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Cellnex tras el adiós de Tobías Martínez: el reto de demoler un pasado de éxito
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Cellnex tras el adiós de Tobías Martínez: el reto de demoler un pasado de éxito

Con Martínez al volante, Cellnex ha protagonizado grandes éxitos bursátiles con una estrategia que, sin embargo, el mercado considera ya obsoleta

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Un nuevo piloto para dirigir una nueva singladura. En poco más de un mes, los accionistas de Cellnex se han tenido que enfrentar a una serie de noticias que suponen la demolición de las bases de lo que había sido una historia de fulgurante éxito en bolsa, pero que se ha visto truncada de forma muy contundente en el último año y medio, en el que ha visto esfumarse prácticamente la mitad de su valor, regresando a niveles de mucho antes de la pandemia.

El adiós de Tobías Martínez como consejero delegado, después de ocho años al frente de la nave (y 23 años ligado a grupos que han acabado confluyendo en Cellnex) representa la confirmación de un cambio de etapa, como él mismo reconoce en su misiva de renuncia.

Un cambio de etapa que ya había sido planteado el pasado noviembre, cuando el grupo anunció un giro en la que había sido su característica estrategia de crecimiento a través de un intenso programa de operaciones corporativas para centrarse en maximizar los rendimientos de su cartera de activos y aliviar su estresado balance.

Foto: Tobías Martínez, CEO de Cellex. (EFE)

Ese anuncio puede entenderse, no obstante, como la aceptación de una realidad que el mercado había visto mucho antes. Pues la desafección que han mostrado los inversores desde el verano de 2021 por una acción que había dado tantas alegrías hasta entonces no representa otra cosa que la señal de que la hoja de ruta seguida hasta entonces había quedado obsoleta por el cambio de las condiciones financieras.

La incapacidad de Cellnex para salir victoriosa (en condiciones asumibles y atractivas) en las grandes ventas de las torres de Deutsche Telekom o de una participación de Vantage Towers evidenciaron que, por unas razones u otras, la antigua filial de Abertis había dejado de ser ese coloso capaz de seguir acaparando poder en el mercado de forma casi ilimitada que había mostrado ser en los años previos. Había llegado el momento de parar y recuperar fuerzas para poder atender con garantías a los desafíos de un futuro marcado por desarrollos clave como el 5G.

“Consideramos que este giro es necesario, ya que los objetivos de fusiones y adquisiciones en Alemania están fuera de alcance en el futuro previsible, y conveniente, porque permitirá a la empresa reducir su coste de capital, una necesidad para más fusiones y adquisiciones potenciales en el futuro”, indicaron entonces los analistas de UBS, con una tesis que fue refrendada por una gran mayoría de las firmas de análisis, aunque los inversores no se han mostrado tan exultantes, a juzgar por la evolución de su cotización (desde entonces, su rendimiento ha empeorado al del Ibex en unos 20 puntos porcentuales).

Desde que anunció el giro estratégico, la acción ha empeorado al Ibex en 20 puntos

Ahora, con ese cambio de rumbo apenas insinuado, Martínez cede el timón de Cellnex a un sucesor aún por determinar. A un mercado tan poco amigo de las incertidumbres, esta etapa de interinidad sin duda le suena poco agradable, como ya ha quedado en evidencia con las caídas de hasta el 3% que ha llegado a registrar este miércoles la cotización de Cellnex. Sobre todo, porque, como observa Ángel Pérez, analista de Renta 4, se trata de la marcha de un gestor que ha logrado labrarse a lo largo de los años una sólida reputación y prestigio ante el mercado.

Puede entenderse, sin embargo, que, una vez asumido el nuevo enfoque estratégico, Cellnex no precisa tanto de un director capaz de encontrar y abrir nuevas vías de crecimiento, por lo que se ha destacado el mando de Martínez. El nuevo consejero delegado tendrá que mostrarse más como un gestor capaz de hacer funcionar de la forma más eficiente la estructura levantada a lo largo de estos años, para mejorar los flujos de caja y aliviar la posición financiera del grupo, al tiempo que se ejecutan los ambiciosos planes de crecimiento comprometidos en los últimos años (a través de las operaciones BTS) y que supondrán un despliegue de hasta 4.500 millones de euros entre 2023 y 2025, según los cálculos de Mirabaud.

Foto: El consejero delegado de Cellnex, Tobías Martínez. (EFE)

Quien pase a ocupar ahora el sillón de Tobías Martínez tendrá ante sí, aparentemente, una tarea mucho menos emocionante que la de su antecesor, pero no por ello exenta de desafíos. Con entre un 25 y un 30% de su deuda bruta llamada a vencer de aquí a 2026, la más acuciante de sus prioridades parece ineludible, máxime ante el objetivo confeso de la compañía de lograr una calificación crediticia en niveles de grado de inversión. “Una vez que haya completado esta tarea, también esperamos que aborde su política de remuneración a los accionistas y la mejore sustancialmente, ya sea aumentando su dividendo por acción o implementando un plan de recompra de acciones, o una combinación de ambos”, apunta José Ramón Ocina, analista de Mirabaud Equities.

Apuntaladas estas bases, el nuevo CEO de Cellnex podría considerar puestos los pilares para volver a exhibir la fortaleza de una compañía que, pese a todo, sigue siendo líder indiscutible de su sector en Europa y que, a buen seguro, tendrá mucho que decir en el futuro de la industria. Así lo defiende Ocina, quien marca en la lista de tareas de quien resulte elegido para este puesto la de “liderar la consolidación de esta industria, cuya naturaleza debe hacer evolucionar su estructura hacia la de un oligopolio, desbloqueando importantes sinergias operativas y creando valor material para los accionistas”.

Sería, en cierto modo, el retorno al rumbo con el que Martínez lideró a un grupo que saltó al parqué hace ocho años con valoraciones de apenas 3.200 millones de euros a convertirse en uno de los grandes nombres de la bolsa española, capitalizando alrededor de 23.000 millones en la actualidad. Afianzar y agigantar esos logros será ya cosa de su sucesor.

Un nuevo piloto para dirigir una nueva singladura. En poco más de un mes, los accionistas de Cellnex se han tenido que enfrentar a una serie de noticias que suponen la demolición de las bases de lo que había sido una historia de fulgurante éxito en bolsa, pero que se ha visto truncada de forma muy contundente en el último año y medio, en el que ha visto esfumarse prácticamente la mitad de su valor, regresando a niveles de mucho antes de la pandemia.

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