¿Aceite a 6 euros el litro? El sector se aboca a traer producto extranjero para contener los precios

"Podemos estar por debajo del 50% de la producción respecto a la pasada campaña". Esta agorera frase, pronunciada por el técnico del consejo regulador del aceite de oliva de la comarca Sierra de Cazorla, Baltasar Alarcón, da a entender el porqué de los precios récord que se están cobrando en los supermercados por este producto. A menor oferta y misma demanda, suben los precios para evitar que se acaben las existencias antes de la próxima cosecha. Pero los españoles, consumidores de aceite de oliva por naturaleza, han seguido comprando prácticamente lo mismo. Por lo tanto, para evitar que el litro del oro líquido se siga encareciendo y llegue a los seis euros, habría que importar de otros países productores.

El problema es a quién, porque el aceite no solo escasea en España. La falta de lluvia ha lastrado la recolección de olivas en casi todo el mundo y "solo hay dos territorios que hayan estado por encima de su media de producción, que son Grecia y Turquía", explica a El Confidencial el agricultor y consultor agrícola, Daniel Trenado. En el país heleno, al formar parte de la Unión Europea, se puede importar sin límite, pero "ya está todo el mundo comprando allí", aclara. En cambio, como los otomanos no están dentro del espacio comunitario, existen topes a las importaciones. "Ese cupo, probablemente, se lo van a comer en uno o dos meses, porque es para todos los importadores de España", destaca el experto.

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También se puede acudir al norte de África. La campaña tampoco ha sido muy prolífera en países como Túnez, Argelia o Marruecos, pero la subida de los precios está reduciendo las ventas entre los ciudadanos de estos territorios, permitiendo acumular más aceite para exportar. Ahora bien, existe el mismo problema que con Turquía: no forman parte de la Unión Europea y existe un tope para las importaciones.

España es eminentemente un país exportador y no tiene costumbre de adquirir grandes cantidades fuera de sus fronteras. Más habituada está Italia, que es el mayor vendedor de aceite de oliva del mundo, pero el segundo productor, por lo que tiene que abastecerse de otros territorios. Es un proceso que realizan todos los años y "disponen de una red comercial muy grande en distintos territorios donde compran aceite para luego envasarlo ellos" y venderlo dentro de sus fronteras o exportarlo, indica Trenado. "Ahora mismo ya están importando todo lo que pueden, porque el problema ya se lo han visto venir", apunta este experto. "La voracidad italiana ayuda a seguir tensionando el mercado", añade.

Viendo lo complicado que es salir a comprar fuera de nuestras fronteras, ¿se podría entonces dejar de exportar para que haya más aceite de oliva disponible en los supermercados españoles? La respuesta es no. Los vendedores nacionales ya tienen acuerdos firmados en otros países que deben cumplir, mientras que hay otra parte de la producción que se va a enviar al extranjero porque no se quieren perder las relaciones comerciales, de cara a los próximos años, cuando se espera que haya una producción normal.

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Desde la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (Asoliva) reconocen que el producto disponible este año para la exportación y el consumo nacional va a ser menor. No obstante, creen que la campaña va a ser mejor de lo previsto por las instituciones públicas. Las comunidades autónomas y el Ministerio de Agricultura estiman que se van a producir 780.000 toneladas, mientras que en esta organización consideran que se situará más cerca del millón de toneladas. "Va a haber una pequeña reducción de las exportaciones, previsiblemente, como consecuencia de una menor producción, pero todo esto hay que confirmarlo", detalla su director, Rafael Pico Lapuente.

Los agricultores llevan todo el año esperando las lluvias y han retrasado la recolección de la oliva todo lo que han podido. El agua ha llegado, gracias a la borrasca Efraín que ha descargado fuertes tormentas durante toda la semana, pero ya es demasiado tarde. Algunas organizaciones agrarias, como Asaja, UPA y COAG, han afirmado en Europa Press que las últimas precipitaciones suponen un respiro para el olivar, pero han incidido en que es necesario que se mantengan, ya que el estrés hídrico requiere de mayor abundancia de agua para, por lo menos, garantizar una próxima campaña normalizada.

Con una producción escasa, las dificultades para importar en un mercado tensionado por Italia y los compromisos comerciales para exportar, es previsible que el aceite se siga encareciendo para que no se agote antes de que comience la próxima campaña. Frente a esta situación, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha pedido "un esfuerzo en la moderación de los precios y evitar situaciones especulativas para permitir que el nivel de consumo y las exportaciones que tanto ha costado conseguir se puedan mantener".