Atitlan intenta comprar la deuda del Valencia CF en manos de CaixaBank

El Valencia Club de Fútbol celebra este lunes la junta general de accionistas para aprobar las cuentas de la temporada 2021-2022, así como el presupuesto de la actual, que también acabará en números rojos de no mediar la venta de algún activo. Pese a estas minusvalías, los inversores siguen viendo en el equipo che un buen negocio a futuro. Según fuentes financieras, Roberto Centeno, dueño del fondo Atitlan y yerno de Juan Roig (Mercadona), ha tanteado a CaixaBank para que le venda los 180 millones de deuda que en su día le dio como hipoteca de su viejo estadio.

Estas fuentes indican que Centeno ha mantenido conversaciones con responsables de CaixaBank para saber si el banco catalán con sede en la ciudad del Turia está dispuesto a traspasarle este préstamo a un precio inferior al valor nominal original. Es decir, por un importe menor a esos 181 millones, dado que la entidad financiera ya tiene provisionada esa cantidad al considerar al Valencia CF, según los criterios que marca el Banco Central Europeo (BCE), un cliente de riesgo o dudoso.

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De los 181 millones, casi 120 millones se corresponden con una hipoteca sobre los terrenos del Estadio de Mestalla, el campo de fútbol donde todavía juega el conjunto blanquinegro, a la espera de terminar la obra del nuevo coliseo, parado desde hace una década. Los otros 61 millones proceden de lo que se llamó el Profit Sharing Agreement (PSA) firmado en 2014 y que consistían en 45 millones de financiación hipotecaria concedida por Bankia, otros 11 millones aprobados por el antiguo banco público y 5 millones más aportados por CaixaBank.

Hasta la fecha, pese a algunos retrasos puntuales al no poder hacer frente a las nóminas de los jugadores, el Valencia CF ha cumplido con su principal acreedor bancario, por lo que el préstamo está al corriente de pago. El problema para el club propiedad del millonario Peter Lim es que este año el tipo de interés se ha disparado por la subida del precio del dinero. Si hasta la temporada pasada abonaba un tipo medio del 2,8%, en la actual ese coste estará cerca del 5% cuando CaixaBank lo actualice debido al incremento del euríbor a casi el 3%.

Para el banco catalán, que asegura no estar negociando la venta de su deuda, el Valencia CF es una cuenta especial, dado el componente de arraigo social del club. Vender la deuda podría tener un impacto nocivo entre los miles de clientes minoristas, muchos socios valencianistas, que podrían interpretar el movimiento como una traición al equipo de sus amores. Pero la entidad ya tomó decisiones similares en empresas como Prisa o Celsa, que también tienen un factor gubernamental y local relevante.

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El objetivo de Atitlan es quedarse con esa hipoteca del viejo estadio de Mestalla con un descuento sobre su importe inicial para hacer negocio ante el interés de otros fondos por comprar el Valencia CF y los terrenos de la Avenida de Suecia. Una fórmula que ya utilizó recientemente con la cadena hotelera Room Mate.

Como adelantó El Confidencial el pasado 28 de noviembre, los private equity estadounidenses Apollo y Elliot se han acercado a Lay Hoom Chan, la mano derecha en España de Peter Lim, para conocer su disposición a desprenderse del club, que acumula pérdidas de 180 millones desde que es gestionado por el multimillonario asiático. Aunque la respuesta oficial es que el Valencia CF no está en venta, estos fondos, especializados en aprovechar oportunidades de mercado en situaciones de insolvencia, saben que en breve, cuando el Ayuntamiento de Valencia apruebe los permisos para terminar el nuevo estadio, se desencadenará el traspaso del solar del campo actual, por lo que todos quieren tomar posiciones.

Operación acordeón

En la auditoria del cierre del ejercicio 2021-2022, el club reconoce que el Valencia CF está en una situación técnica de causa de disolución, ya que el patrimonio neto se sitúa por debajo de la mitad capital social. Una situación que, de momento, esquiva al computar los casi 35 millones recibidos del préstamo concedido por CVC, el fondo que acordó inyectar 1.900 millones a 39 de los 42 equipos de la Primera y Segunda División de LaLiga. A la entidad valencianista le corresponden 85 millones de esa cantidad, dinero con el que pretende acabar al fin con la obra del nuevo estadio.

Pero, mientras tanto, este lunes aprobará una operación acordeón para absorber parte de las pérdidas —unos 45 millones— de la temporada 2021-2022 y elevar el capital social de la entidad mediante la capitalización de deuda concedida por el propio Lim a través de Meriton. El club aprobará una reducción del capital social de 28,9 millones de la sociedad dirigida a "adecuar la estructura de patrimonio" para compensar los resultados negativos de ejercicios anteriores, para posteriormente ampliarlo en 16,6 millones. Una fórmula que Lim ya ha utilizado en varias ocasiones por la delicada salud financiera de la institución deportiva. La deuda total del club asciende a 375 millones.