolsa. Según aseguran fuentes próximas a la compañía almeriense, la familia ha optado por aplazar sus planes para convertirse en una empresa cotizada hasta al menos 2024, ante la repercusión generada por los problemas de salud que sufrieron numerosos operadores de sus materiales sin la protección adecuada. Un asunto reputacional que se suma a la inestabilidad de los mercados de capitales, que ha provocado una fuerte caída de algunas de las empresas internacionales comparables a la española.

Según estas fuentes, Cosentino, que en enero fichó a Goldman Sachs y a JPMorgan para dejar de ser una compañía de capital exclusivamente familiar, ya ha comunicado a las dos entidades financieras su intención de posponer su salto al parqué bursátil. La compañía, propiedad de los tres hermanos Eduardo, Francisco y José Martínez-Cosentino, ha considerado que ahora no es el mejor momento para dar este paso histórico.

La sentencia consideró que Cosentino había actuado "de forma gravemente negligente" con los cinco empleados

Aunque la compañía anunció el pasado 21 de febrero un acuerdo con los afectados para mitigar el problema de las potenciales demandas contra Cosentino, lo cierto es que se trata de un asunto muy delicado y de consecuencias todavía impredecibles, ya que podrían llegar demandas colectivas. No obstante, en la prospección realizada por Goldman Sachs y JPMorgan entre inversores para sondear el apetito por comprar acciones de esta empresa este factor ESG (acrónimo inglés de medioambiente, sostenibilidad y gobernanza) no ha sido una cuestión relevante.

El grupo almeriense comunicó un acuerdo de colaboración con la Asociación de Perjudicados por la Silicosis de Andalucía (APSA) "con el objetivo de buscar e implementar soluciones ante la situación generada por los casos de silicosis" en la región, donde hay unos 1.800 afectados. La silicosis es una enfermedad crónica que afecta a los pulmones y puede conllevar la muerte prematura.

El anuncio se produjo después de la sentencia del Juzgado de lo Penal 2 de Vigo, que consideró que Cosentino había actuado "de forma gravemente negligente" en el caso de los cinco empleados de la marmolería gallega Granitel, que trabajaban cortando y puliendo los tableros de Silestone, uno de los productos estrella que comercializa la compañía. Una resolución que le ha costado 1,1 millones de euros, una condena de seis meses de cárcel al presidente y, sobre todo, que abre la vía para demandas colectivas de otros empleados.

Desde Cosentino, se asegura que técnicamente no hay ninguna suspensión de salida a bolsa

Un portavoz de Cosentino añadió que "asume su compromiso con los afectados por la silicosis en el sector. Nuestra máxima preocupación son las personas. Tenemos la firme intención de estar del lado de los afectados y buscar, junto con el resto de los agentes de la industria y las administraciones públicas, una solución definitiva a este problema".

Desde Cosentino, se asegura que técnicamente no hay ninguna suspensión de salida a bolsa, porque no se había aprobado formalmente la operación, adelantada por Expansión, citando fuentes conocedoras de la misma, que aseguraban que la intención de los tres hermanos era mantener al menos el 51% de la compañía. Además, el consejo de administración, en el que también están los hijos de los tres fundadores, había aprobado los trámites preliminares de la operación corporativa.

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La familia también ha valorado el momento actual de la bolsa, zarandeada por la crisis de varias entidades regionales estadounidenses y Credit Suisse. Un terremoto que se ha saldado con una caída del 7% del Ibex 35 y, lo más preocupante, con la percepción de que los mercados de capitales se han cerrado de golpe para cualquier compañía con interés de vender participaciones. Caesar Stone, una multinacional estadounidense competidora de la española, se ha desplomado un 30% en lo que va de año.

La de Cosentino era una de las pocas ofertas públicas de venta (OPV) que estaban en la agenda de BME, el gestor del parqué, y de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), cuyo presidente, Rodrigo Buenaventura, se lamentó en enero, unos días antes de conocerse las intenciones de la empresa almeriense, de las escasas compañías privadas que se convertían en cotizadas. El grupo productor de material de cocina había sido valorado en una horquilla que oscila entre los 2.500 y los 3.000 millones, al registrar unas ventas de 1.400 millones y un beneficio operativo o ebitda de 275 millones.