Indra completa el círculo y cae un 7% en bolsa tras pactar la salida del CEO Ignacio Mataix

Indra ha anunciado en la tarde de este lunes la salida de su consejero delegado, Ignacio Mataix. La compañía de tecnología, transporte y defensa, que aún no ha designado un sustituto, ha explicado este relevo como parte de un proceso más amplio para definir "su plan estratégico para los próximos años", informó en un hecho relevante remitido a la CNMV. La reacción bursátil ha sido de fuertes retrocedes, puesto que ha caído un 7,18% este martes.

La búsqueda de un nuevo consejero delegado se realizará mediante una consultora independiente, detalla la compañía, pero sin especificar cuánto podría durar el proceso. Mientras tanto, Mataix seguirá ejerciendo sus actuales funciones.

"Ignacio Mataix continuará ejerciendo sus actuales funciones para facilitar el proceso de sucesión y la continuidad en la gestión hasta el nombramiento de un nuevo consejero delegado", explica Indra en el comunicado, agregando que el ejecutivo seguirá vinculado a la firma como asesor estratégico del consejo de administración por un periodo de dos años.

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Europa Press

El movimiento supone la salida del último peso fuerte en la dirección de Indra proveniente de la etapa previa a la llegada de Marc Murtra a la presidencia del grupo, en la primavera de 2021. Mataix, que cuenta con una amplia experiencia en el sector de defensa español, ha ejercido como alto directivo de Indra desde 2018, cuando fue nombrado director general del negocio de T&D. En 2021, fue nombrado consejero delegado del grupo, cargo que primero compartió con Cristina Ruiz y que ha desempeñado en solitario desde abril de 2022, tras la marcha de esta.

Cierre con beneficios

Bajo la gestión de Mataix, Indra cerró 2022 con un beneficio de 172 millones de euros, un 20% más que el año anterior, y llevó sus ingresos y EBIT a niveles récord. Asimismo, la cartera de pedidos del grupo ha alcanzado los niveles más altos de la historia, por encima de los 6.300 millones de euros.

La permanencia de Mataix en Indra ha sido frecuentemente señalada como una garantía de continuidad en la gestión, en medio de las turbulencias generadas por los movimientos del Gobierno, a través de la SEPI (y en aparente connivencia con otros accionistas como Amber y SAPA), para apuntalar su control del grupo, que han generado fuertes dosis de incertidumbre en torno a la compañía en los últimos años.