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El cambio de guardia en Cellnex: Tobías Martínez o el arte de saberse ir
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El cambio de guardia en Cellnex: Tobías Martínez o el arte de saberse ir

La subida de tipos obligaba al giro que ya suponía el nuevo plan de la compañía, ha pasado el tiempo de incrementar los activos y ahora se pone el acento en gestionar los pasivos

Foto: Tobías Martínez en la última junta de accionistas de Cellnex. (EFE/Roman)
Tobías Martínez en la última junta de accionistas de Cellnex. (EFE/Roman)
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Cincinato (519 a. C.- 430 a. C.) fue elegido dictador en la Roma de la República en varias ocasiones. Pero sobre todo pasó a la Historia porque nunca agotaba sus mandatos ni abusaba de su poder. Cumplía su cometido y se iba cuanto antes a una granja donde era famoso por su pericia con el arado. En el Ibex 35, retirarse antes de tiempo no es la norma. Más bien es un mundo de salidas agónicas o dramáticas. Esta semana, Cellnex anunció por sorpresa que su consejero delegado, Tobías Martínez, renunciaría al cargo este mes de junio pese a tener contrato en vigor hasta diciembre de 2024.

La decisión sorprendió porque es Tobías Martínez quien se marcha. Porque lo hace después de haber convertido Abertis Telecom, una compañía que hace ocho años valía 3.000 millones en un gigante del Ibex 35 capitalizado en bolsa. Cellnex, cuya acción ha pasado por un momento bajo, sigue valiendo más que Telefónica. El propio Tobías Martínez y su equipo directivo aprobaron este mes de noviembre un plan en el que se daba carpetazo a la era de grandes compras y se entraba en una fase de consolidación y reducción de deuda.

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Fuentes cercanas a la compañía reconocen que las relaciones con el consejo de administración eran difíciles. Que una parte del consejo, donde son mayoría los independientes y solo hay tres consejeros dominicales —dos de Edizione de los Benetton y uno del fondo de Singapur de GIC— ya había puesto pegas a los dos últimos intentos de compras: en julio se retiró de la adquisición de torres de Deutsche Telekom en Alemania, y en noviembre quedaba descabalgado de la venta de Vantage, la filial de torres de Vodafone. Ambas operaciones no salieron para Cellnex. En los próximos tres años, la dirección de Cellnex ya no veía operaciones transformacionales.

Pero el ciclo había cambiado. La subida de tipos obligaba al giro que ya suponía el nuevo plan de la compañía, al que el consejo de administración dio el visto bueno y que se podría resumir en que ha pasado el tiempo de incrementar los activos y que a partir de ahora se pondrá el acento en gestionar los pasivos, reduciendo la deuda y buscando el modo a medio plazo de remunerar a los accionistas, ya fuese vía dividendo o comprando autocartera para después amortizarla. Tobías, cual Cincinato, ha preferido que se le eche de menos.

Al contrario que en Vodafone, donde las renuncias de la alta dirección han generado una cierta sensación de vacío, Cellnex ha encargado la búsqueda de un sucesor que deberá resolverse en junio, cuando Tobías se despedirá de manera formal, se celebrará la junta, se cerrarán las cuentas del 2022 y se aprobará el presupuesto de 2023. Sin embargo, al mercado le gusta la certidumbre. Y hasta dentro de unos meses no se sabrá quién será el sucesor. En tres días, las acciones han caído un 3%. En el mercado, la incertidumbre, aunque pretenda ser controlada, tambien se paga.

Un hombre de otros

Tobías siempre tuvo la virtud de ser un hombre de otros al que, sin embargo, los recién llegados siempre otorgaban la máxima confianza. Forjado en el entorno de La Caixa, Francisco Reynés confió en él cuando creó Cellnex al escindirlo de Abertis. Con la venta de Abertis, Cellnex quedó en manos de los italianos, pero los Benetton pasaron en dos meses de querer vender la compañía a quedársela. Y con Cellnex compraron el plan de crecimiento de Tobías Martínez, ejecutado a marcha martillo, en el que la compañía ha disfrutado del viento a favor de unos tipos negativos.

Y no solo fueron los Benetton. El mercado se sumó a esta confianza. Desde que salió a bolsa amplió capital cuatro veces. Y captó 14.700 millones en ocho años, lo que ha cambiado y mucho la fisonomía del accionariado. Criteria, el holding de La Caixa, que había sido el principal avalador de la operación Cellnex, pasó a tener solo el 4,7% de las acciones y ni siquiera se sienta ya en el consejo de administración.

El consejo de Cellnex está dominado por una mayoría de independientes

Con la llegada de nuevo dinero también han entrado nuevos socios como el fondo activista británico The Children’s Investment Master Fund, que de forma directa y a través de diversos instrumentos financieros derivados ya controla el 6,7% de Cellnex y es el tercer accionista en importancia, si bien no se sienta en el consejo.

Carta de despedida

En su carta de despedida, Tobías resta importancia a su renuncia, "no hago sino anticipar unos meses un proceso de transición natural que ya estaba, de por sí, próximo", y se muestra convencido de que "la nueva etapa que se abrirá aportará un nuevo y eficaz impulso a este fantástico proyecto que es Cellnex".

Tobías se va con una indemnización de 2,6 millones de euros, sin contar otros conceptos variables, además del plan de pensiones. Deja una de las mayores compañías en bolsa, un gran operador europeo de las telecomunicaciones y un calendario de cómodos vencimientos para una deuda en bonos por más de 17.000 millones que su sucesor tendrá que recortar. Los primeros 2.000 millones vencen en 2024. Cincinato vuelve a casa.

Cincinato (519 a. C.- 430 a. C.) fue elegido dictador en la Roma de la República en varias ocasiones. Pero sobre todo pasó a la Historia porque nunca agotaba sus mandatos ni abusaba de su poder. Cumplía su cometido y se iba cuanto antes a una granja donde era famoso por su pericia con el arado. En el Ibex 35, retirarse antes de tiempo no es la norma. Más bien es un mundo de salidas agónicas o dramáticas. Esta semana, Cellnex anunció por sorpresa que su consejero delegado, Tobías Martínez, renunciaría al cargo este mes de junio pese a tener contrato en vigor hasta diciembre de 2024.

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